Las cabras asilvestradas en Guguy experimentan un repunte notable

El aumento poblacional en el censo de invierno, cuyo trabajo de campo se hizo entre los días 11 y 13 de febrero, «es notable respecto a los dos censos anteriores, igualando la cifra de mayo de 2022» con un número que no se alcanzaba desde 2018.

La población de estos ungulados en Guguy habría crecido en un 68% en relación al censo anterior, el de otoño de 2022, aunque si se comparan los resultados con los del primer censo (enero de 2018) la evolución sería decreciente y la cifra se habría reducido en un 25%, pasando de 294 a 221 animales.

No obstante, estas comparaciones no son del todo correctas. Por ejemplo, si solo se tienen en cuenta los individuos observados en el recorrido a pie que realizan dos personas, dotadas con prismáticos y GPS, por tres de los cuatro caminos que se baten de este modo, los tres que se repiten desde mayo de 2018, el crecimiento de la población de cabras asilvestradas sería del 145% en relación al anterior censo, al detectarse 71 ejemplares frente a los 29 del otoño.

Sin embargo, comparados con los 96 animales vistos en mayo de 2018 habría un descenso de la población del 26%.

En las labores del censo invernal en la parte terrestre propuesta para declarar un Parque Nacional en Gran Canaria se realizaron 29 avistamientos, en los que se observaron 100 individuos: 39 hembras (39%), 46 machos (46%) y 15 juveniles (15%). Las máximas concentraciones se detectaron entre la Montaña de los Cedros y Guguy Chico y en Vallehermoso.

Extrapolando el número de individuos observados al área de cada transecto recorrido se estima que en la zona de estudio hay 168 ejemplares campando a sus anchas, pero como tal espacio solo cubre el 76% de la superficie de la Reserva Natural Especial la estimación de la población sube hasta los citados 221 animales.

En cualquier caso, la empresa que realiza estos estudios desde su puesta en marcha, Dracaena Consultoría Ambiental, advierte siempre en sus informes que hay que tener en cuenta que estos resultados se encuentran probablemente subestimados debido a la baja detectabilidad de los animales.

Esto se debe tanto a la propia orografía del espacio como a los hábitos de la cabra, la cual permanece gran parte del tiempo a resguardo de cuevas y oquedades donde se hace imposible su detección.