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El último censo sobre la población de cabras asilvestradas existente en la Reserva Natural Especial de Guguy, realizado en mayo, estima en 147 el número de ejemplares que ramonean sin control por el espacio protegido que el Cabildo quiere declarar Parque Nacional. Es un 33% menos que en el censo anterior, de febrero, pero un 55% más que cuatro años atrás, en mayo de 2019.
En todo caso, la evolución global de la población se mantiene en torno a los 150 individuos, mostrando una ligera tendencia al alza, concluye el sondeo sobre la presencia de cabras asilvestradas, incompatible con la declaración del Parque Nacional de Guguy que tramita el Gobierno central.
La propuesta del Parque Nacional de Guguy, que acumula 39 especies de flora única de la isla y 78 especies exclusivas de Canarias en la Reserva Natural Especial, incluye esas 3.000 hectáreas terrestres y otras 7.000 marinas correspondientes a la Zona de Especial Conservación (ZEC) Sebadales de Guguy.
En el último de los 23 censos estacionales realizados en Guguy para el control de la población de cabras asilvestradas se llevó a cabo entre los días 19 y 21 de mayo y logró 18 avistamientos en los que se observaron 66 individuos: 22 hembras (33%), 33 machos (50%) y 11 juveniles (17%).
Los ejemplares se avistaron en los cuatro transectos que se recorren, que suman una distancia total de 34,62 kilómetros y estudian un área de 22,3 kilómetros cuadrados, el 76% de la superficie total de la Reserva, que es de 29,2 kilómetros cuadrados. Así, los ejemplares observados se extrapolan luego a la superficie real del espacio protegido de La Aldea de San Nicolás.
El trabajo de campo, que se intenta hacer en el mismo día para las distintas zonas geográficas para minimizar la posibilidad de contar el mismo grupo de ejemplares varios días diferentes, consiste en recorrer a pie esos transectos haciendo frecuentes paradas para prospectar detenidamente el terreno con prismáticos. En cada observación se anota el número de individuos, el sexo y la edad y, mediante un GPS, se registran las coordenadas desde el punto de detección y la localización exacta de la observación.
La zona en la que se detectó una mayor concentración fue el tramo medio del barranco de Guguy Chico, seguida del tramo alto del mismo barranco, el barranco de Peñón Bermejo y el espacio entre la Cañada de Las vacas y la Montaña de Los Cedros.
Los autores apuntan siempre que los resultados «se encuentran probablemente subestimados» por la baja detectabilidad de los animales, motivada por la orografía y los hábitos de las cabras, que permanecen gran parte del tiempo a resguardo de cuevas y oquedades donde es imposible detectarlas.
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