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La Casa de Galicia fue su casa. Y él la abrió a todos. A los gallegos de aquí, a los canarios de allá. A cualquier persona dispuesta a arrimar el hombro. Las fuerzas incansables de Ricardo Villares Paz (Xemarde, Lugo, 1934) lo abandonaron en la mañana de este lunes a poco más de dos meses de la celebración de la cabalgata de Reyes y la recogida solidaria de juguetes que tanto impulsó. La estrella que durante treinta años guió a los Reyes Magos hasta los hogares de los más necesitados no se agotará nunca. Su muerte a los 89 años no apaga el eco de tantas risas salvadas de los expulsados de la bonanza. Muchas alegrías de muchos 6 de enero brotaron este hombre pequeño, enérgico y bonachón..., y en todo el equipo que formó a su alrededor.
La electrónica y el conflicto de El Aaiún lo trajeron a Canarias. El amor hizo que este telegrafista de la Armada se quedara aquí. Se casa con Juanita Castellano en 1960 y echa raíces, de esas que suman, que no olvidan su procedencia pero que miran siempre al futuro.
Mientras su familia crecía en Las Palmas de Gran Canaria, él entraba por la puerta de la Casa de Galicia en 1969. Doce años después, se convierte en presidente, cargo que deja por enfermedad en 2016. Fue el presidente más joven de la entidad; también el que más tiempo estuvo al frente de ella.
Su sucesor al frente de la Casa de Galicia, Albino Aneiros, que ha seguido la estela de Villares, recuerda el impacto que tuvo en la consolidación y conformación de la actual campaña benéfica de Reyes. «Cuando no existían los bancos de alimentos, Ricardo Villares ya planteó la necesidad de que la campaña no se limitara a recoger juguetes, sino también a repartir productos alimenticios», expone. Eso empezó en torno al año 1987. Con el paso del tiempo se llegó a distribuir hasta doscientas toneladas de alimentos entre quienes no llegaban a los regalos y, en ocasiones, prolongaban el hambre para que la estela de los Reyes Magos alumbrara también a sus hijos.
Aneiros asegura que el espíritu del voluntariado del que hace gala la Casa de Galicia se desarrolló gracias a Ricardo Villares y su incansable esfuerzo. Todavía resuenan en su cabeza la frase que le dedicaba siempre: «Hay que ponerse las pilas, Aneiros». De esta energía daba buena fe cuando se recorría de principio a fin la cabalgata de Reyes de la capital grancanaria.
Cuando los periodistas lo llamábamos a altas horas de la noche para conocer los detalles de la cabalgata, su cansancio no opacaba la satisfacción que sentía. Que algún niño se le acercara para pedirle que le entregara su carta a Melchor; que los pequeños lo identificaran como el embajador de los Reyes Magos era para él justificación suficiente para meses de esfuerzo.
La cabalgata de Reyes se celebra en Las Palmas de Gran Canaria desde 1952, gracias a la Casa de Galicia. Pero fue Villares quien le dio la reconocible configuración que tiene hoy en día. «Honraremos su memoria y le dedicaremos la campaña benéfica de este año», aseguró Albino Aneiros.
La actual concejala de Carnaval y Fiestas del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Inmaculada Medina, lamentó el fallecimiento de Villares, hijo adoptivo de Gran Canaria. «Fue un referente en la ciudad, tanto por la dirección de la Casa de Galicia, como por la campaña benéfica de Reyes».
También tuvo palabras de reconocimiento la que fuera alcaldesa de la capital grancanaria y concejala de Cultura, Pepa Luzardo. «La configuración moderna de la Casa de Galicia y de la cabalgata de Reyes son sus logros», expuso.
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