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El juicio contra la mujer acusada de inyectar silicona líquida en la cara de 37 mujeres en Las Palmas de Gran Canaria arrancará el próximo martes, 4 de junio, en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas después de que en octubre no se llegara a un acuerdo para evitar la vista.
El Tribunal tendrá que dilucidar si, tal y como apuntan las acusaciones, la acusada, Gloria Esperanza B. H., de origen colombiano y nacionalidad española, cometió un delito de intrusismo laboral -ya que se hacía pasar por médica jubilada- y 37 de lesiones por imprudencia grave.
La vista está dividida en tres sesiones que se desarrollarán la próxima semana -el martes, miércoles y jueves- en la sección presidida por el magistrado Emilio Moya Valdés.
Esta mujer, según la Fiscalía, cometía los hechos en su domicilio situado en Escaleritas y ha sido acusada por la Fiscalía Provincial de Las Palmas -como adelantó este periódico en enero- por la comisión de unos delitos por los que le pide una pena que suma 30 años y 10 meses de cárcel y el pago de 185.000 euros en concepto de indemnizaciones para las afectadas.
Según detalla el escrito de acusación del Ministerio Público, Gloria Esperanza B. H. -de origen colombiano y nacionalidad española- cometió los supuestos hechos en el periodo de tiempo comprendido entre el año 2016 hasta 2019, en su domicilio de la calle Luis Benítez Inglot, en el barrio capitalino de Escaleritas.
Allí efectuó, «sin disponer de ningún titulo que la habilitara para ello», sostiene esta parte, actuaciones médicas consistentes en infiltraciones estéticas de relleno en labios con silicona líquida subcutánea, un material inyectable que «no está autorizado en España como sustancia de relleno por la Agencia Española del Medicamento», detalla.
Las personas que acudían al domicilio de la acusada se dejaban realizar los pinchazos «en la creencia de que les estaba siendo inyectado ácido hialurónico» en vez de la propia silicona, ya que así lo anunciaba a las clientas la falsa doctora.
Para consumar el engaño, Gloria Esperanza «se cuidaba de tener preparados los inyectables con el contenido de dimetilsiloxane (silicona) antes de la llegada de sus clientas», para que las mismas no se dieran cuenta de que no era hialurónico sino la otra sustancia prohibida.
Esta mujer cobraba normalmente el importe de 150 euros por la primera sesión y otros 50 más por una segunda de retoque a la que se sometió la inmensa mayoría de las 37 personas perjudicadas. A muchas de ellas les llegó incluso a decir «que era médico jubilada», detalla la fiscal Cristina Coterón.
Como consecuencia de estos tratamientos, las víctimas sufrieron importantes daños y secuelas en las zonas inyectadas como eran los labios, entrecejo y surco nasogeniano e incluso cinco de ellas tuvieron que operarse de urgencia al sufrir dolores y un perjuicio estético notorio. En total, las 37 víctimas pagaron a la acusada 8.660 euros por los tratamientos recibidos.
El juicio se celebrará finalmente después de que el pasado mes de octubre las partes no llegaran a un acuerdo para evitarlo, al no quedar las víctimas satisfechas con la reparación que les ofrecía la acusada, de 200 euros al mes durante 18 años a repartir entre todas ellas (43.200 euros).
Dicha oferta fue considerada por una de las perjudicadas, la única que se persona como acusación particular a la vista, como «vergonzosa».
Además de esta víctima, también se personó en la causa el Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas, que solicita una condena por intrusismo laboral contra la acusada por haberse hecho pasar por falsa facultativa.
La Fiscalía detalla el padecer que sufrieron las 37 mujeres que dieron el paso de denunciar a la falsa doctora por haberles inyectado silicona líquida en la cara.
Este grupo de afectadas comenzó a «sentir semanas después de la intervención», sostiene el Ministerio Público, «dolor en los labios y presencia de durezas en los mismos». Cuando contactaban «preocupadas» con la acusada, ésta les decía que se «hidratasen los labios y los masajeasen» y que se trataba de un «efecto normal tras la infiltración».
Las 37 perjudicadas sufrieron la aparición de granulomas e hipersensibilidad en los labios. Además, podrían presentar en el futuro secuelas como la aparición de «más granulomas, celulitis o migración del producto a otras zonas», determinaron los informes de los forenses del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas.
Para la extracción de estos granulomas es preciso un tratamiento médico consistente en «cirugía», añaden los especialistas, unas intervenciones a las que «no se han sometido muchas de las perjudicadas por falta de recursos económicos», apunta la fiscal Cristina Coterón.
En total, las 37 clientas pagaron sumas que variaban entre 150 y 670 euros, acumulando un total de 10,070 euros y todas ellas reclaman por estos hechos y, por este motivo, la fiscal pide que sean indemnizadas cada una con la cantidad de 5.000 euros.
Todo ello «por las lesiones sufridas y los daños psíquicos y morales», así como el «importe de la cirugía a la que han sido sometidas o deberán someterse para revertir las lesiones, deformidad o secuelas potenciales», generadas.
Por estos hechos la Fiscalía solicita penas que suman 30 años y diez meses de cárcel por un delito de intrusismo laboral y por otros 37 de lesiones por imprudencia grave. Asimismo, pide que se condene a la acusada a indemnizar con 5.000 euros a cada una de las víctimas por los daños físicos y morales que les causó.
Una de las personas afectadas acudió al domicilio de Gloria Esperanza B. H. en diciembre de 2016. Pagó un total de 280 euros con la esperanza de mejorar la apariencia de sus labios. Poco después del tratamiento, comenzó a experimentar hipersensibilidad al frío y al calor, hipersequedad y la aparición de pequeños granulomas. Además, su labio superior quedó visiblemente asimétrico, un recordatorio constante de la experiencia que pensó sería positiva.
Otra clienta, quien pagó 350 euros en marzo de 2016, sufrió una serie de complicaciones que incluyeron hipersensibilidad, hipersequedad y granulomas. Como resultado, su labio inferior presentó una caída notable, afectando no solo su apariencia sino también su autoestima.
En enero de 2018, otra perjudicada decidió someterse al tratamiento y pagó 300 euros. Las consecuencias fueron devastadoras: hipersensibilidad, sangrado habitual debido al cuarteamiento constante de los labios y granulomas en ambas comisuras, además de una depresión central visible en los labios.
Una cuarta víctima recibió el tratamiento en una peluquería en octubre de 2016, pagando 150 euros. Tras el procedimiento, sufrió hipersensibilidad y granulomas que requirieron cirugía para su extracción en febrero de 2019. Pese a la intervención, sigue presentando hipersensibilidad y una notable asimetría en los labios.
En total, las 37 clientas denunciantes pagaron sumas que variaban entre 150 y 670 euros, acumulando un total de 10.070 euros.
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