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Los vecinos denuncian que la situación condiciona sus vidas. ARCADIO SUÁREZ
«Esta calle es la ciudad sin ley»

«Esta calle es la ciudad sin ley»

Vecinos de la calle Emilio Castelar, próxima al parque de Santa Catalina, reclaman una solución a los problemas de convivencia que aseguran generan las personas que pernoctan a diario en ella

Rebeca Díaz

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 21 de enero 2023

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Emilio Castelar es una pequeña calle sin salida que mira hacia Simón Bolívar y León y Castillo, en las inmediaciones del parque de Santa Catalina. Su apariencia tranquila es engañosa, según aseguran quienes residen en los inmuebles que la pueblan. Unos ciudadanos que se reconocen auténticos sufridores de una circunstancia que les es ajena pero que condiciona su vida diaria.

Así, aseguran que en cuanto cae la tarde, los soportales de algunos de estos edificios entre los que se encuentra en del Registro de la Propiedad, se convierten en la residencia habitual de una serie de personas sin hogar que no solo pernoctan en la zona, «sino que hacen su vida» en ella.

«No se trata solo de gente que duerme en la calle, sino que beben, consumen y dejan la zona llena de basura», explican quienes no ven una salida a una situación que aseguran se registra «desde hace mucho tiempo» y conocen sobradamente tanto los responsables municipales como la Policía Local, cuyas visita a la zona, comentan, no son infrecuentes.

«La Policía viene por la mañana y los saca de ahí, pero en cuanto llegan las tres de la tarde ya los tienes de nuevo instalados», relatan personas que se ven sobrepasados por una situación que ha llevado a más de no a cambiar de residencia.

«Muchos inquilinos han optado por irse y hay algunos propietarios que tratan de vender porque no soportan seguir conviviendo con este problema», exponen algunos de los vecinos afectados.

Los ciudadanos afectados hablan de insalubridad e inseguridad.
Los ciudadanos afectados hablan de insalubridad e inseguridad. arcadio suárez

«Esto es un infierno pero nadie nos ayuda, nos sentimos desamparados porque no nos apoyan ni el Ayuntamiento ni la Policía», lamentan. No ocultan su impotencia porque «nos vemos obligados a irnos si queremos estar en paz».

Y es que aseguran que no es solo que estas personas hayan tomado la calle y «campen a sus anchas», sino que «hay un claro consumo de drogas» a la vista de todos. Algo que genera problemas de convivencia ya que incluso dicen recibir insultos. «Tenemos que vivir de puertas adentro», se quejan.

Los vecinos perjudicados relatan que «es un asunto que nos preocupa enormemente porque no es plato de gusto ver cómo se drogan debajo de la ventana de tu casa», plantean unos ciudadanos que exigen respuesta.

Abandono

«Esto contribuye al estado de deterioro y abandono que sufre la calle», exponen quienes no dudan en reconocer a su pesar que «esta calle es la ciudad sin ley».

Apuntan que «los fines de semana la cosa empeora» porque «no vienen ni la Policía ni los servicios de limpieza y eso es un desastre».

Además, explican que en la zona pernoctan a diario «unas cinco personas, pero hemos llegado a contabilizar hasta 12 en el mismo día», dicen recordando la imagen de la que fueron testigos en la festividad del Pino del pasado año.

Comentan que este 2023 ha comenzado de la misma manera que acabó el pasado año. Y ponen a modo de ejemplo de lo que denuncian el hecho de que el día 2 de este mes de enero, a primerísima hora de la mañana, «había siete personas durmiendo y haciendo sus necesidades en la acera». Algo que dicen puede certificar «la patrulla policial» que se personó en la zona.

Obligaciones y derechos

Los residentes en la calle Emilio Castelar recuerdan que ellos cumplen con sus obligaciones como ciudadanos, por eso reclaman que también se respeten sus derechos.

«Pagamos nuestros impuestos y no merecemos vivir en estas condiciones de insalubridad e inseguridad», añaden.

«Esta es una calle que ahora mismo está dejada de la mano de Dios», insisten unos residentes que remarcan el problema de «insalubridad» que afrontan.

Además, inciden en que se sienten inseguros. «Hace unos meses parece que la cosa mejoró, pero hemos vuelto a lo mismo, quizás por las obras de la MetroGuagua en el Parque», indican. Por eso, «sales a la calle los fines de semana y te da respeto».

De igual modo, critican que no se actúe en una zona que «es la entrada de los cruceristas y está rodeada de hoteles y alojamientos turísticos».

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