Al banquillo los 20 miembros de la banda delictiva del 'Pisahuevos'

Desde el lunes hasta el viernes y en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial, se celebrará el juicio contra una presunta banda que se dedicaba al tráfico de drogas y que estaba liderada por Francisco Javier F. P., conocido por el sobrenombre del 'Pisahuevos'.

Se sentarán en el banquillo 20 personas acusadas de diferentes delitos contra la salud pública y que se enfrentan a penas que van de los 12 a los 18 años de cárcel.

Según la Fiscalía, en fechas comprendidas entre el año 2012 y el año 2015, los procesados, con «total desprecio por la salud ajena», se repartían diversas responsabilidades en el seno de una organización que tenía como finalidad «desplazar sustancias estupefacientes desde países del extranjero, con destino España, y concretamente a la isla de Gran Canaria». Y ello, con la finalidad de obtener «grandes ganancias económicas» después de su venta, ganancias que se repartían en función de los cargos y el lugar que cada uno ocupaba dentro de esta organización.

A la cabeza de la organización, «dirigiendo e impartiendo órdenes», se encontraba el procesado Francisco J. el 'Pisahuevos', así como Aridane Santiago M. G., como segundo y responsable último de la dirección ante el máximo dirigente, quién trabajaba en estrecha relación con su padre Modesto Santiago M. P., que se encargaba de coordinador dichas actividades con el resto de los miembros que participaban en dicha organización.

Entre otras tantas operaciones ilícitas, tres de los procesados dirigieron una operación por la que, en junio de 2015, trasladaron hasta el Puerto del Muelle de la Luz de Gran Canaria, la cantidad de 198,48 kilogramos de cocaína, que en el mercado habría alcanzado un valor de 1.188.000 euros.

De manera simultánea, Francisco Javier viajó en enero de 2015 a Colombia para cerrar acuerdos con los que poder importar droga a territorio español. A la vez, uno de sus colaboradores se dedicó a la búsqueda de locales rústicos y urbanos para implantar un laboratorio para depositar, cortar y adulterar sustancias estupefacientes. Es por ello que el 13 de mayo de 2015, uno de los acusados fue detenido en Tenerife en tres bolsas que estaban llenas de tiras de cinta adhesiva cortada y usada para envolver las piezas de hachís y, gracias a esa detención, se descubrió el 13 de mayo de 2015 un laboratorio en La Matanza en el que había 27,5 kilos de resina de cannabis, restos de hachís y múltiples útiles para cortar y vender droga.