San Bernardo quiere ver la luz
Empresarios de esta céntrica calle de Las Palmas de Gran Canaria denuncian el abandono municipal en aspectos como la iluminación, la limpieza y la seguridad
La llegada del cambio horario de invierno fue el detonante para que empresarios de la calle de San Bernardo, en la zona comercial abierta de Triana, se decidieran a trasladar al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria una queja conjunta para poner de manifiesto las carencias que presenta para unos negocios que se sienten «discriminados» respecto a los que se sitúan en otras vías vecinas como Cano o Viera y Clavijo.
«Todo empezó con el cambio horario, que es cuando me doy cuenta de que por las tardes no entra gente a la tienda», expone Mariló Rehak, propietaria de un negocio de moda que abrió sus puertas hace «cinco meses» y que se percató de la falta de iluminación que padece esta calle y del efecto negativo que esta circunstancia tiene en su actividad.
Una situación que otros negocios más veteranos le explicaron no era nueva y que ella se planteó revertir. Por eso decidió actuar y redactar un documento en el que quedaran reflejadas las necesidades de esta céntrica vía, al que acompañó con fotos de este y otros aspectos que denuncia.
Un escrito que presentó vía telemática hace dos semanas en el consistorio capitalino y que rubricaron otros comercios de esta parte de la ciudad.
Apunta que una de las principales reclamaciones que hacen los negocios que se reconocen afectados a los responsables municipales tiene que ver precisamente con la poca luz de la calle, que, asegura, les hace pasar desapercibidos a una clientela que se ha vuelto más escasa ahora que anochece antes.
Además, comenta que el estado de los arboles tampoco contribuye a mejorar esta circunstancia, pues «no se podan y tapan la luz». «Las farolas son tan altas que los árboles las tapas», insiste, por eso «reivindicamos que pongan otras más bajas».
Añade que la falta de atención de Parques y Jardines se traslada también a «los parterres, que no se cuidan». Además, lamenta que no se adorne la calle con flores porque entiende que eso es un aliciente para atraer clientela, como sucede en otras ciudades «como Madrid o París».
Sin embargo, dice que lejos de actuar de esta manera, el Ayuntamiento incluso «no permite que una floristería que hay en la calle ponga sus flores» a pie de vía.
Montse Delgado es responsable de una tienda ubicada igualmente en San Bernardo y afirma que ha tenido casos en los que, aún conociendo la dirección exacta, a la clientela le cuesta dar con el negocio y pasa de largo por la poca iluminación. Por eso han optado por poner un pequeño cartel en la entrada al mismo para llamar la atención.
También se queja de la carencia de cuidados y dice que a diferencia de la capital grancanaria, en Santa Cruz de Tenerife, donde la empresa para la que trabaja tiene otra tienda, sí que se cuida ese aspecto. «Creo que es la ciudad que más ha invertido en parterres», indica.
Mariló Rehak, la empresaria que ha liderado esta queja colectiva, señala que otro de los caballos de batalla de los negocios de la zona es la falta de limpieza, de la que también se quejan los residentes.
«Nos quejamos y proponemos un nuevo programa de limpieza y cuidados de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria», mientras califica de «lamentable cómo los políticos la tienen».
Pone a modo de ejemplo de lo que critica el estado que presenta el mobiliario urbano de la zona, con banco «llenos de manchas y de grafitis», con calles que aunque se barren «están sucias» y con contenedores de recogida de residuos que tampoco están en las mejores condiciones.
Por otro lado reclaman más «vigilancia policial» pues dice que suelen registrarse robos en los negocios por parte de personas que son habituales de la zona y reclaman más seguridad para poder desarrollar su trabajo. «Hay que estar con mil ojos», relata quien asegura que la Policía solo acude cuando se estaciona indebidamente.
Exige a los responsables políticos que «hagan el trabajo por el que les pagan, porque nosotros cumplimos con nuestros impuestos».
Asimismo, considera que no es tan difícil acometer lo que demandan pues solo hay que «copiar» lo desarrollado en otros municipios de la isla, dice en referencia a lo que se ha hecho en Gáldar o Arucas, localidades en las que considera se prestan adecuadamente servicios como el de limpieza. «Da gusto pasear por ellos de la limpieza, el cuidado y la alegría con las flores que tienen», manifiesta.
«Hay una desidia enorme en la ciudad», señala esta empresaria que entiende que los problemas que denuncia son extrapolables a otros lugares de la urbe en la que cree que si se actúa «ganaríamos todos», porque «el turismo se llevaría un buen recuerdo y los ciudadanos pasearíamos con gusto por la calle».