La regulación de las zonas de bajas emisiones se abre a la ciudadanía

El concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, recordó este martes en la rueda de prensa de presentación de esta iniciativa que la normativa estatal impone «tener una ZBE a lo largo de este año» además de «requisitos» entre los que figuran contar «con una ordenanza municipal que las regule». Y «dentro de los requisitos para la propia ordenanza, está el de un proceso de participación previa y de información pública», que es el que ahora arranca, dijo.

El edil, que estuvo acompañado de Ana Moreno, abogada especialista en participación, transparencia y gobierno abierto -que ya ha colaborado con anterioridad con el consistorio en procesos similares-, Paloma Falcón, personal del área de Movilidad, y Patricia Conde, jefa de sección de Movilidad, Tráfico y Transporte del Ayuntamiento capitalino, explicó que este proceso consta de «tres fases».

La primera de ellas es la informativa y se ha iniciado este martes con la presentación a los medios del proceso participativo.

Una etapa inicial que como indicó Ana Moreno, continuará este mes de mayo para «intentar difundir» no solo «qué es una ZBE y por qué se tiene que regular a través de una ordenanza», sino «qué es el proceso participativo y en qué momento la ciudadanía va a poder hacer aportaciones».

Para intentar llegar al mayor número de personas posible, este jueves habrá un primer encuentro abierto a la ciudadanía en el centro cívico Suárez Naranjo, en Arenales, al que seguirán presentaciones en las Juntas de Distrito además de reuniones con técnicos y decisores públicos. Pero además, habrá «un espacio digital» para quienes no pueden acercarse de manera presencial.

Moreno avanzó que la siguiente fase se va a desarrollar «entre junio y julio» y consiste «en la recogida de propuestas» para «escuchar y recoger» las aportaciones ciudadanos además de resolver dudas.

Para ello, expuso, se realizarán talleres así como actividades «que puedan resultar más atractivas». Pero también se recogerán las propuestas 'online' a través de la página https://lpgcmueve.es/.

Este proceso participativo está abierto a toda la población interesada en aportar sus iniciativas, independientemente de su edad o lugar de residencia. De tal modo que pueden tomar parte menores y tampoco es preciso estar empadronado en el municipio capitalino, dado que hay una parte importante de población que reside en otros lugares de la isla pero desarrolla su actividad profesional o formativa en la capital grancanaria.

Solo es preciso completar un sencillo cuestionario de 12 preguntas que ya está a disposición de la ciudadanía en la referida web.Además en ella disponen de información adicional sobre las ZBE.

La tercera y ultima fase es la de devolución de los resultados a la ciudadanía. Aquí, el equipo técnico de la Concejalía de Movilidad valorará qué propuestas ciudadanas se pueden incorporar al documento final. Pero, además, se dará a conocer públicamente el número total de aportaciones, cuáles se incluirán en la ordenanza y cuáles se han descartado y los motivos.

El concejal de Movilidad recalcó que en procesos participativos anteriores se han recogido una gran mayoría de las ideas planteadas por los vecinos y vecinas. Un porcentaje que Ana Moreno situó sobre el 80%.

Además, Ramírez explicó que espera que esta tercera fase «esté finalizada en el mes de septiembre», cuando se prevé que esté «redactada la ordenanza.Sin embargo aclaró que «después se abre el proceso interno dentro del Ayuntamiento, que es complejo», atendiendo a experiencias anteriores. «Sólo el camino que tiene que andar» dentro de la institución municipal «es largo», afirmó.

José Eduardo Ramírez comentó que la ordenanza servirá «para todas las ZBE que propondremos para la ciudad». Recordó que «vamos a empezar por el barrio de Alcaravaneras» porque ya existía «un proyecto previo para hacer unas mini manzanas» que ahora se está modificando «para adaptarlo a la norma».

Pero avanzó que «no renunciamos a seguir liberando de humos otros barrios de la ciudad» pues «nuestra idea es, como mínimo, liberar de humos un barrio por distrito». Aseguró que «esta es una ciudad que se presta» a la implantación de ZBE «porque hay muchos barrios residenciales como Arenales, Schamann, La Isleta».

Respecto a cuando será perceptible esa conversión de Alcaravaneras en una ZBE, dijo que la «idea es que pueda estar implementado antes de que acabe el año» y que la población «empiece a ver lo que es una ZBE, a conocer las normas», aunque «no esté funcionando como tal» al no estar la ordenanza. Pues aunque esté redactada en septiembre, la tramitación hasta su aprobación llevará más tiempo.

Ramírez señaló que pese a que la norma obliga a tener una ZBE en uso antes de final de 2023, «todas las ciudades con las que tenemos relación están en el mismo proceso» e incluso «creo que estamos por delante» de muchas «al haber iniciado el proceso participativo». Por eso confía en que estas urbes de más de 50.000 habitantes «si no las tenemos a final de 2023, las tendremos a lo largo de 2024».

Sobre las restricciones que conllevan las ZBE de cara a los residentes en esos barrios, Patricia Conde explicó que «una vez esté el proceso participativo de la ordenanza, se marcará cómo se excepciona a los vecinos de la zona»