Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 5 de diciembre de 2025
Vecinos, alcalde de Telde incluido, Juan Antonio Peña, achicando agua en la calle Américo Vespucio tras la riada. Arcadio Suárez

Cinco meses después, Salinetas volvería a inundarse por la riada

Riesgos por escorrentías ·

Canales cegados, barrancos ocupados y basura acumulada | El cóctel que destrozó parte de la costa de Telde en marzo aguarda una nueva oportunidad

Domingo, 27 de julio 2025, 02:00

Comenta

No hace ni cinco meses que una riada con tanta tierra como agua colapsó Salinetas, pero a ojos de muchos vecinos y visitantes, el barrio costero teldense luce, a falta de algunos apaños, restablecido de sus heridas. El que más, si acaso, echará de menos la balaustrada de aires clásicos del lado tierra de la rotonda que quedó convertida en un lodazal. Sin embargo, las apariencias engañan. Ya no hay ni rastro del barro, es cierto, pero el riesgo que acecha a este enclave duerme unos metros más arriba. Canales cegados, barrancos sepultados y basura acumulada tejen una telaraña de malos augurios para cuando los cielos quieran volver a descargar sus nubes negras. Si volviera a llover más o menos como entonces, Salinetas volvería a inundarse.

El barranco que todos o casi todos llaman de Salinetas y que viene a morir en el mar bajo una de las rotondas que ordenan el tráfico en la calle Américo Vespucio nace de la confluencia de otros dos que parten de la Montaña de Las Huesas: el de Sacateclas, al sur, y el de Las Manolitas, al norte. Basta seguirle la pista al cauce, barranco arriba, para apreciar las trampas al solitario que se ha hecho a sí mismo el urbanismo desaforado que durante años campó a sus anchas por Telde. No se libra casi nadie. Carreteras, instalaciones de servicio público como torretas de luz y naves industriales desafiaron las reglas más básicas de la naturaleza y se plantaron allí por donde el agua, cuando corre, reclama su derecho de paso.

Escorrentía por el barranco de Sacateclas. Arcadio Suárez

Este periódico hizo un pequeño recorrido por algunos de esos puntos negros de la mano de experimentados ecologistas. El más llamativo se halla en el nudo viario por el que la GC-117 o vial costero enlaza con la GC-1 y con la calle Sorolla, la que lleva a la parte sur de Las Huesas. Bastan cuatro gotas para que se inunde el túnel bajo la autovía. En marzo la altura de agua alcanzó los 50 centímetros. Hubo que cortarla el tráfico. Los coches, al menos por ahora, no saben nadar.

En la foto superior, canalización del barranco de Sacateclas saliendo de Las Huesas, y en la foto inferior izquierda, embudo por el que pretenden que se metan sus aguas. La consecuencia se observa en la tercera imagen. La escorrentía usó la GC-117 bajo la GC-1 como canal de paso. La mancha del barro deja ver hasta qué altura llegó.
Imagen principal - En la foto superior, canalización del barranco de Sacateclas saliendo de Las Huesas, y en la foto inferior izquierda, embudo por el que pretenden que se metan sus aguas. La consecuencia se observa en la tercera imagen. La escorrentía usó la GC-117 bajo la GC-1 como canal de paso. La mancha del barro deja ver hasta qué altura llegó.
Imagen secundaria 1 - En la foto superior, canalización del barranco de Sacateclas saliendo de Las Huesas, y en la foto inferior izquierda, embudo por el que pretenden que se metan sus aguas. La consecuencia se observa en la tercera imagen. La escorrentía usó la GC-117 bajo la GC-1 como canal de paso. La mancha del barro deja ver hasta qué altura llegó.
Imagen secundaria 2 - En la foto superior, canalización del barranco de Sacateclas saliendo de Las Huesas, y en la foto inferior izquierda, embudo por el que pretenden que se metan sus aguas. La consecuencia se observa en la tercera imagen. La escorrentía usó la GC-117 bajo la GC-1 como canal de paso. La mancha del barro deja ver hasta qué altura llegó.

¿Por qué se inundó? Porque literalmente ese enlace sepultó con asfalto ese tramo del barranco de Sacateclas. La hipotética escorrentía que apenas 50 metros más hacia el interior de ese punto baja libre y canalizada por una estructura ancha y hormigonada, con pasos bajo túnel bastante holgados, se topa, de repente, con un tubo de apenas 60 centímetros de diámetro pensado no como desagüe, sino como punto de paso de tuberías de agua y otras canalizaciones. La riada de marzo lo cegó en menos que canta un gallo, hizo efecto represa y el agua invadió sin permiso la carretera que le robó su paso y bloqueó el vial costero.

No menos grave se antoja otro significativo cuello de botella, justo en el punto donde la calle Picasso, en Las Huesas, cruza el tramo alto del barranquillo de Las Manolitas. Tres tubos de hormigón de menos de un metro de diámetro tienen la delicada misión de canalizar toda la hipotética escorrentía que, apenas unos metros más abajo, sí es recibida como merece con un túnel de varios metros de ancho y de alto bajo la GC-1. ¿El resultado? Que en marzo se taponaron y el agua usó la calle Picasso como puente. A día de hoy siguen llenos de residuos. No se han limpiado. Daría igual. Son muy pequeños.

Pero es que, pasada la GC-1, una esquina de hormigón armado sobre la que descansa un imponente edificio con vistas a la autovía, el de Electrocash Canarias, convierte el barranco de Las Manolitas en un estrecho pasadizo salpicado de maleza, donde, por si no fuera suficiente, el maltratado cauce tiene que hacerle también hueco a tres postes de servicio que en marzo hicieron efecto presa y acumularon todo tipo de residuos que, por cierto, ahí siguen. A partir de ahí, laderas artificiales de derrubios y un mar de tuneras angostan aún más el paso antes de que Las Manolitas le preste su cauce al de Sacateclas y pongan rumbo a la playa.

En la imagen superior, tres pequeños tubos, ahora taponados, por los que, se supone, ha de pasar el agua que baja por Las Manolitas. Debajo, efecto represa de varios postes en un punto donde una edificación redujo a un pasadizo al barranco de Las Manolitas. Y finalmente, boca de apenas 50 o 60 centímetros por la que la playa de Salinetas espera que pase todo lo que baje por el barranco.
Imagen principal - En la imagen superior, tres pequeños tubos, ahora taponados, por los que, se supone, ha de pasar el agua que baja por Las Manolitas. Debajo, efecto represa de varios postes en un punto donde una edificación redujo a un pasadizo al barranco de Las Manolitas. Y finalmente, boca de apenas 50 o 60 centímetros por la que la playa de Salinetas espera que pase todo lo que baje por el barranco.
Imagen secundaria 1 - En la imagen superior, tres pequeños tubos, ahora taponados, por los que, se supone, ha de pasar el agua que baja por Las Manolitas. Debajo, efecto represa de varios postes en un punto donde una edificación redujo a un pasadizo al barranco de Las Manolitas. Y finalmente, boca de apenas 50 o 60 centímetros por la que la playa de Salinetas espera que pase todo lo que baje por el barranco.
Imagen secundaria 2 - En la imagen superior, tres pequeños tubos, ahora taponados, por los que, se supone, ha de pasar el agua que baja por Las Manolitas. Debajo, efecto represa de varios postes en un punto donde una edificación redujo a un pasadizo al barranco de Las Manolitas. Y finalmente, boca de apenas 50 o 60 centímetros por la que la playa de Salinetas espera que pase todo lo que baje por el barranco.

¿Y qué se encuentran abajo? La guinda al despropósito: un túnel bajo una de las rotondas de la calle Américo Vespucio que tiene por entrada una altura de metro y medio pero que va cogiendo miedo conforme se acerca a la arena y se arrodilla hasta los apenas 50 centímetros por obra y gracia de una loseta de hormigón. Otra presa urbana y otra trampa para Salinetas, que pagó cara con garajes inundados y un coche bajo el mar. Conclusión: volverá a pasar.

Las mejoras que precisa el sistema hidrográfico próximo a la costa de Telde no se resuelven con un tractor que limpie la maleza, que también. Requiere de un plan de calado que tampoco gustará a todo el mundo.

Una costa que necesita acciones de calado

Si hay alguien con mando en plaza en los barrancos de la isla ese es el Consejo Insular de Aguas (Ciagc), pero su vicepresidente, el consejero del Cabildo Miguel Hidalgo, aclara que las actuaciones que urgen en la costa de Telde exceden con mucho a las típicas correcciones hidrológicas. De hecho, advierte de que Salinetas no está contemplada como área de riesgo potencial significativo de inundación fluvial-pluvial, producto de las arrolladas o barranqueras, sino como área de riesgo de inundación debida al mar, es decir, derivada del incremento de la cota del mar en la costa y la consiguiente propagación aguas adentro en temporales marítimos. Así las cosas, subraya, las acciones que precisa el litoral de Salinetas tienen más que ver con el urbanismo y con políticas de protección civil que requieren planificación, mayor coste y una acción coordinada entre todas las administraciones, Gobierno canario, Cabildo y Ayuntamiento. En cualquier caso, avanzó que estos días técnicos del Ciagc y municipales están recorriendo la zona para evaluar las acciones más inmediatas.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Cinco meses después, Salinetas volvería a inundarse por la riada