
Secciones
Servicios
Destacamos
«Estoy como si estuviera en la cárcel». Así resume Rosario Jiménez la situación en la que vive «hace cuatro años y medio» en la que ha sido su residencia desde hace más de cuatro décadas, en la calle Santa Luisa de Marillac del barrio capitalino de Las Rehoyas.
Explica que «en mayo de 2018» comenzó a buscar una solución a los problemas de malos olores que sufre por las filtraciones fecales que se registran en el patio situado en la trasera de su edificio, en el que además se acumula basura y restos vegetales que la obligan a mantener las ventanas cerradas «porque entran moscas, mosquitos y pulgas», ya que en la zona habitan gatos por la presencia de roedores.
Rosario relata en el salón de su casa, rodeada de los muchos documentos que ha reunido en una travesía que suma casi un lustro, que «primero fui» al vecino que levantó la «construcción ilegal» que alberga el referido patio, pero «como no hizo nada, acudí al Ayuntamiento».
Explica que en ese momento su marido aún vivía y cree que este problema, que achaca a «una alcantarilla que no es el edificio, que las tiene delante» y «debía estar condenada», incidió en sus problemas de salud.
Dice que intentó «por todos los medios resolver el problema», pero «como no me hacían caso» acudió a la Policía. Comenta que un agente «vino y certificó que lo que estaba diciendo era cierto». Sin embargo la solución no llegaba y volvió a «poner reclamaciones a Limpieza y Alcantarillado».
Ante la falta de respuesta, optó por acudir «a Inspección Sanitaria, puse una reclamación y mandaron a Sanidad Pública». En este impás falleció su marido, en 2019, y fue entonces cuando se dirigió «a Medio Ambiente, Patrimonio, Sanidad Pública, Alcantarillado y Limpieza, y mi hijo y yo hablamos con el concejal de Aguas».Además, «pedí audiencia con el alcalde» en un escrito al que adjuntó fotos de la situación que denunciaba y firmas «de los vecinos del edificio y de la zona», pero «no me la dieron».
Esa inacción fue la que la llevó a acudir a la vía judicial ,y tras un primer tropiezo en 2020, por fin en junio de 2021 el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 falló a su favor de su exigencia de que se limpiara y se solventaran los vertidos fecales en la zona.
Rosario asegura que en agosto de ese año el Ayuntamiento abrió una puerta en esa parte trasera de su edificio para acceder y retirar la basura acumulada, «pero no ha hecho nada respeto al problema de los vertidos fecales», por lo que entiende que no ha cumplido la sentencia.
Por eso el día 10 de este mes de octubre presentó un nuevo requerimiento, «que es el cuarto», para que el Consistorio cumpla con lo que recoge ese fallo. Rosario no se explica «que el Ayuntamiento se permita el lujo de no cumplir la ley» y va a pedir «daños y perjuicios».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.