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Francisco y Ángela María en el tren que les llevó a Tánger. F.V.
Una luna de miel que acabó en una odisea

Una luna de miel que acabó en una odisea

Terremoto en Marruecos ·

Francisco Viera y Ángela María Hernández viajaron a Marrakech tras contraer matrimonio y su salida del país «ha sido una aventura de Willy Fog»

Rafael Falcón

Rafael Falcón

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 16 de septiembre 2023, 23:08

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Marruecos sigue restañando sus heridas tras el terremoto que quebró la vida de miles de personas. Lo vivido el pasado viernes 8 de septiembre quedará en el recuerdo de todo un país y de todos aquellos que lo vivieron en primera persona. A raíz de este suceso se han sucedido infinidad de historias, con muchos canarios implicados. El testimonio de Francisco Viera y Ángela María Hernández podría servir de argumento para una película.

Francisco y Ángela María contrajeron matrimonio y la ciudad elegida para su viaje de luna de miel era Marrakech, del 7 al 14 de septiembre, una semana idílica que se convirtió en una odisea que no olvidarán en su vida. «Llegamos a Marrakech el día 7 por la tarde. Nos alojamos en un riad dentro de la Medina y alquilamos un coche, ya que el viernes nos fuimos de excursión a Agadir. Regresamos por la tarde y ya por la noche entramos de nuevo en Marrakech. Habíamos alquilado un garaje dentro de La Medina y nos volvimos locos dando vueltas entre las callejuelas sin encontrarlo. No había manera de encontrar ese garaje y sobre las 23.10 horas, ya desesperados y a punto de dejar el coche en la calle, sentí algo en el coche y le dije a mi mujer que habíamos reventado una goma porque el vehículo se movía de una manera irregular. De repente, empezaron a caer farolas, muros, salían señoras gritando. Un caos. No sabíamos qué había pasado. Paré el coche y mi mujer me dijo que si había sido una bomba. Los movimientos duraron cerca de 15 segundos y nos bajamos. La incertidumbre era total y el miedo se apoderaba de todo el mundo. Intentamos mantener la calma y decidimos que teníamos que salir con el coche de allí. Intentamos circular entre las calles, pero la misión se hacía muy difícil. Nos topamos con una casa derrumbada y la calle llena de cascotes. Nos bajamos y varias personas nos ayudaron a quitar piedras y por fin pudimos salir de La Medina y llegar a un gran parque. Allí aparcamos. El parque se llenó con miles de personas que pasaron allí la noche», relata Francisco como si lo estuviese reviviendo.

Atemorizados y con el pensamiento de saber que aún les restaban seis días en Marrakech, lo primero que hicieron fue acercarse a su alojamiento para recoger sus cosas, principalmente los pasaportes. «Tuvimos dificultad para acceder. Llegamos y subimos a la habitación. Estaban las lámparas en el suelo y las paredes rajadas. Recogimos nuestras pertenencias y nos fuimos de nuevo a la plaza y nos sentamos dentro del coche. Solo pudimos comer un pan árabe que nos ofreció un señor. Pensamos ir a primera hora de la mañana al Consulado de España. A las nueve en punto estábamos en la puerta, pero no aparecía nadie. Casi al irnos llegó una chica y nos tomó nota de los datos del pasaporte y nos dijo que nos llamarían. Aún estamos esperando. Nos dijo que para cambios de pasajes lo mejor era ir al aeropuerto», sigue relatando. «El aeropuerto era un caos. No encontramos oficina de Binter y en contacto con la compañía nos dijeron que no había opción, por lo que teníamos que esperar hasta el jueves 14 de septiembre, que era la fecha de nuestro pasaje de vuelta. Aquello era una tragedia y no podíamos estar más tiempo allí», afirma.

Por lo que la solución que adoptaron era abandonar Marruecos. Ahí empezó una aventura que ellos mismos denominan como «un viaje de Willy Fog. Dejamos el coche y sacamos billete de tren de Marrakech-Casablanca, contamos con el apoyo logístico desde Gran Canaria de la familia y mi sobrino que iba sacando billetes por Internet y así ganábamos tiempo. Luego en tren fuimos de Casablanca a Tánger. Allí nos subimos a un ferry con destino Algeciras. Llegamos el domingo por la mañana. Tras 38 horas sin dormir ni comer, cogimos una habitación y nos aseamos y comimos para seguir la aventura. Primero Algeciras-Málaga y luego a Madrid».

Allí han pasado varios días de relax tras una luna de miel que se convirtió en una odisea y ya están de vuelta en la isla, recordando «que escapamos porque no encontramos la plaza de parking en La Medina». Francisco y Ángela María pensaban disfrutar de los encantos de Marruecos, pero todo se fue al traste por un terremoto que ha provocado miles de pérdidas humanas.

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