Una familia detrás del mostrador en Vegueta

José Quintana está siempre inquieto detrás de su puesto, José y Alicia, uno de los más reconocidos del Mercado. Entre frutas y otros productos ha perdido la cuenta de los años que lleva atendiendo en Vegueta. «Llevo aquí toda la vida. Al igual que mi familia. En mi casa se recuerda que nuestros antepasados ya venían a despachar aquí cuando todavía no estaba hecho el edificio. Y que era en los tiempos en los que se vendía al trueque», indica.

Quintana es un termómetro de los tiempos que corren. De la cultura de supervivencia para un mercado que no ha estado ajeno a las dificultades del cambio de paradigma en los usos de consumo de la sociedad actual. «La gente sigue viniendo porque son muchos años, por el trato que tenemos con ellos y porque saben que pueden confiar en lo que vendemos», asegura.

Desde su despacho, varias plantas por encima de la actividad del mercado, el gerente Santiago Bolaños hace una radiografía de las complicaciones que se dan para seguir adelante. «Sobrevivir es muy difícil. Pero lo conseguimos. Muchos mercados en España, como La Boquería en Barcelona o San Miguel en Madrid, solo mantienen de mercados la estructura. Pero ya se dedican a otra cosa. Gastronomía. Nosotros queremos seguir en el ramo de los abastos», expone.

Bolaños ve complicado encontrar un nuevo encaje. «Hay factores clave en los problemas actuales de los mercados. El primero es que Canarias es la comunidad con más supermercados de España, hay uno casi debajo de cada cama. Y el otro es la incorporación de la mujer al mercado laboral; antes era el público potencial. Ahora es difícil ajustarnos a los horarios, porque hay muchos factores que impiden que cambiemos los horarios de los puestos», asegura.

Desde la gestión, Bolaños coincide: «La gente viene porque se encuentra atendida por personas que son como de la familia».

El Mercado de Vegueta ha tenido varios proyectos fallidos de ampliar su radio de acción a los locales de gastronomía, pero no han cuajado. Santiago Bolaños, gerente, da sus razones. «Hay varios motivos. Uno de ellos es que la actividad de los locales de ocio suele ser por la tarde, y a esa hora los puestos del mercado están cerrados. Mucha gente viene los viernes y los sábados a tomarse algo y de paso aprovecha y compra. Pero si la actividad es a la hora en el que los puestos están cerrados no apetece tanto», manifestó el gerente.

Complicaciones. Los responsables del Mercado de Vegueta lamentan los cambios que se produjeron en los recorridos de Guaguas Municipales durante el mandato del PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. «Antes había varias líneas que paraban en el mercado. Ahora solo una. Muchos de nuestros clientes, que son personas mayores, han dejado de venir porque ahora cuando proceden del Cono Sur tienen que hacer transbordos en muchos casos. Y eso para ellos, cargando con compras, se ha convertido en una complicación muy grande», manifiestan.

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