Solsticia, la tortuga que varó en Irlanda y se recuperó en Gran Canaria
El Cabildo libera un animal que llegó el 24 de diciembre a las costas irlandesas a punto de morir
Suele habitar las aguas tropicales y subtropicales de todo el mundo. Por eso, no es raro verlas nadar por Canarias. Lo extraño es que llegue a aguas tan frías como las de Irlanda. El 24 de diciembre pasado, una tortuga verde ('Chelonia mydas') sorprendió a todos cuando varó en Quilty Beach, una tranquila playa en el condado de Clare, al oeste de Irlanda. Fue una ciudadana irlandesa de nombre Emma, quien la encontró, según la información que facilita en su página web el acuario de Dingle.
«La tortuga ingresó hipotérmica y padeció una neumonía y meningitis, que requirieron un largo tratamiento para su curación«, explica el responsable del centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria, Pascual Calabuig, quien se encargó de su liberación en otra playa, la de Melenara, este viernes.
Los siete u ocho grados de diferencia entre las aguas irlandesas y las canarias marcan la supervivencia de Solsticia, como fue bautizada. Las tortugas, por ser animales de sangre fría (ectotérmicos), regulan su temperatura en función del entorno, de ahí que en aguas muy frías, acaben por introducir al animal en una situación de hipotermia que puede llegar a ser letal.
Tras ser atendida y estabilizada en un centro de rehabilitación de animales, The Hogsprickle Wildlife Carers, el quelonio fue llevado dos días después al Dingle Ocean World, el mayor acuario de Irlanda, cuyas instalaciones están volcadas en la conservación, y donde la tortuga pudo sumergirse en una piscina calefactada a una temperatura de 24 grados centígrados.
Desde entonces, allí estuvo recuperándose hasta que llegó el momento de darle el alta. Y para eso se pensó en el centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria, que ya tiene experiencia en este tipo de labores y en la colaboración con otras entidades conservacionistas de Europa.
Así las cosas, Solsticia acabó subiendo a un avión para traerla a aguas canarias, donde fue recibida en el centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria, en Tafira, donde cada año se recibe una media de 150 ejemplares de tortuga marina, sobre todo de tortuga boba ('Caretta caretta), pero también de otras especies.
Este viernes, Melenara fue la playa escogida para que Solsticia recuperara su vida y su libertad.
La tortuga verde es una de las seis que tienen presencia en aguas canarias y se encuentra en peligro de extinción. Realiza grandes trayectos por las aguas templadas del planeta y pueden llegar a pesar 200 kilos.