Guanarteme se defiende de la especulación urbanística
Residentes en este barrio de Las Palmas de Gran Canaria se manifestaron en la mañana de este sábado para denunciar la situación que sufren por el crecimiento desmesurado de unas edificaciones que asfixian a este enclave que mira a Las Canteras
Residentes en el barrio capitalino de Guanarteme y en otros puntos de Las Palmas de Gran Canaria acudieron en la mañana de este sábado al llamamiento realizado por la plataforma ciudadana Guanarteme se Mueve para denunciar la especulación urbanística que sufre un enclave que se siente asfixiado ante el crecimiento de nuevas edificaciones, que aseguran no se ve recompensado con las dotaciones que creen necesarias.
Bajo el lema 'Guanarteme no se vende, se defiende' los manifestantes emprendieron, pasadas las 11.00 horas, un itinerario que les llevó desde plaza América por las calles Luchana, Párroco Francisco Rodríguez, Numancia, Almansa y Simancas, para culminar en la plaza del Pilar, donde se procedió a la lectura de un manifiesto.
Los convocantes, que llevan dos años en lucha ante un crecimiento inmobiliario que denuncian está desdibujado la identidad de este barrio, pretendían con esta acción reivindicativa llamar la atención una vez más sobre las carencias que sufren sus residentes en lo que a servicios básicos se refiere, como alcantarillado, asfaltado o accesibilidad, mientras nuevas construcciones van apoderándose de la zona.
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Lidia Cruz es integrante de Guanarteme se Mueve, entidad que ya convocó una manifestación en julio de 2023 para tratar de frenar la edificación que ya toma forma en la plaza de América , un inmueble de más de 400 viviendas que ejemplifica el crecimiento en altura que consideran se come al Guanarteme de toda la vida. Un asunto que, explica, han llevado a los juzgados.
Añade que desde entonces la situación en el barrio no ha hecho más que agravarse, de ahí esta nueva concentración. Y es que esta portavoz de los ciudadanos que se reconocen afectados denuncia aspectos como el levantamiento de nuevos «rascacielos» que cambian el paisaje dejando más cemento y menos zonas verdes.
También apunta que este modo de actuar se traduce en la gentrificación de un barrio que ve cómo se expulsa a sus vecinos y también al pequeño comercio, «que se ve reemplazado por franquicias», lo que hace que «se rompa el tejido social».
Asegura que «la gente no puede alquilar y mucho menos pensar en comprar» y que se les pide hasta «mil euros» de renta. Una circunstancia que afirma afecta a las familias y también «a la gente joven, que tiene que compartir piso y no puede independizarse».
Asimismo señala que este crecimiento de edificaciones «de más de cinco plantas, que es lo autorizado en la zona», trae consigo el colapso de las infraestructuras que asegura están obsoletas, «porque el barrio ha crecido pero ellas no», y también debido al aumento del tráfico, del ruido y el tapón de vías principales como la calle Mario César, «algo que es un peligro» del que dice han alertado al Ayuntamiento.
De igual modo, indica que hay otros aspectos como la falta de espacios para reunirse los vecinos o jugar los niños que sustentan esta nueva protesta en la calle, que fue respaldada por ciudadanos de otros puntos de la urbe que también reivindican su derecho a permanecer en sus barrios o que demandan mejores servicios y más atención del Ayuntamiento, como Las Torres, El Batán, Siete Palmas, Reina Mercedes, Barrio Atlántico o San Francisco.
Desde Guanarteme se Mueve recuerdan que la solución a los problemas que denuncian la tiene el gobierno de la ciudad. «Esto hay que gestionarlo y quien tiene esa capacidad es el Ayuntamiento», expone Cruz, quien critica que desde la corporación se les diga que el PGOU «es el que manda, pero luego ellos hacen modificaciones que llaman menores cuando quieren».
También critica que se libere a constructoras como la del edificio de la plaza América de la obligación de compensar a la ciudadanía con la ejecución de un tramo del final de Mesa y López, «pues en el último pleno se aprobó que será el Ayuntamiento quien lo haga, es decir, que lo pagamos todos».
La postura del Ayuntamiento
La alcaldesa Carolina Darias fue cuestionada este viernes por la manifestación convocada en Guanarteme. Al respecto expresó su «respeto a todos los movimientos que considere hacer la ciudadanía» pero añadió que «nos guiamos con el cumplimiento estricto de la legalidad. Un PGOU que es el que está vigente y, por tanto, genera derechos y también obligaciones. Y es el que se está llevando a cabo «con las distintas actuaciones urbanísticas» en la zona y con «actuaciones por parte del Ayuntamiento, para seguir incrementando los servicios y dando mejores prestaciones».
Texto íntegro del manifiesto leido tras la manifestación
Vecinas, vecinos, compañeras y compañeros:
Hoy nos hemos reunido aquí no solo para marchar, sino para alzar la voz. Para decir, con fuerza y con claridad:
¡Guanarteme no se vende, se defiende!
Nuestro barrio, que siempre fue un lugar de vida, comunidad y cercanía, hoy está siendo devorado
por una maquinaria que prioriza el cemento, el dinero y el beneficio privado frente a las personas.
Nos están echando.
Y lo decimos así, sin rodeos: nos están expulsando de nuestras propias calles, de nuestras casas, de nuestra historia.
Sufrimos una gentrificación galopante, que transforma nuestras viviendas en pisos turísticos, eleva los precios del alquiler hasta niveles imposibles, y obliga a familias enteras a abandonar el barrio donde han vivido toda su vida.
Vemos cómo el barrio se colapsa, día a día, con construcciones masivas que no respetan ni la escala humana ni la identidad del entorno. ¿Cuántas grúas más tenemos que ver para entender que esto no es progreso, sino destrucción? Se construyen torres para quienes no viven aquí, mientras los de aquí somos invisibles.
Sufrimos la falta de zonas verdes, de sombra, de espacios comunes, de aire limpio. Cada vez hay más cemento, más asfalto, más coches… y menos árboles, menos rincones donde vivir la calle y compartir la vida. ¿Qué clase de ciudad se construye sin cuidar a sus vecinas y vecinos?
Estamos saturados de ruido, de tráfico, de obras constantes. Vivir en Guanarteme se ha convertido en un ejercicio de resistencia. Porque no solo se trata de especulación inmobiliaria: también se trata del deterioro de nuestra calidad de vida.
Hoy estamos aquí porque amamos nuestro barrio. Porque Guanarteme no es solo un conjunto de calles, edificios o solares.
Guanarteme es historia viva. Es infancia en las aceras, conversaciones en las esquinas, ventanas abiertas al viento del mar, vecindad, solidaridad y vida compartida.
Venimos a decir, alto y claro, que no queremos un barrio que expulse a su gente. Queremos un barrio que abrace, que cuide, que respete su identidad.
No somos enemigos del progreso. Somos defensores del sentido común. Y el desarrollo no puede ser sinónimo de destrucción.
No queremos torres que tapen el sol. No queremos más sombras sobre nuestras casas ni sobre nuestras vidas. No queremos respirar más contaminación, ni sufrir el ruido de un tráfico que no cabe en nuestras calles.
No queremos que el cemento borre lo que nos hace únicos: la cercanía, la diversidad, la vida de barrio.
Reivindicamos zonas verdes, espacios donde nuestras hijas e hijos puedan jugar, donde las personas mayores puedan descansar, donde el aire vuelva a ser limpio y el paisaje humano vuelva a ser protagonista.
Queremos un urbanismo humano, pensado con y para la gente, no para los intereses de unos pocos.
Decimos basta. Basta a la especulación que convierte nuestros hogares en mercancía. Basta a las decisiones tomadas a puerta cerrada, sin escuchar a quienes vivimos aquí. Basta a las licencias que se dan con prisa, a las obras que no responden a una necesidad real, sino a un negocio.
Guanarteme no se vende. Guanarteme se defiende. Y también Las Torres, La Isleta, El Risco, Las Rehoyas, Tamaraceite, Ciudad Alta y todos los barrios que sufren la misma herida.
Porque esto no solo es en Guanarteme. Es un modelo de ciudad excluyente, que margina a los barrios populares y convierte la vida en negocio.
Defendemos el derecho a vivir donde hemos crecido, a mirar el cielo desde nuestras ventanas, a sentir el sol sobre nuestros balcones, a seguir siendo comunidad.
Defendemos el derecho a una vivienda digna, al descanso, a la tranquilidad, al respeto.
Y Porque amamos nuestro barrio, lo cuidamos. Y porque lo cuidamos, lo defendemos.
A quienes gobiernan, les decimos: Escúchenos. Planifiquen con nosotros, no contra nosotros. Reformen con justicia, no con imposición. Recuerden que detrás de cada casa hay vidas, recuerdos y raíces.
Hoy no termina esta lucha. Hoy la reafirmamos. Con orgullo. Con alegría. Con esperanza.
Porque un barrio vivo es un barrio que resiste. Y Guanarteme resiste.
¡Por un urbanismo justo!
¡Por la dignidad de nuestros barrios!
¡Por el derecho a seguir siendo quienes somos!
¡Guanarteme no se vende!
¡Guanarteme se defiende!