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El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria acaba de aprobar el plan de acción de la Agenda Urbana Española, una hoja de ruta que trata de preparar las urbes de todo el país frente a los retos del cambio climático, pero también de la gestión sostenible del territorio, el bienestar público y de la reducción de la vulnerabilidad urbana.
La iniciativa contó con los votos a favor del pacto de gobierno, el rechazo del resto de los grupos y la abstención de las edilas no adscritas Beatriz Correas y Carmen Guerra.
El plan, que consta de 94 acciones, debía ser aprobado antes de este martes para no tener que devolver los 300.000 euros de subvención que fueron concedidos por el Estado para su elaboración.
El documento es un compendio de propuestas, muchas ya en marcha o esbozadas, y otras novedosas, como la creación de granjas participativas «para la socialización con animales».
En total, se calcula que la aplicación del plan requerirá de una inversión a largo plazo de casi 3.559 millones de euros.
Para ello se plantean diez objetivos estratégicos. Son los siguientes:
1. Uso racional del suelo: se reservan unos 58,77 millones de euros en acciones como el parque de las charcas de San Lorenzo (atascado por el alto precio de los terrenos), corredores verdes o la rehabilitación de la bahía del Confital (tras cinco años afectada por contaminación).
2. Revitalización urbana: recibirá unos 489 millones de euros para regenerar el casco histórico, los riscos (superando antes el rechazo vecinal en barrios como San José), continuar con la reposición de Las Rehoyas o la rehabilitación de los conjuntos de viviendas de La Paterna, Lomo Apolinario, La Isleta, Escaleritas-Schamann, Barrio Atlántico, El Batán o Jinámar.
3. Reducir el impacto del cambio climático: aquí se recoge el esfuerzo principal del plan de acción, con casi 1.198 millones de euros. Se propone aquí el impulso a las zonas de bajas emisiones, planes contra inundaciones y la subida del nivel del mar o la lucha contra el ruido.
4. Gestión sostenible de los recursos: contará con unos 614 millones, básicamente para mejorar el tratamiento del agua (500 millones). También prevé crear puntos limpios municipales o el impulso al reciclaje.
5. Movilidad sostenible: se destina unos 466 millones con proyectos como el calmado de tráfico del istmo, la reordenación de la red de líneas de guaguas tras la activación de la MetroGuagua o el fomento de modelos blandos en los desplazamientos en el centro histórico.
6. Fomento de la cohesión social: la creación de una red de centros de atención social en los barrios y la atención a la población joven y a la más vulnerable recibirá fondos por valor de 205 millones de euros.
7. Impulso a la economía urbana: se empleará 131 millones para rehabilitar las zonas comerciales abiertas de Puerto-Canteras, Mesa y López, Vegueta-Triana y Pedro Infinito. También se activará la prometida red de miradores.
8. Garantizar el acceso a la vivienda: este objetivo cuenta con un presupuesto de 137 millones. Se incluyen aquí propuestas como la creación de un observatorio de la vivienda, fomento de casas compartidas con ancianos o una red de hogares para población vulnerable.
9. Fomentar la innovación digital: aquí está la famosa agenda digital capitalina o un observatorio de los barrios. Este objetivo contará con una inversión de casi 54 millones de euros.
10. Mejora de la gobernanza: tendrá 25 millones para fomentar los presupuestos participativos o desarrollar planes de acción participados en Ciudad del Campo, La Isleta o Jinámar-Marzagán.
El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, resaltó que son políticas de todo el Ayuntamiento.» Desde hace tiempo se viene trabajando y ahora recogemos ese trabajo previo», indicó.
El edil justificó la urgencia en el hecho de que en diciembre de 2021 se concedió la subvención «y no disponemos hasta mayo de los fondos». Insistió en que el documento no obedece a ninguna filiación política sino a los intereses de los ciudadanos.
El plan de Las Palmas de Gran Canaria es un proyecto piloto a nivel nacional, aseguró Doreste quien defendió la participación, a través de diferentes planes, en la elaboración del documento. «No se puede decir que esto sea improvisado o que caiga del cielo», expuso, «es normal que dejemos acciones esbozadas, esto no es una cosa cerrada y hoy aprobamos el primer paso de ese proceso».
La oposición discrepa de esta perspectiva. El viceportavoz del PP, Ángel Sabroso, criticó que se traiga a toda prisa el plan de acción ahora, ya que desde 2015 se sabía que había trabajar en una agenda sostenible. «Desde 2015 hasta hoy, nuestra ciudad no ha hecho nada», denunció, «tardaron seis meses en aceptar el dinero porque no sabían qué hacer con él».
El edil dijo que «nadie ha participado en la elaboración del documento». En su opinión, es «insuficiente, improvisado, corta y pega de algunas cosas, y un montón de fichas inconcretas, y algunas carentes del mínimo detalle».
Sabroso critica que «no se especifique qué hacer con 2.910 millones de euros sin concreción alguna».
Opina que hay problemas que quedan fuera y que no hay actuaciones previstas en asuntos cotidianos como la seguridad o la soledad.
Para Lidia Cáceres, de Ciudadanos, la falta de gestión se ejemplifica en esta agenda, que recoge muchos proyectos en marcha, algunos en 2011, y otros que son simples esbozos de ideas. Echó en falta un análisis previo de la realidad con la participación de los diferentes agentes sociales. Puso como ejemplo el de la ciudad de Zaragoza, que sometió el contenido de su plan a un proceso participativo de meses.
«Llama la atención la rehabilitación del Confital, que lleva cinco años cerrado al baño», apostilló Cáceres, que echa en falta líneas estratégicas y pone en duda la posibilidad de ejecutar proyectos millonarios como los de agua, que no han sido ni siquiera redactados.
Por su parte, el concejal de Coalición Canaria Francis Candil destacó la importancia del plan de acción para definir la ciudad que queremos de aquí a 2030. «Deberíamos buscar el mayor de los consensos para que hasta el último vecino entienda por dónde va a ir el futuro de la ciudad», propuso en defensa de un proceso participativo que definió como «escaso, por no decir nulo. El Ayuntamiento no puede secuestrar el documento».
Para él, «no existe un trato equitativo» de los diferentes barrios de la ciudad, ni se da una solución a las viviendas vacías, ni se incluya nada para los mayores. «La mayor virtud del plan de acción es que no está terminado, es mejorable en el futuro», añadió.
Carmen Guerra, concejala no adscrita, criticó que se haya tardado nueve meses en aprobar el plan «para salir del paso». También lamentó el desconocimiento social de las propuestas. «No ha tenido en cuenta para su plan los riscos o Tamaraceite», añadió, «por eso, este plan no deja de ser folclore». La edila inicidió en que «los afectados no conocen» el contenido de las propuestas.
José Antonio Guerra, otro edil no adscrito, también apuntó a la falta de participación ciudadana como una de las debilidades del plan. Así, criticó el cierre de la Agencia Local Gestora de la Energía pese a que uno de los objetivos del plan de acción pasa por la mejora de la eficiencia energética. «se han metido los proyectos con calzador, no hay modelo de ciudad, improvisan», definió.
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