Los testigos relatan como maltrataron y abusaron de una menor de tres años
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Los dos acusados, que se enfrentan a penas de entre 28 y 16 años de cárcel, niegan unos hechos muy duros cometidos sobre su propia hijaNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas celebró ayer la primera sesión de un juicio de abusos sexuales y maltrato infantil en el que se escucharon testimonios durísimos y, sobre todo, un audio en el que se pudo oír a la víctima, una menor de tres años, llorando angustiada mientras su madre la insultaba y amenazaba con «arrancarle la cabeza». En este procedimiento hay dos acusados de maltratar y abusar de su hija, los cuales escucharon además como dos sobrinas y la hermana del hombre declararon que, cuando fueron niñas, el mismo les hizo pasar por lo mismo y se aprovechó sexualmente de ellas, pero nunca lo denunciaron en unos presuntos delitos ya prescritos.
Las tres familiares de Víctor M.R.P. manifestaron a la Sala que en algún momento de sus vidas habían sido abusadas por parte del acusado, aunque nunca lo denunciaron por miedo y porque no tuvieron la fuerza mental suficiente como para afrontar un procedimiento judicial.
A pesar de que los dos encausados negaron en sus respectivas declaraciones haber cometido los delitos que sostiene el fiscal Luis Estévez llevaron a cabo sobre la niña, los testigos que vivían en la misma vivienda que ellos manifestaron con detalle el presunto calvario que sufrió la menor cuando estaba viviendo bajo la custodia de sus padres.
La hermana de la acusada, María del Pino S.D., expuso que había vivido numerosos capítulos de malos tratos cometidos por la madre de la menor y, por ello, le amenazó con que si seguía tratándola así, «le iban a quitar la custodia», manifestó. Incluso, detalló que veía como a diario los dos acusados fumaban droga (en concreto dijeron que era crack) delante de la víctima y luego dormían en el mismo dormitorio que los tres compartían y que usaban como fumadero. Para evitar hacerse responsable de la menor, la testigo indicó que al llegar del colegio, la madre la acostaba y la obligaba a dormir siestas de varias horas y cuando era de noche, la volvía a meter en la cama «y la obligaba a dormir». Además refirió que solo la bañaba una vez a la semana y el resto de los días la aseaba con «toallitas».
En la vivienda también vivía con ellas la hija de esta testigo que fue la que tomó la iniciativa de grabar uno de los episodios más graves de posible maltrato y relató como eran «constantes» y los llevaba a cabo la acusada, aunque el marido también era conocedor de estos hechos y no los evitaba.
Estas dos personas dijeron no haber presenciado ningún abuso sexual, que sí conoció otra familiar que tenía a la menor en acogida tras ser denunciada por maltrato. Esta mujer contó que advirtió los posibles abusos sexuales que sufrió la menor ya que la misma le contó poco a poco y a lo largo del tiempo como el acusado le enseñaba «la chola», que le salía un «líquido blanco» de la misma y se tocaba delante de ella. Además, manifestó que la niña era reacia a que la tocaran cuando ella la bañaba hasta que un día le contó como el encausado le metió un dedo «en el chichi» y le hizo sangre, dijo entre sollozos.
Por su parte, la psicóloga que trató a la pequeña cuando ya cumplió los cuatro años, expuso al Tribunal que la niña presentaba «sintomatología ansiosa y dispersa y un retraso en el desarrollo de todas las habilidades», pues las suyas correspondían a una edad de dos años o poco más, y decía que la madre le pegaba «mucho» y que el padre abusaba de ella, en un relato creíble «por cómo lo narraba y por sus síntomas», que eran «compatibles con una situación traumática».
La misma tesis la sostuvieron dos psicólogas forenses, que enfatizaron en que la entrevistaron con tres años y medio y que, aunque «no tenía relato» por su edad, su testimonio es «veraz, coherente con su lenguaje, consistente y válido».
Las tres parientes declararon en la primera sesión del juicio contra los padres de la niña, que se enfrentan a penas de 28 años de prisión, en el caso de la madre, y de 16, en el del padre, quienes negaron que maltrataran y descuidaran la nutrición y la higiene de la menor y que esta sufriera abusos sexuales. En la causa figuraba un tercer procesado que ha fallecido y que se le investigaba por supuestamente haber abusado también de la menor.
Las sobrinas y la hermana del acusado que comparecieron ayer en calidad de testigos apuntaron con detalle los presuntos tocamientos y abusos de los que fueron objeto cuando eran menores de edad a manos del acusado. En esta primera jornada, además, se reprodujeron dos estremecedoras grabaciones realizadas por una testigo en las que se escuchó a la madre, María del Carmen S.D., insultar, gritar y pegar repetidamente a la menor y los incesantes y desesperados llantos de la niña que no podía reaccionar ante la acometida inhumana y despiadada de la acusada.
La grabación la realizó la hermana de la acusada con la ayuda de su hija, quienes convivían con la pareja en la época de os hechos. Ellas manifestaron que los malos tratos que proferían a la niña eran «continuos, casi a diario y sobre todo por las mañanas» y, para evitar mayores problemas, ella se iba de la casa. Todo esto hasta que un día se despertó por los gritos y los llantos de la niña de tres años y, como fue algo desmedido, grabaron los gritos y malos tratos para luego denunciarlos en comisaría aportando dicha prueba.
En esta primera sesión las forenses destacaron que la víctima presentaba un estado de desnutrición evidente, un retraso en la madurez y en la adquisición de nuevas conductas, síndromes ansiosos, problemas de socialización y el rechazo total a que le tocaran los genitales, una reacción que asociaban a los abusos sexuales que sufrió a manos del acusado, según describieron.
Descartaron que la pequeña fuera «manipulada» por su lenguaje y porque los abusos sexuales salieron a la luz en el tiempo.
El juicio continuará el jueves con los informes finales.
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