
Caso Juani Ramos: ¿puede haber juicio sin cadáver?
Tribunales ·
En España se han celebrado varios juicios con sentencias condenatorias de crímenes sin restos de las víctimas. En este caso, Miguel Ramos Quesada es el único sospechosoSecciones
Servicios
Destacamos
Tribunales ·
En España se han celebrado varios juicios con sentencias condenatorias de crímenes sin restos de las víctimas. En este caso, Miguel Ramos Quesada es el único sospechosoLa decisión de la magistrada María Auxiliadora Díaz de tramitar por la Ley del Jurado por un presunto delito de asesinato, el caso de Juani Ramos -la mujer que desapareció a manos, presuntamente, de su expareja Miguel Ramos Quesada- ha marcado un hito en una instrucción que se inició el 20 de agosto de 2016 cuando esta vecina de La Paterna fue vista por última vez.
Se trata de un caso muy complejo en el que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria, en conjunto con la Brigada de Homicidios de la Policía Nacional, han practicado sin éxito todas las diligencias de investigación posibles para encontrar el cuerpo de la víctima. Los restos de Juani Ramos no han sido recuperados, ni siquiera pudieron hallar su ADN en alguno de los posibles escenarios en los que pudo estar antes de desaparecer y, de forma paralela, el único sospechoso negó desde el primer momento haber tenido participación en los hechos.
A pesar de este escenario, a priori pesimista, la instrucción del caso ha permitido acumular un importante número de indicios que conducen, según la Fiscalía y la acusación particular ejercida por el letrado Alberto Hawach, a apuntar a Miguel Ramos Quesada como presunto autor del crimen. Por eso, la autoridad judicial lo ha dictado el próximo día el próximo día 16 de abril a las 11.00 horas para que comparezca ante María Auxiliadora Díaz en un acto en el que las partes tendrán que concretar la imputación en su contra, pedir la práctica de más diligencias si así lo estiman o, por defecto, la defensa tiene incluso la potestad de interesar el sobreseimiento de la causa.
Un escenario que despeja el procedimiento y que lo conduce a la posible celebración de juicio ante un jurado popular, aunque para ello la ley determina que -en síntesis- aún tendría que convocarse una audiencia preliminar, las partes tendrían que elevar sus escritos de acusación y defensa y la autoridad judicial dictaría de esta forma el auto de hechos justiciables, el paso previo al señalamiento y celebración de juicio ante la Audiencia Provincial de Las Palmas.
El de Juani Ramos es un caso excepcional a pesar de que en España se han juzgado y condenado por crímenes sin cadáver, aunque en estos precedentes hubo otras circunstancias que propiciaron las sentencias.
En 1993 fue condenado Ramón Laso Moreno, un asesino en serie español que mató a su primera mujer y su hijo de seis años en 1988 y, en 2014, a su segunda esposa y su cuñado.
Nacido en 1955 en Jaén, pasó la mayor parte de su vida en Tarragona donde se casó y tuvo un hijo. La historia negra de Ramón Laso comenzó el 9 de junio de 1988, cuando un tren decapitaba a su mujer Lolita Camacho, de 25 años. El maquinista vio el cuerpo de la víctima acostado en las vías y, aunque intentó evitarlo, la locomotora le pasó por encima. La Guardia Civil investigó y cerró el caso como un suicidio.
Nueve meses después, el 2 de marzo de 1989, el asesino y su hijo Daniel, de 6 años, sufrieron un accidente de coche al caer por un barranco. En el siniestro el menor murió calcinado, Laso resultó ileso y, además, cobró del seguro tres millones de pesetas que usó para montar un videoclub.
En este primer episodio, el padre de Lolita Camacho nunca quiso creer que su hija se había quitado la vida por lo que contrató a un detective privado que descubrió que Ramón le fue infiel e incluso le había pedido el divorcio.
Como Ramón Laso no quería pagar la pensión por su hijo, acabó con la vida de ambos. La Policía Nacional reabrió el caso y probó que este asesino colocó el cuerpo de su esposa sobre los raíles y, nueve meses después, quemó el vehículo accidentado con su hijo en el interior.
Fue condenado en 1993 a 56 años de cárcel pero salió después de ocho años entre rejas al disfrutar de beneficios penitenciarios.
En principio, estos hechos no tendrían similitud con el caso de Juani Ramos, pero al quedar en libertad, Ramón Laso empezó un noviazgo con Julia Lamas, la portera de un edificio de la Rambla de Tarragona.
Todo iba aparentemente bien entre ambos hasta que, meses después, el asesino se empezó a acostar con Mercedes Lamas, que era la hermana de su novia y que estaba casada con Maurici Font.
Como Julia Lamas y Maurici Font podrían haber supuesto un problema para seguir relacionándose con Mercedes, Ramón Laso acabó con la vida de ambos.
En principio el asesino contó que su pareja y su cuñado habían huido porque ellos también estaban liados e incluso construyó pruebas falsas, pero finalmente fue descubierto y condenado a 30 años de prisión a pesar de que nunca se encontraron los cuerpos, ni restos biológicos, ni armas y sin que hubiera confesión.
El jurado consideró probado que Laso fue el último en ver a las víctimas el 29 de marzo de 2009 y desde ese día la pareja no realizó ni un movimiento bancario, ni una compra, ni una visita al ambulatorio, a pesar de que Maurici Font se medicaba por diabetes y por depresión.
Laso tampoco supo explicar por qué apareció en su mesilla de noche el móvil con el que un supuesto Maurici Font llamó, entre otros, al Diari de Tarragona para pedir que no les buscaran porque él y su cuñada habían huido juntos por voluntad propia.
Además, su pasado delictivo y el perfil psicopático que los peritos trazaron del acusado durante el juicio, fueron clave para que lo condenaran a 30 años de cárcel por un crimen en el no hubo cuerpos ni confesión.
En clave canaria, la Audiencia Provincial de Las Palmas condenó en 2013 a 14 años de cárcel al ciudadano marroquí Abdechak Chabani por haber matado a un conserje jubilado del Cabildo de Gran Canaria llamado Fermín Ortega. En este juicio también fue penada a dos años Fátima Ait Ben Salah, en este caso al protagonizar un papel de encubridora.
Al igual que en los procedimientos anteriores, nunca se llegó a localizar el cadáver del conserje, pero sí hallaron sangre en la casa del condenado que, al cotejarla, era compatible en un 99,99% con la de la víctima.
Los hechos probados describieron que Abdechak Chabani trazó un plan para hacer desaparecer al conserje, con el fin de recuperar la relación sentimental que mantenía con la otra acusada, tras enterarse de que pretendía casarse con el fallecido.
Chabano citó a Fermín el 20 de abril de 2011 en su domicilio de La Isleta y, una vez allí, le dio un golpe en la cabeza con un objeto contundente como un martillo o un palo, que hizo que la víctima cayera al suelo, donde le siguió golpeando. Luego, se deshizo del cadáver y del arma, según el veredicto.
Otro crimen en el que hubo condena sin cadáver fue el de Pilar Cebrián a manos de su marido Antonio Losilla en abril de 2012.
Bautizado como el crimen de Ricla por el nombre del lugar en el que se produjo el asesinato, acabó con una condena de 16 años de prisión: 14 por el homicidio de su esposa, un año por un delito de falsedad y otro por un delito contra la integridad moral.
El jurado consideró que hubo pruebas suficientes para condenarle, entre otras, dos manchas de sangre que se hallaron bajo una mesa y los restos biológicos encontrados también en el sifón de la ducha donde Antonio Losilla se lavó tras descuartizar el cuerpo de su esposa.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.