El Ayuntamiento advierte del riesgo de derrumbe de la calle Cantabria

Ante estos hechos, advirtieron de que existía «peligro inminente de la caída» de la calle, con una posible afección de las viviendas colindantes.

La inspección permitió distinguir dos zonas: una primera, de unos ocho metros lineales, comprendida entre los números 42 y 48, donde existía un peligro inminente de deslizamiento. Como en este tramo no se veía afectada ninguna casa, se recomendaba su vallado para evitar el paso de peatones.

En cuanto a la segunda, es la comprendida entre los números 32 y 42, y afecta a un tramo peatonal de 42 metros lineales en el que hay varias viviendas. Aquí los muros se desmoronaron, «por lo que gran parte del itinerario peatonal ha quedado sin sostenimiento, siendo su caída inminente». La solución técnica pasa por la construcción de un nuevo muro y la reposición del pavimento y de los servicios básicos.

El Ayuntamiento había encargado la obra a Guerra Patrimonial FGG, pero el pasado 18 de octubre la empresa solicitó la renuncia a la ejecución de las obras «por causas organizativas», de ahí que este viernes el Pleno haya acordado revocar la encomienda inicial.

En el mismo acto, el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, ha resuelto encargar la obra a la empresa Técnicas Operativas Canarias, bajo la dirección técnica de la Sociedad Municipal de Gestión Urbanística (Geursa).

El edil recordó que había una obra en la zona pero que la empresa adjudicataria abandonó la obra y que en el proceso de readjudicación se produjeron los daños por Hermine. Doreste anunció que la nueva empresa empezará a trabajar «lo antes posible».

El Pleno también dio cuenta de la declaración de emergencia de la obra del paseo del barrio marinero de San Cristóbal, en el que el Ayuntamiento ya está trabajando, a través de una encomienda a Lopesan, y prevé una inversión de medio millón de euros, según los cálculos iniciales.

El descalce de una parte del muro y el posterior hundimiento del paseo se produjo a fines de septiembre pasado, tras años de erosión por parte de las olas. Se calcula que el desplome afectó a unos cincuenta metros lineales del muro, y también se constató la fuga de aguas negras.

Se espera que la reparación pueda estar concluida a principios del año que viene, tras dos o tres meses de obras.

Doreste informó de que se han construido dos escolleras y una plataforma para trabajar con seguridad. Y defendió la celeridad con que se actuó en este caso.