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«Necesitas echar un buen polvo, mal follada», le dijo a una empleada

Condenan a tres directivos de una empresa por acoso laboral y sexual y abuso sexual cometido sobre dos empleadas en la capital grancanaria

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 30 de mayo 2025, 02:00

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La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha confirmado la condena impuesta a Ritesh Ahuja, Carmen Débora Hernández Morales y Manish Ahuja por los delitos de acoso sexual, abuso sexual y acoso laboral cometidos contra dos trabajadoras de la empresa Signo Editores SL, durante el tiempo en que ejercieron funciones de dirección en las delegaciones de Gran Canaria y Tenerife. Los hechos ocurrieron entre marzo de 2017 y febrero de 2018.

El fallo del Alto Tribunal desestima los recursos de casación interpuestos por las defensas de los condenados y ratifica la sentencia dictada en primera instancia por el Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas de Gran Canaria, confirmada posteriormente por la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Los hechos probados establecen que Ritesh Ahuja, en calidad de delegado de la empresa en Gran Canaria, y su esposa, Carmen Débora Hernández Morales, jefa de equipo, sometieron de forma conjunta a las trabajadoras, Patricia y Matilde (nombres ficticios para preservar su identidad), a un trato laboral sistemáticamente degradante desde marzo de 2017. Ambos, con pleno conocimiento y aprovechando su posición jerárquica, les impusieron normas de conducta estrictas y humillantes, tales como desayunar y comer exclusivamente en los lugares que ellos decidieran, dentro del tiempo que ellos fijaran, además de integrar un grupo de WhatsApp en el que debían enviar un mensaje de buenos días antes de las 07.55 horas, cuando la jornada comenzaba a las 08.00. Las trabajadoras estaban obligadas también a responder a un mensaje nocturno enviado entre las 22.00 y las 23.00 horas, con la amenaza de ser recriminadas públicamente o incluso despedidas si no lo hacían.

Además, les prohibían mantener relaciones personales fuera del trabajo y eran objeto de expresiones vejatorias frecuentes, como «paquetes», «caras amargadas», «follaste», «lo que necesitas es echar un buen polvo» y «mal follada». Ritesh Ahuja, cada mañana, entraba en la oficina golpeando con las manos mientras gritaba «¡vamos a reventar!», ordenando a todos repetir la frase. Mantenía a Patricia en su despacho donde le profería insultos, en ocasiones a tal punto que la trabajadora llegó a hacerse pis encima, y en otra ocasión vomitó.

A partir de septiembre de 2017, al ver fotografías en redes donde Patricia y Matilde aparecían juntas, los acusados asumieron que ambas mantenían una relación sentimental. Desde entonces intensificaron el acoso verbal, cuestionando su vínculo y exigiendo que pusieran fin a su relación de amistad o afectiva. Ritesh Ahuja, en particular, continuó hostigando a Patricia en su despacho, dando golpes sobre la mesa y conminándola a terminar dicha relación.

Asimismo, Ritesh Ahuja, entre marzo de 2017 y febrero de 2018, realizó múltiples insinuaciones de carácter sexual a Matilde. Estas incluían llamadas reiteradas con proposiciones sexuales y comentarios íntimos. En la oficina, al cruzarse con ella, la sujetaba por la cara mientras le decía: «¡Qué cara más bonita tienes por las mañanas. Tú sabes que te quiero de verdad!». En otra ocasión, se acercó por detrás y le acarició los pechos con la mano.

En cuanto a Manish Ahuja, delegado de Signo Editores en Tenerife, se demostró que durante una visita a la oficina de Las Palmas, mostró a Matilde una fotografía suya recién salido de la ducha con una toalla en la cintura, diciéndole: «Mira mis abdominales, toca, toca. Tú ya no te acuerdas de lo que es estar con un hombre porque sólo estás con mujeres». También le preguntó si era fiel a su mujer, sugiriendo que «él había cosas que no le contaba a la suya», y la invitó a salir, beber y terminar en un hotel, afirmando: «yo me encargo de todo». Tras la negativa de la trabajadora, el acusado respondió que era «una parada», que como ella «tenía mujer no se atrevía a nada, que tenía los huevos cargados» y que si «sabía como ayudarle» o si ya no se «acordaba de lo que era estar con un hombre. Que la vida sólo es una». Durante la cena, pidió permiso a Patricia para salir con ella la semana siguiente. Al notar la incomodidad, Matilde se retiró al baño; al salir, Manish Ahuja la agarró por el brazo, la abrazó por detrás y se rozó con su miembro viril erecto sobre ella.

Las condenas

La Sala impuso a Carmen Débora Hernández Morales una condena de ocho meses de prisión como autora de un delito de acoso laboral, la prohibición de comunicarse con las víctimas y de aproximarse a menos de 150 metros durante tres años, además del pago de las costas.

Ritesh Ahuja fue condenado por el mismo delito a un año de prisión, mientras que por acoso sexual a cuatro meses, y por abuso sexual a un año y tres meses, prohibiciones de comunicación y acercamiento a Patricia y Matilde por diferentes periodos de entre uno y tres años, y libertad vigilada tres años una vez cumplidas las penas de prisión.

Por último, Manish Ahuja fue condenado por abuso sexual a la pena de un año y ocho meses de prisión, prohibición de comunicación y de aproximación a menos de 150 metros de Matilde por cuatro años y libertad vigilada durante cuatro años tras el cumplimiento de la pena privativa de libertad.

En concepto de responsabilidad civil, Carmen Débora Hernández Morales y Ritesh Ahuja deberán indemnizar de forma conjunta y solidaria a Patricia y a Matilde con 15.000 euros a cada una. Además, Ritesh Ahuja deberá indemnizar a Matilde con otros 6.000 euros y a Patricia con 3.000 euros adicionales.

Las trabajadoras estuvieron representadas por las letradas Luisa Acosta Estévez y Yasmina López Déniz.

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