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«La guagua hace mucha falta y si las de excursiones pueden dar la vuelta, ¿cómo no lo va a hacer una guagua normal?», plantea Juan de Dios Sánchez, vecino de San Nicolás, nada más bajarse de la 80 de Guaguas Municipales -que conecta el Teatro con San Francisco- a las puertas del Hospital Juan Carlos I, última parada en el barrio de la única línea que le presta servicio y que vio alterado su recorrido en febrero de 2018, cuando se cerró un tramo de la calle Sierra Nevada por las obras del mirador Punta de Diamante.
El proyecto tenía previsto un plazo ejecución de seis meses pero se quedó en suspenso por la aparición de restos de la muralla original de la ciudad. A día de hoy, los trabajos siguen sin ejecutarse y mantiene un tramo de la referida vía cerrada al tráfico y con ello fuera de servicio varias paradas de guagua, lo que altera la vida de quienes deben caminar un buen tramo desde las puertas del recinto hospitalario hasta sus casas.
Una acción que para muchos supone un reto, sobre todo para las personas de más edad o las que vienen de la compra, como señala Lely Ruiz, que lo sufre en primera persona. A esto se suma la molestia que esta circunstancia supone para los usuarios del transporte público en días de climatología adversa.
Al recorte en el recorrido de la línea 80 se suma una frecuencia de paso que resulta insuficiente para unos vecinos que la ven pasar cada 55 minutos. «El otro día se me escapó y aunque le toque al chófer no me abrió, y venía del médico. Pero sabiendo que iba a tener que estar una hora esperando, tuve que coger un taxi», refiere Candelaria Santana, poniendo voz a una realidad que afrontan otros vecinos como ella que, en muchos casos, optan por coger líneas que les dejan más alejados y echarse a andar.
«Si se me escapa la 80 cojo la 8 o la 81 y me quedo en la Cruz», dice Margarita Quintana refiriéndose al símbolo que da nombre al vecino barrio de Cruz de Piedra.
La demanda que se hace desde San Nicolás de un servicio que no se limite a la guagua que cada hora llega al barrio no solo busca atender la necesidades de quienes residen en la zona, sino de las personas que acuden por cuestiones médicas al Hospital Juan Carlos I.
«El servicio tarda unos 55 minutos y ahora, al dedicarse el anexo del Hospital Juan Carlos I, que antes era para el covid a tratamientos derivados del Negrín y del Insular, vienen más usuarios. Además de los que vienen a la logopedia infantil, rehabilitación de niños y los usuarios de Psiquiatría o de Salud Mental de Triana. Pero seguimos teniendo el mismo transporte», denuncia Israel Medina, presidente de la asociación vecinal y cultural Cofiris de San Nicolás. Por eso no solo demanda más frecuencia de paso de la 80, sino que «entre al Hospital después de las 15.00 horas», algo que asegura no ocurre en la actualidad.
«Si los demás hospitales tienen servicio de guagua a cada rato, aquí también debería haberlo, porque se benefician los vecinos de San Francisco y San Nicolás y los usuarios que vienen a sus tratamientos», insiste.
También pide que esta línea de Guaguas Municipales extienda su servicio más allá de las 21.30 horas, su último paso por el barrio, «pues hay gente que sale más tarde de trabajar» y al concluir su jornada laboral «no tienen guagua para llegar».
De igual modo reclama que «la línea 81, cuando vienen del Puerto hacia el Lomo Apolinario, entre también al barrio y haga una parada ente el Hospital Juan Carlos I» para «beneficiar» tanto a San Nicolás como a San Francisco, «barrios que estamos un poco alejados y marginados en cuanto al transporte público».
Asimismo, reivindica que los fines de semana el risco esté mejor atendido en lo que al servicio público de transporte se refiere, pues «ahora mismo solo tenemos una guagua para cinco barrios, que es la 84», dice en alusión a la línea que conecta el Teatro con el núcleo de Lomo de la Cruz , previo paso por San Francisco.
Medina comenta que «en octubre» se reunió con el concejal de Movilidad, que también es el del distrito Centro, José Eduardo Ramírez, para contarle «estos problemas» y plantearle una vez más la posibilidad de contar con una «guagua pequeña», como la que opera en San Juan, para que amplíe su recorrido por Sierra Nevada y pueda girar en la trasera del Juan Carlos I. «Me dijo que se iba a reunir con Guaguas Municipales», expone, pero sigue a la espera de respuesta.
Otra de las reivindicaciones de los vecinos de San Nicolás es la de dotar de alcantarillado a los números impares de la calle Padre Francisco Rodríguez Pérez, un proyecto «que fue el más votado en los presupuestos participativos de 2018, los primeros del tripartito», recuerda Israel Medina.
Añade que « ya van por la cuarta edición de los presupuestos participativos», pero las casas de esa vía del risco «siguen vertiendo al barranco Guiniguada» y «pagando sus impuestos».
Desde el Ayuntamiento se aseguró en 2021 que el proyecto estaba redactado y presupuestado y se ejecutaría desde la Unidad Técnica del Agua. Pero aún no se ha acometido.
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