Guía traspasa al Cabildo la autorización de la planta de biogás de La Atalaya
La Junta de Gobierno Local no da la licencia de obra porque no encaja en el Plan General pero remite el proyecto a la corporación insular por si fuera de interés público o social
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Guía acordó este martes no conceder la licencia de obra para la planta de biogás prevista en La Atalaya como resultado de los informes emitidos por la Oficina Técnica Municipal tras la presentación el pasado mes de mayo del proyecto definitivo por la empresa promotora.
Pero que el Consistorio guiense no conceda la licencia de obra no significa que la planta de biogás no se vaya a implantar porque la Junta de Gobierno Local remitirá ahora el proyecto al Cabildo para la posible declaración de interés público o social de esta actuación, y si así lo estima procedente la corporación insular será la responsable de resolver su autorización.
A la vista del contenido técnico del proyecto presentado, los servicios municipales no han encontrado el encaje reglamentario de esta actuación en el Plan General o una ordenanza específica que lo regule.
Con la tramitación de interés público y social se abre la posibilidad de un nuevo periodo de información pública del proyecto en el que tengan voz todas las personas afectadas al igual que todas las administraciones públicas implicadas en la concesión de los permisos pertinentes.
El Ayuntamiento, asegura el grupo de gobierno municipal en una nota, «siempre se va a posicionar del lado de los vecinos y va a velar por su seguridad y calidad de vida, respetando siempre la legalidad». Asimismo, subraya que ha sido ahora, a partir de los informes de los técnicos municipales y a la vista de que esta actuación carece del suficiente grado de detalle en el Plan General, cuando ha decidido no conceder la correspondiente autorización municipal.
Esta decisión se adopta un día después de que los grupos políticos Juntos por Guía y Unidos por Gran Canaria solicitasen la celebración de un pleno extraordinario, a propuesta de la plataforma vecinal Stop Planta de Biogás en La Atalaya, para debatir su rechazo a la implantación de esta instalación, respaldada por más de 5.000 firmas.
La planta promovida por la empresa Conagrican, del Grupo Félix Santiago Melián, cerca del núcleo urbano de La Atalaya convertiría estiércol de vacuno y residuos agrícolas de plataneras, papayas y raquis en biogás y en compost y según la Comisión Autonómica de Evaluación Ambiental «no tiene efectos adversos significativos sobre el medio ambiente y, por consiguiente, no debe someterse al procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinaria».
La planta de valorización de destríos agropecuarios permitiría el tratamiento anual de 500 toneladas de restos de papayas, 4.500 de restos de plátanos y raquis (el tronco de las manillas) y 14.370 toneladas de estiércol vacuno. La capacidad de tratamiento diaria de residuos orgánicos se estima en 74,5 toneladas.
La energía eléctrica y el calor que genere la planta cubrirían su propio consumo y parte del de la planta desaladora que la promotora explota en Roque Prieto. Ahora esa desalinizadora se autoabastece en un 40% con el aerogenerador que tiene en la misma parcela. Con la electricidad del biogás la cobertura con renovables subirá al 65%.
Del proceso de producción de biogás se obtendrán 17.131 toneladas anuales de digestatos, de las cuales 14.501 serán sólidos para compost y las restantes 2.630 serán líquidos para fertirrigación. Ambos se usarán en las explotaciones agrícolas del promotor. Así se sustituyen fertilizantes sintéticos por orgánicos que favorecen la captura de carbono en suelo.
La empresa quería empezar la obra este verano
La planta promovida por la empresa Conagrican, del Grupo Félix Santiago Melián, cerca del núcleo urbano de La Atalaya de Guía cuenta con una subvención de 1,96 millones de euros del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y su presupuesto ronda los 5 millones. La promotora quería iniciar las obras este verano y acabarlas durante el verano de 2026, un año después.
Los restos de papayas, plátanos y raquis se transportarían desde cinco kilómetros y el estiércol, desde dos kilómetros. En el caso del estiércol la empresa pretende negociar con distintas ganaderías de la isla el tratamiento de estos residuos y confía en ayudar de este modo a que este tipo de actividades agrarias vuelvan al norte.