Plagas de verano en Las Palmas de Gran Canaria: «Llevo desde hace tres meses con cucarachas en casa»
El periodo estival dispara las plagas en los hogares canarios y algunas empresas llegan a realizar hasta 400 servicios de fumigación al día
Cuando llega el verano no solo aterrizan el calor, la humedad y las altas temperaturas, sino también una gran preocupación en los hogares canarios: las ratas y las cucarachas. Y no es para menos. En los periodos veraniegos, este tipo de roedores e insectos aumentan su reproducción convirtiéndose en auténticas plagas que, si no se atajan a tiempo, pueden llegar a ser muy perjudiciales para la salud.
Así lo señala Faycanes, una de las muchas empresas dedicadas a servicios de fumigación en la isla, que realiza una media de alrededor de 400 servicios al día en todo el archipiélago en la época de máxima demanda. De estas, 240 son en viviendas particulares y la mayoría tienen que ver con cucarachas. «Al tratarse de espacios cerrados, la erradicación se complica y muchas acciones no resultan completamente eficaces», explica su director técnico, Sergio Chinea.
Sin embargo, el incremento de estas plagas en estos meses es algo normal, añade el experto. «Los veranos son más largos y cálidos, lo que multiplica la reproducción. Además, los productos e insecticidas actuales no tienen la misma eficacia de antes». Un conjunto de circunstancias que, en su opinión, hacen más difícil su control.
En el caso de las cucarachas, el calor y la humedad son los principales aliados: aceleran su desarrollo y reproducción, obligándolas a salir de sus escondites en busca de agua y comida que encuentran en los hogares, donde pueden permanecer durante varios meses.
Muchas familias ya sufren su invasión. Noelia -identidad falsa para salvaguardar su identidad-, una vecina de la zona de Siete Palmas, relata la angustia que vive desde mayo: «Las llevo notando desde hace unos tres o cuatro meses. Primero eran las pequeñas pero ahora, por último, son mucho más grandes, como las que solemos ver por la calle. Se denominan periplaneta americana, y por las altas temperaturas se reproducen mucho más rápido».
La situación llegó a tal punto que tuvo que fumigar no solo su vivienda sino todo el edificio. «Intenté controlarlas con insecticidas, pero no fue suficiente. Veía cómo salían por las rejillas del lavavajillas, la nevera y el horno. Llegué a colocar trampas durante dos semanas y en cada una aparecían hasta ocho cucarachas muertas», cuenta.
Un riesgo para la salud
Pero la presencia de ratas y cucarachas en los hogares no solo supone incomodidad sino también un riesgo sanitario. Además de causar daños materiales en las viviendas, estos animales pueden transmitir enfermedades como la leptospirosis, hantavirus, salmonelosis y fiebre por mordedura de rata.
De entre los roedores, el negro es el más perjudicial. A pesar de vivir normalmente en zonas altas como árboles, en periodos de verano pueden bajar a la superficie si no se encuentran con sus competidores, las ratas grises. Ambas trepan en vertical y se cuelan en los edificios de viviendas buscando cobijo.
Ya en el último mes, la presencia de roedores en varios barrios de Las Palmas de Gran Canaria ha obligado a tomar cartas en el asunto por parte del Ayuntamiento para actualizar unos contratos de desratización que ya estaban vencidos desde hace dos años. Se ha adjudicado ahora a una empresa experta el control de plagas en la capital grancanaria por el plazo de dos años, con opción a ampliarlo tres años más. Durante la primavera y el otoño realizarán campañas intensivas, utilizando productos con mayor concentración para aumentar su efectividad. Aún así, la problemática en los domicilios también está sobre la mesa.
Según las empresas expertas, cada día es más complicado erradicar las plagas por el poco uso que se hace de las sustancias o mezclas que se utilizan para controlar, repeler o eliminar estos roedores. A pesar de no verse con frecuencia en viviendas particulares, este hecho ha ido aumentando a lo largo de los últimos años.
Las autoridades y las empresas de control recomiendan mantener la limpieza en los hogares y comunidades, sellar rendijas y desagües y recurrir a fumigaciones profesionales cuando la situación se descontrola. La prevención, insisten, es la herramienta más eficaz para evitar que las plagas se conviertan en un problema.