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Los vecinos de San Nicolás recibieron en la tarde de este lunes un regalo de Navidad por adelantado: saber que el árbol centenario que se sitúa en la entrada de la ermita del risco, un ejemplar de 'Ficus rubiginosa', se salva de ser talado y va a tener una nueva oportunidad para continuar formando parte de la historia de este enclave de Las Palmas de Gran Canaria.
La buena nueva se la comunicó Gemma Martínez Soliño, concejala de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad, Energía y Parques y Jardines, en el encuentro al que les había convocado en el salón parroquial de la propia ermita y en el que les avanzó el contenido del análisis del árbol encargado a la empresa Dasotec, que ya se encuentra publicado en la web municipal.
Un segundo estudio que el Ayuntamiento encargó precisamente atendiendo a la demanda de unos residentes que, el pasado noviembre, interrumpieron los trabajos previstos para retirar el ficus, respaldados por un informe inicial del equipo técnico de FCC Medioambiente que alertaba del riesgo «inminente» de «colapso y caída» de un ejemplar que supera los 12 metros de altura.
Así, Martínez Soliño informó a los presentes en la asamblea que las pruebas de este segundo estudio reconocen el daño interno del ejemplar pero «no presenta signos de pudrición activa».
El estudio Dasotec recoge que se han utilizado «tres métodos independientes» para alcanzar «el máximo rigor a la hora de determinar el riesgo» del ejemplar. En concreto, las técnicas empleadas fueron «el Método VTA (Visual Tree Assessement) de Claus Mattheck, el Método SIA (Statics Integrating Assessment) de Lothar Wessol, y y el Método TreeSA (Tree Stability Assessment) basado en el método SIA y publicaciones del Dr. Wessoly, Günter Sinn y Martin Erb».
El informe revela, atendiendo al análisis visual e instrumental acometido, que el daño que presenta «es compatible con la estabilidad estructural del árbol, descartando una posible ruptura de su base en condiciones de normalidad».
Así, el resistógrafo utilizado, que viajó desde Madrid y mide a través de una varilla que se introduce en el tronco la resistencia a la perforación, indicó que el ficus tiene madera en buen estado al menos los primeros 40 centímetros, lo que supone un grosor suficiente para garantizar su estabilidad.
En cuanto a las conclusiones de un estudio que reconoce «un posible defecto en la sustentación de las raíces debido a un hueco en el tronco sin riesgo estructural para la base pero que continúa hacia el suelo, la demolición del murete que conformaba el alcorque y las obras que supuestamente han dañado las raíces, todo ello en la misma dirección», aconsejan «establecer un protocolo específico para evitar el paso de personas y vehículos en situaciones de meteorología adversa».
También aboga por dotarlo de una estructura exterior que le sirva de apoyo, una medida que comenzará a tomar forma en enero con los trabajos de medición.
Asimismo, se recomienda restaurar el alcorque que rodea el árbol sin dañar las raíces, colocar un vallado perimetral de ese nuevo alcorque para impedir compactaciones del suelo y de las raíces, vigilar semestralmente el estado del ejemplar, colocar sensores para determinar las variaciones diarias y semanales del movimiento y compensar la copa con pequeñas podas de formación que eliminen peso.
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