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Un grupo de personas que ocupaba el edificio de la antigua comisaría de la calle Doctor Miguel Rosas, cerca del parque de Santa Catalina, tuvieron que ser obligados a abandonar el edificio, que en la mañana del domingo se prendió fuego, por parte de policías y bomberos. «A pesar del humo y del fuego, alguno se negaba a salir», explicaron miembros del servicio de extinción de incendios y salvamento de la capital grancanaria.
Eran las 06.30 horas cuando llegaron los bomberos. En esos momentos, había algunas personas fuera del edificio. De él salía un gran tiro de humo negro, que se extendía por el interior de la vieja comisaría tapiada.
Sin embargo, cuando entraron los bomberos se percataron de que dentro todavía había personas. Alguno, incluso, se escondía. «Cuando creíamos que habíamos logrado sacarlos a todos, escuchamos una tos de una persona que se ocultaba de nosotros», detallaron las fuentes consultadas por este periódico.
Al final, el incendio obligó a desocupar un inmueble abandonado que estaba siendo utilizado por una docena de personas y varios animales de compañía.
Las fuerzas de seguridad aseguraron que existía una orden de desahucio sobre los ocupantes de la antigua comisaría, cuya materialización se iba a ejecutar este mes, de ahí que algunos fueron reticentes a abandonar el inmueble, por el temor de que no se les volviera a permitir la entrada.
Aunque se desconocen las causas del incendio, los bomberos creen que las llamas pudieron originarse en un cortocircuito que afectó a un microondas que estaba enchufado en la primera planta.
Tras el empleo de unos quinientos litros de agua y la ventilación del edificio, el operativo que estuvo formado por ocho agentes del parque de La Isleta (contando la primera salida, el vehículo de altura y los relevos) dio por extinguido el incendio de la comisaría de Miguel Rosas en torno a las 09.00 horas de este domingo. En la actuación también intervinieron agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local.
El humo que se originó en el inmueble abandonado también afectó al dispositivo Gánigo, un centro de baja exigencia que da cobijo a personas sin hogar.
Después de asegurarse de que el Gánigo no había sido afectado por las llamas, y tras comprobar que el humo estaba entrando, los bomberos aconsejaron ventilar el recurso social y confinar a todos los residentes en sus habitaciones para evitar la inhalación de humos. Los bomberos comprobaron que algunas vías de evacuación de Gánigo estaban «taponadas» y que la estructura del edificio estaba «parcheada».
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