El Tribunal Militar dicta dos condenas en firme por insultos, amenazas e injurias a un superior
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Dos fallos reprochan a un cabo y un soldado a penas de prisión por actuar de forma intolerable con mandos en la Base General Alemán RamírezNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
El Tribunal Militar Territorial Quinto, con sede en Santa Cruz de Tenerife, ha dictado recientemente dos sentencias en las que se expresa y reprocha de forma contundente a aquellos miembros del Ejército que insultan, amenazan o injurian a un superior. En concreto, se trata de dos hechos diferentes pero con la coincidencia de que ambos sucedieron en la Base General Alemán Ramírez, situada en La Isleta. En las dos, los acusados fueron condenados en firme a penas de seis y cuatro meses de prisión, respectivamente.
En el primero de los casos, el acusado –nacido en Gáldar en 1981– se enfrentaba a cargos por un delito de insulto a superior, en la modalidad de amenazas e injurias.
Los hechos sucedieron el 29 de octubre de 2021 sobre las 11.00 horas en las instalaciones de la Base General Alemán Ramírez. En ese lugar, el condenado mantuvo una conversación con un Sargento 1º y otro compañero soldado en la que se les comunicó que «no percibirían ese mes el CD», sostiene el fallo judicial.
A continuación, el acusado se desplazó a las instalaciones del antiguo Centro de comunicaciones (Cecom) de la base y allí cogió dos barras de hierro y comenzó a golpearlas el suelo mientras gritaba «sargento 1º, eres un cabrón». En ese instante llegaron al lugar dos cabos y un soldado y, al ver su actitud, «decidieron intervenir para tranquilizarlo».
Uno de los cabos se fue a dar un paseo con el exaltado y, tras unos minutos, volvieron al Cecom donde el condenado decidió tomarse una cerveza para terminar de calmarse. En ese momento apareció en dicho lugar para hablar de asuntos del trabajo el sargento 1º con el que había tenido la confrontación y, pasados unos segundos, de nuevo el protagonista de esta sentencia se alteró tirando la cerveza al suelo y encarándose con su superior.
6 y 4 meses de cárcel
son las condenas en firme dictadas por el Tribunal Militar Territorial Quinto ya que, en ambas, hubo reconocimiento de hechos y la aplicación de circunstancias atenuantes.
Comenzó a decirle repetidamente «eres un hijo de la gran puta», «voy a averiguar dónde vives para matarte», «voy a joderte y a matarte», «a mí me da igual, no me va a pasar nada, yo tengo un papel que dice que estoy en tratamiento psiquiátrico desde hace tiempo».
El sargento 1º le respondió «¿por qué me dices esto, qué ha pasado?», a lo que el alterado le respondió que llevaba un año tratándole mal, que no valoraba su trabajo y que le había dicho que era un mal soldado cuando ambos pasaron 40 días solos en el Peñón de Chafarinas, situado frente a las costas de Marruecos.
Ante la actitud agresiva del soldado, el sargento 1º intentó calmarlo pero no pudo evitar que su compañero se acercara tanto «que llegó a salpicar la mascarilla que llevaba puesta con la sangre de su labio» ya que se había mordido, destaca la sentencia.
A continuación, otro soldado se interpuso entre ambos con el fin de tranquilizar a condenado mientras el sargento 1º «cambió de conversación», a lo que el agresor gritó que no iba a escuchar tonterías y se marchó del lugar.
Días después, en concreto el 2 de noviembre de 2021, el referido soldado condenado acudió a los aparcamientos de la Base General Alemán Ramírez, a pesar de que se encontraba de baja médica. Estuvo esperando un tiempo a que el sargento 1º saliera, pero éste se percató de su presencia y «decidió no salir de la base y permanecer aparcado en el Cecom», expone el fallo.
De inmediato llegaron al lugar un subteniente y un cabo 1º que «se habían percatado de la situación», por lo que procedieron a hablar con el condenado. Éste les dijo «que no iba a hacer nada malo que solo quería saber dónde vivía el sargento 1º», por lo que el subteniente le ordenó «que depusiera su actitud». De esta forma, se marchó de la base.
Este soldado causó baja temporal para el servicio el 29 de octubre de 2021 por un trastorno de adaptación y la forense en este procedimiento determinó que pudo existir «una leve y transitoria disminución de sus capacidades cognitivas y volitivas, que influyeran desfavorablemente en su conducta.
Tras ser procesado, reconoció los hechos y fue condenado de conformidad a seis meses de prisión por la comisión de un delito de insulto a superior, con la atenuante de afectación de sus facultades mentales.
El otro caso sucedió el 1 de octubre de 2021 sobre las 13.30 horas también en la Base General Alemán Ramírez, sede del Cuartel General de la Brigada Canarias XVI en el que estaba destinado el cabo condenado, natural de la capital grancanaria y nacido en 1981.
Este militar accedió a la cafetería anexa al comedor de la base y comenzó a consumir bebidas alcohólicas, en concreto cervezas. Horas después, en concreto a las 20.30 horas, se personaron en la cafetería un sargento y un cabo 1º, quienes advirtieron que el comportamiento del cabo «no era el más adecuado dadas las formas exaltadas que tenía, los gritos que profería y el modo exigente con el que se dirigía a los camareros para que le sirvieran más cervezas», detalla la sentencia.
El sargento le ordenó que dejara de comportarse inapropiadamente y abandonara la cafetería, lo que provocó que el cabo se encarara con él y le dijera «son los dos unas mariconas». El cabo también «le reprochó su comportamiento ante sus superiores».
Un cabo 1º se dirigió al procesado para que dejara de comportarse de esa forma, que no les faltara al respeto y abandonara la cafetería, pero el condenado, en vez deponer su actitud, «se levantó del taburete y se fue a encarar con ellos». Entre todos lo agarraron y lo sacaron a la terraza exterior.
Una vez allí, nuevamente el cabo procesado volvió a dirigirse al cabo 1º con expresiones como «me suda la polla» y que «él no era nadie para mandarle».
Este cabo fue detenido y juzgado, pero reconoció también los hechos y fue condenado a cuatro meses de prisión por el delito de insulto a superior en su modalidad de injurias graves, con la atenuante analógica muy cualificada de actuar bajo los efectos del consumo de bebidas alcohólicas.
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