El censo de cabras asilvestradas baja al 42% del que tenía Guguy hace 4 años
La población a finales de enero en toda la Reserva Natural Especial cae hasta 125 individuos, cuando ese mes de 2018 se calcularon 294 animales
JESÚS QUESADA
Las Palmas de Gran Canaria.
Lunes, 21 de febrero 2022, 01:00
No menos de 125 cabras asilvestradas ramoneaban libremente por la Reserva Natural Especial de Guguy a finales del pasado mes de enero, según las conclusiones del último censo realizado por la empresa Dracaena para la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo. Son 71 ejemplares menos (una bajada del 36%) que los estimados en el censo estival de 2021, cuando se calcularon 196. Y menos de la mitad que los 294 en que se estimó la población hace cuatro años, en enero de 2018. La actual solo es el 42,23% de la de entonces.
Basado en los avistamientos realizados por observadores que recorren cuatro caminos concretos, a pie, dotados de prismáticos y mapas para la geolocalización de los ejemplares que detecten, entre el 28 y el 30 de enero pasado se sumaron 16 avistamientos de 56 individuos en un área que cubre el 76% de la superficie total del espacio natural protegido que el Cabildo quiere convertir en el quinto Parque Nacional de Canarias.
De 56 animales vistos se extrapoló la cifra al área de estudio, resultando 95 cabras, y luego a la extensión real de la Reserva Natural Especial localizada en La Aldea de San Nicolás, subiendo entonces a 125.
Las máximas concentraciones de individuos se detectaron entre la montaña de Amurgar y la degollada de Peñón Bermejo. El 50% eran machos, frente a un 41% de hembras y un 9% de juveniles. El transecto con mayor número de ejemplares observados fue el de Cuermeja a Montaña de Los Cedros y Degollada de Los Corchos, con 24 cabras vistas en esos 9 kilómetros de camino. La mayor concentración estaba en el último lugar.
En los 1,4 kilómetros que van de Degollada de Peñón Bermejo a Amurgar, el transecto 4, se detectaron 18 individuos concentrados principalmente en la cara sur de Amurgar.
Estos resultados están «probablemente subestimados debido a la baja detectabilidad de los animales» por la orografía del espacio y por sus hábitos, ya que permanecen gran parte del tiempo a resguardo de cuevas y oquedades donde se hace imposible su detección.
Además, esta vez se dieron dos factores «que pueden haber influido en los datos recogidos, introduciendo un sesgo a la baja en la población observada», admite el informe del último censo, el número 18 que se hace desde enero de 2018.
Por un lado, la persistente calima sufrida durante los días en que hizo el trabajo de campo limitó la visibilidad de los observadores, reduciendo la detectabilidad de las cabras. Por otro, se volvió a comprobar la presencia de personas habitando las casas de la Medialuna, en el barranco de Guguy Grande, «así como la captura de cabras por su parte, lo que probablemente haya provocado la huida de los animales de la zona».
A todo ello se une la movilidad de las cabras dentro de la Reserva por factores tan diversos como las condiciones meteorológicas, la disponibilidad de alimento o la presencia humana.
