Las Camareras de La Virgen de Guía alzan la voz: «El dolor nos ha tenido noches sin dormir»
Cuatro de las cinco mujeres que se ocupaban del cuidado y la vestimenta de la patrona del municipio han sido indirectamente apartadas de sus labores
David Rodríguez Medina
Santa María de Guía
Sábado, 19 de julio 2025
Este año será el primer 15 de agosto que La Virgen de Santa María de Guía no la vistan y la preparen las camareras que llevaban haciéndolo durante todos estos años. Cuatro de las cinco alzan la voz mostrando su dolor por haber sido, en un proceso lento e indirectamente, apartadas de realizar su pasión: el cuidado y mantenimiento de la patrona de su municipio. «El dolor que sentimos nos ha tenido muchas noches en vela», relatan entre lágrimas.
En 2012 fueron condecoradas con la Medalla de Oro de la Ciudad. Según cuentan, todo comenzó después de la reparación de la virgen en el año 2023, cuando el párroco que se encontraba anteriormente al cargo de la iglesia comenzó a imponer reglas y a ir quitándole poco a poco peso y responsabilidades en sus labores de cuidados a La Virgen, haciendo que cada vez tuvieran menos capacidad de decisión. «Antes seleccionábamos entre todas las joyas que se le ponían a La Virgen, pero tras la llegada del párroco anterior la situación cambió y nos traía las que él quería. Además, nos llamaban de un día para otro para que fuéramos y cuando llegábamos para vestirla, en muchas ocasiones, habían cambios sin consultarnos nada», indica Marisa González, una de las camareras afectadas. Con la llegada del nuevo párroco en septiembre del año pasado, la situación no cambió, sino que empeoró, llevando a cuatro de las cinco camareras a abandonar sus labores de cuidado y mantenimiento de la virgen.
Mercedes Barea, que cumplirá en agosto 90 años, lleva desde que tenía 7 años implicada en la iglesia de Santa María de Guía, ya que tanto su tatarabuela, su bisabuela, su abuela como su madre fueron camareras de La Virgen y le inculcaron esa pasión desde que era pequeña. Por ello cuenta, entre lágrimas, el dolor tan grande que siente al ver los cambios que se están realizando tanto en la vestimenta, como en sus cuidados. Uno de los ejemplos que relata es que «La Virgen solamente se pone su traje celeste, regalado por la familia Ortega, para la procesión del 15 de agosto y, actualmente, lleva desde mayo con él puesto».
Además, la educación que ha tenido Mercedes ha hecho que conozca mucho de las historias relacionadas con la patrona de su municipio natal, como quién donó cada una de las joyas que lleva puesta La Virgen o de dónde proceden los vestidos que se le ponen. «Nosotras hemos trabajado mucho por la devoción que tenemos hacia ella, porque es algo que me han inculcado desde pequeña y eso nos ha hecho terminar a las tres de la madrugada en Semana Santa o perdernos muchos eventos de la fiesta del pueblo por vestir a nuestra matrona». Aunque Mercedes ha sido llamada por el párroco para que vuelva a involucrarse en los cuidados de La Virgen, su negativa es firme debido al trato que han recibido tanto ella como sus compañeras, el cual considera «injusto e indefendible».
«Después de muchos años de tradición y haciendo las cosas como nos han enseñado nuestros antepasados, tras la reforma de La Virgen se han realizado cambios que vulneran el patrimonio material e inmaterial de la Virgen de Guía», denuncia Marisa. Por otro lado, su prima Lidia González, que también es una de las camareras que ha abandonado sus labores de cuidado a La Virgen, confiesa haber «pasado muchas noches sin dormir y con el alma rota tras vernos involucradas en esta situación tan desagradable». Además, ambas coinciden en que durante los años que llevan colaborando en la iglesia no habían tenido problema con ningún otro párroco.
Según Marisa, este año se le hará especialmente extraño, puesto que es el primero en el que no se dedicará por completo a La Virgen en las fiestas de Santa María de Guía. «Yo siempre he reservado desde la semana de la novena hasta que llega el 15 de agosto única y exclusivamente para La Virgen, es decir, no hago planes ni me puedo ir de viaje. Esto lo hago por la devoción que siento hacia ella y no me pesa estar hasta altas horas de la madrugada vistiéndola o limpiando el camarín», afirma apenada Marisa. Sin embargo, algunas de ellas no cierran la puerta a que haya un acercamiento con el actual párroco y que se les de el valor que merecen dentro de las labores relacionadas con La Virgen
Sibisse Sosa, exconcejala de Cultura y Patrimonio histórico del Ayuntamiento de Santa María de Guía, expresa sentirse «dolida y apenada» con el hecho de que se haya apartado de esta manera a las mujeres que «llevan durante tantos años realizando labores de cuidado y mantenimiento a nuestra patrona de manera desinteresada y con pasión».
Toda esa tradición y patrimonio se ha ido perdido en la actualidad, según comentan las camareras, puesto que sus desavenencias, tanto con el anterior párroco como con el actual, ha provocado que personas que no pertenecen al municipio, ni conocen la historia de La Virgen de Guía, se ocupen de su vestimenta y cuidados realizando cambios que provocan una rotura de las tradiciones y costumbres.