Muere César Honaine, fotografía en el corazón insular
Registró con su cámara la sociedad grancanaria durante décadas
El fotógrafo estadounidense Lewis Hine no dudaba en afirmar que «si pudiera contarlo con palabras no me sería necesario cargar con mi cámara», y lo hacía en una época en la que la información, la comunicación pública, la transmisión de ideas, afrontaba un verdadero y significativo cambio con la introducción y el uso generalizado de nuevas tecnologías como pudieron ser el telégrafo, el teléfono, la linotipia e inéditas tecnologías de impresión, o la propia fotografía.
Y esto es interesante rememorarlo al ver cómo, en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, aparecieron en Gran Canaria varios fotógrafos que no sólo dejaron huella honda en la sociedad de su tiempo, sino que con su lenguaje fotográfico escribieron valiosos capítulos para la historia isleña.
Nombres como Luis Ojeda Pérez, Carl Norman, Charles Nanson o Pierre Sarrés, entre otros. Luego, avanzado en siglo veinte, aparecerían nombres señeros para la fotografía en Canarias, valga recordar al inolvidable Francisco Rojas Fariña, popular y afectuosamente siempre conocido como 'Fachico Rojas', y a César Honaine, el fotógrafo de origen argentino que vivió casi toda su vida en la isla, y que aquí realizó una obra fotográfica de enorme interés y solvencia, con la que, además, retrató magistralmente a la sociedad grancanaria durante varías décadas, como se le ha reconocido públicamente.
Ahora nos llega la noticia de su fallecimiento, quizá inesperado, pero no por ello menos triste. Aún recuerdo su presencia en la IV edición de 'Fotográfica San Mateo', en 2016, que le nombró 'padrino' de este evento, en reconocimiento tanto a su trayectoria como fotógrafo, un verdadero clásico de la fotografía isleña, al tiempo que por su magisterio en este arte, y donde se señaló como 'Honaine', especializado en fotografía publicitaria, introdujo en Canarias «la modernidad», con aquellas fotos sobre fondo blanco de una limpieza y minimalismo «pregnante», siendo precursor de «la imagen profesional» y el «marketing fotográfico», trabajando siempre con los mejores equipos que el mercado ofrecía».
Y si la fotografía se instituye como uno de los símbolos de la transformación urbana, económica, social y cultural de Las Palmas de Gran Canaria, tanto en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, al tiempo que se convierte en verdadera crónica de ese tiempo finisecular, y en décadas fundamentales para la modernización de la vida insular, como fue aquella época de los años sesenta a los ochenta, también jugó un papel relevante en la difusión de la imagen de la ciudad y su puerto a nivel internacional, en la difusión del rostro de quienes la habitaban, al tiempo que contribuye a promover su imagen de destino turístico, habrá que tener en cuenta entonces la obra fotográfica de autores como César Honaine, que la entendió, la captó y la expresó sabiamente, dejándonos un conjunto de imágenes que son verdaderas páginas de historia insular.
Esto lo capté perfectamente, y fue todo un honor para mí, cuando trabajé junto a él, en la parte de textos, en el libro sobre 'Parques y Jardines, el corazón de la ciudad', editado en el año 2002 por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, en el que se destacaba «la fotografía, hecha con la certera y artística mirada de César Honaine», y juntos nos metimos «en las entrañas de cada uno de los lugares descritos para que el lector conozca su historia».
Ahora, al despedirle, con la pena en el alma, también debemos ser consciente que ya vivirá para siempre en la memoria de una isla a la que él contribuyó a dar rostro a su alma, a sus sentimientos, a través de una imagen fotográfica de enorme creatividad, y acorde a los tiempos que retrataba, donde ahora crecerá en las miradas de cuantas personas se sigan acercando a ellas.