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El 6% de los ejemplares del ganado caprino abandonado que pulula libremente por los espacios naturales protegidos de Gran Canaria es positivo en fiebre Q, un patógeno común en los rumiantes, frecuente en las cabras y que puede producir infecciones en los seres humanos, y la presencia de este microorganismo, denominado Coxiella burnetii, en las excreciones de estos animales llega al 8%.
La fiebre Q es una patología con una elevada tasa de incidencia en Canarias, según los últimos datos epidemiológicos nacionales, y en caso de detectarse en ganado estabulado obliga a tomar medidas drásticas para su aislamiento y control.
Esa es una de las conclusiones de un estudio sanitario preliminar sobre la salud del ganado caprino asilvestrado y su capacidad de actuar como reservorio de patógenos de relevancia para la salud pública al ser portadores y potenciales transmisores de microorganismos relevantes para salud humana y animal.
Pero Coxiella burnetti no es el único microorganismo con capacidad zoonótica, es decir, de afectar al ser humano, que portan estos animales. El estudio demostró la presencia en ellos de cepas de la bacteria llamada Escherichia coli, que son portadoras de genes asociados con una alta capacidad patogénica en humanos y están relacionadas, por ejemplo, con eventos de afección gastrointestinal grave.
Igualmente, se demostró que estos animales portan genes de resistencia antimicrobiana en alrededor del 18% de los Escherichia coli analizados, genes que hacen que estas bacterias transmisibles al humano puedan ser potencialmente resistentes a antibióticos de uso común tanto en animales como en humanos como es el caso, por ejemplo, de las penicilinas.
El estudio presentado en las XXXI Jornadas Forestales de Gran Canaria celebradas la semana pasada se basó en el análisis de muestras de sangre y heces de 70 ejemplares caprinos que fueron capturados por operarios de Gesplan entre finales de 2023 y principios de 2024 en el Monumento Natural de Riscos de Tirajana, la Reserva Natural Especial de Guguy, la Reserva Natural Integral de Inagua y el Parque Natural de Tamadaba.
Las muestras obtenidas se procesaron en la Facultad de Veterinaria y en el Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
Los resultados del estudio realizado por un equipo de investigadores compuesto por los doctores Rubén S. Rosales, Sergio Martín, Ana S. Ramírez y José B. Poveda demuestran que «las cabras asilvestradas presentes en espacios naturales protegidos de la isla portan microorganismos de relevancia para la salud animal y humana, siendo potencialmente capaces de diseminarlos en el medio».
No obstante, los autores del trabajo señalan que «futuros estudios deberán afrontar el análisis de la concentración de estos patógenos en el medio para obtener una visión más específica del riesgo real para las poblaciones humanas y animales».
Los últimos censos de ganado caprino asilvestrado en espacios naturales de Gran Canaria estiman su población en más de 650 ejemplares, entre Inagua, Tamadaba, Tauro, El Nublo y Guguy, y la regulación de su captura mediante apañadas impide otro uso de estos animales que no sea el sacrificio inmediato para el consumo de su carne.
Está prohibida, por tanto, su introducción en rebaños estabulados, así como el ordeño o cualquier otro aprovechamiento de estas cabras.
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