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El Semáforo de La Atalaya, en el Macizo de Anaga. Foto aportada por Amara Florido

Cuatro ejemplos de cómo puede recuperarse el patrimonio industrial

Desde la reconversión en centro de interpretación a su restauración para volver a tener la función para la que se construyó

Gaumet Florido

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 12 de julio 2025, 22:43

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La exposición de Amara Florido, doctora en Historia del Arte, en el curso sobre patrimonio industrial de la Universidad de Verano de Maspalomas, en la edición de este año, terminó con la enumeración, por distintas islas, de algunos de los ejemplos de recuperación de bienes industriales que podrían servir de faro sobre cómo se debería actuar.

El Semáforo de La Atalaya, a punto de su rehabilitación (Tenerife)

Ubicado cerca del caserío de Igueste de San Andrés, en el acantilado de La Atalaya, en el macizo de Anaga, fue una estación de señalización marítima instalada por el Ministerio de Marina a finales del siglo XIX. Conocido como el semáforo de La Atalaya, de Igueste o de Anaga, según explica Amara Florido, se construyó con el objetivo de avisar al personal del puerto de Santa Cruz de Tenerife de los barcos que se aproximaban a la costa. Más tarde hizo las veces de servicio meteorológico o de estación telegráfica, pero los progresos producidos en el ámbito de la señalización marítima llevaron a su cierre en 1970.

Desde entonces ha quedado sumido en el abandono y ha sido objeto de expolio, vandalismo e incendios. Está compuesto de tres edificaciones de estilo clasicista, y destaca un gran mástil de 16 metros de altura, donde se apoyaba el pararrayos. Al pie del acantilado se construyó un muelle de 52 metros de longitud en mampostería hidráulica. En 2018 las áreas de patrimonio del Gobierno canario, el Cabildo y el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife pactaron su rehabilitación.

Molina de José María Gil, reabierta en 2019 (Lanzarote)

El caso de la Molina de José María Gil, en San Bartolomé (Lanzarote), representa una historia feliz de rescate de patrimonio industrial vinculado a la iniciativa privada. Como se recoge en la propia web de la empresa, data de 1870 y se trata de un edificio erigido por el entonces secretario del Ayuntamiento, Baltasar Fermín, que logró la calificación de Bien de Interés Cultural (BIC). Fue adquirida en 1919 por José María Gil, que fue alcalde, quien, además, según Florido, le instaló un motor de fuel-oil para hacer gofio en el almacén colindante. Su hijo Esteban le sustituye hasta 2018 cuando se procede al cierre de la empresa.

Interior de la molina de José María Gil. Foto aportada por Amara Florido

Tras una intensa labor de restauración, toma las riendas de la industria La Molina José María Gil, S.L., que abrió de nuevo sus puertas en octubre de 2019. Desde entonces, explica la autora del inventario del patrimonio industrial de Lanzarote, ha conseguido reinventarse, ampliando la gama de productos, como gofio de cereales o mantecados, y organizando también visitas guiadas, lo que la han convertido en un atractivo más del municipio de San Bartolomé.

Central hidroeléctrica, camino de museo (La Gomera)

La central hidroeléctrica del barranco del Cedro empezó a operar en 1927 y llegó a producir en sus comienzos hasta 90.000 kws hora anuales, según las informaciones de Amara Florido. Estuvo operativa hasta 1967. Dos años más tarde, el consistorio tomó la decisión de firmar un acuerdo con la Sociedad Riegos y Fuerzas de La Palma para que se ocupara de llevar a cabo la electrificación del municipio.

Lo que queda de la Central hidroeléctrica del Cedro. Foto aportada por Amara Florido

El complejo industrial está integrado por el edificio de la planta eléctrica, que conectaba con una tubería de 132 metros de largo, con inclinación suficiente para generar la presión necesaria para activar el motor de la central. El inmueble es de planta rectangular, con una superficie aproximada de 71 metros cuadrados, construido en mampostería, a base de sillares de piedra rejuntados con ripios, revestidos con mortero de cal.

La idea es recuperarla como centro interpretativo al aire libre, donde se puedan desarrollar eventos culturales y de otra índole. Además, se llevará a cabo la limpieza y acondicionamiento de los senderos de acceso al recinto, con el fin de conservar el patrimonio natural.

Almacén Yanes, casi Sitio Industrial (La Palma)

Apunta Florido que con el despegue del ciclo platanero, el puerto de Tazacorte llegó a ser el cuarto en movimiento comercial en Canarias a finales del siglo XIX. Declarado de interés general en 1896, en 1926 se embarcaban en él más de 600.000 bultos de plátanos, tomates, almendras y cochinilla.

Foto de archivo del Almacen Yanes. El Time

Cuenta que para la exportación de estos productos, Armando Yanes Carrillo construyó en 1925 un gran almacén para exportar plátano, tomate, tabaco, azúcar y ron, productos pesqueros y demás frutos cosechados en el Valle de Aridane. Este empresario le agregó, entre 1941 y 1945, un trapiche de caña y alambique para destilar alcohol, cuyas tres naves transversales a dos aguas y chimenea cilíndrica siguieron los modelos de la arquitectura industrial de finales del siglo XX.

El Ayuntamiento busca reconvertirlo en un centro de ocio vinculado a la economía azul, pero, además, podrá pasar a la historia si, en desarrollo de la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias de 2019, la primera que contempla al patrimonio industrial, se convierte en el primer Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Industrial.

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