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Imagen de la Ciudad de la Justicia de la capital grancanaria. Cober
Su testimonio no fue «ni más creíble ni más convincente» que el de su ex

Su testimonio no fue «ni más creíble ni más convincente» que el de su ex

Tribunales ·

Absuelven por falta de pruebas a la pareja de la mujer que dijo haber estado nueve días en el campo comiendo bayas y bebiendo de un charco

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 29 de noviembre 2023, 23:12

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El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas de Gran Canaria ha absuelto a un hombre acusado de maltratar a su pareja, la noruega Inga Nuke, alegando falta de pruebas que respalden cualquier tipo de acusación. Este caso tuvo una gran notoriedad pública cuando, tras denunciarse su desaparición, la mujer fue hallada y afirmó que fue maltratada por su novio y que por eso huyó. En su relato, indicó que se escondió en un barranco de Arucas, donde permaneció a la intemperie durante nueve días, alimentándose de bayas y bebiendo agua de un charco, narró a los policías que la asistieron.

En principio, el ahora absuelto fue investigado por la presunta comisión de delitos de maltrato habitual, lesiones y coacciones, aunque durante la instrucción la carga probatoria fue decayendo hasta el punto de que solo fue juzgado por un delito leve de vejaciones.

En el juicio, la letrada de la defensa, Fátima Socorro Rodríguez interesó su libre absolución al entender que no había cometido delito alguno, mientras que la acusación particular propuso como testigo a la hija de ella. La sentencia recoge que «en ningún momento» la joven «afirmó haber escuchado insultos ni expresiones ofensivas concretas de boca del denunciado».

Además, el magistrado apuntó en el fallo que se encontraba «con versiones contradictorias» en donde la versión ofrecida por la denunciante no resultó «más creíble ni convincente que la del denunciado».

La denunciante propuso como testigo a su hija, que declaró que nunca escuchó al acusado gritándole o insultándola

En este contexto «de falta de prueba», la autoridad judicial procedió a absolver al acusado que llegó a ser detenido en agosto de este año 2023 y ordenó el alzamiento de las medidas cautelares que adoptó en su momento como era una orden alejamiento con respecto a su pareja y la prohibición de comunicarse con ella.

Esta sentencia no es firme y contra ella cabe la posibilidad de que alguna de las partes interponga recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Los que denunció

El caso de Inga Nuke saltó a las portadas de los medios del país después de que se denunciara su desaparición el 29 de julio. Ella vivía en el barrio de Las Mesas, de la capital grancanaria, junto a la que era su pareja y fue hallada el 8 de agosto aparentemente desorientada. Narró que había sido maltratada por su pareja.

Ella, de nacionalidad letona, declaró en primera instancia que decidió irse a vivir con el investigado y desde ese momento, comenzó a sufrir malos tratos por parte, tanto de su pareja como de su suegro. La autoridad judicial no encontró pruebas de cargo suficientes como para juzgar por estos hechos al investigado y solo lo hizo por un delito leve de vejaciones.

La víctima, en su denuncia, sostuvo que el sábado anterior a su desaparición voluntaria había salido a una fiesta en Tamaraceite con el denunciado y éste se emborrachó hasta el punto de que se peleó con otro individuo. Al llegar al domicilio, dijo la mujer que su pareja tomó como excusa la reyerta que había protagonizado para emprenderla a golpes con ella, todo ello en presencia de su suegra. Contó que fue golpeada de forma reiterada y la echaron de la casa y por ello se fue «al bosque», como ella se refirió al lugar de Arucas donde estaba pernoctando, comiendo y bebiendo lo que se iba encontrando en una zona de barranco.

Estuvo «vagando por los barrancos», declaró y añadió que se refugió en una casa abandonada sin pedir auxilio ya que pensaba que «nadie le iba a ayudar» durante nueve días hasta que recapacitó y fue a una finca privada del Camino Hoya de Olivares (Arucas), donde pidió auxilio en la mañana del 8 de agosto.

Al llegar, pidió agua a los vecinos que la reconocieron por la foto que habían difundido los medios tras su desaparición.

Tanto durante la instrucción como ahora en esta sentencia, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas de Gran Canaria ha resuelto que no hay pruebas de nada de lo denunciado.

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