NC denuncia otra vandalización de la antigua residencia escolar de Tunte
El partido insta a que el gobierno municipal tome la iniciativa e impulse una mesa de trabajo con otras administraciones para estudiar un plan de viabilidad para el recinto
NC denuncia en un comunicado la tercera o cuarta vandalización de la antigua residencia escolar de Tunte por el abandono y falta de vigilancia de las administraciones públicas.
El edificio, propiedad del Gobierno de Canarias, fue residencia escolar con más de 100 plazas en los años ochenta del siglo pasado. Tras un tiempo cerrada, se destinó a aula de la naturaleza y, por último, a centro de acogida de inmigrantes. Hoy sirve como «teatro de operaciones a rateros, desaprensivos y vagabundos».
NC manifiesta su «asombro ante el abandono en que deja la administración su patrimonio para, una y otra vez y por la presión social, tener que recuperar lo que por desidia se convierte en el jardín de los cacos y demoledores«. Recuerda que muy cerca hay otro inmueble que pretendió ser un parque de bomberos y que, desde mediados de los noventa se deteriora por no haber sido usado nunca y por falta de mantenimiento.
Con todo, lo que más asombra a NC es que, con tantos años de abandono y con periodos tan largos de inactividad y deterioro, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el Cabildo y el Gobierno de Canarias no se hayan puesto de acuerdo para darle una nueva vida a esta instalación, «máxime cuando está ubicada en una localidad inmersa en la crisis de oportunidades de trabajo y de pérdida poblacional que condena a las medianías de la isla».
NC insta al gobierno municipal a tomar la iniciativa y promover la constitución de una mesa de trabajo con las otras administraciones y los vecinos para estudiar y ejecutar un plan de viabilidad para el recinto que conjugue la actividad social, educativa o de la naturaleza con la creación de puestos de trabajo en las medianías del municipio.
También solicita, si ello es posible, que se haga caer todo el peso de la ley sobre aquellas personas que manifiestan tan poca estima con el patrimonio público y la propiedad colectiva. «Apena ver cómo en cualquier lugar del municipio las instalaciones públicas son maltratadas o mal usadas por determinadas personas que nada de respeto manifiestan por los demás y por lo de todos».