Cabildo y sociedad ganan una «batalla contra el olvido» con el documental Simiente sobre tierra
Represión franquista ·
La obra, firmada por la directora Violeta Gil y la cooperativa Teyra e impulsada por el Servicio de Patrimonio Histórico de la corporación Insular,recoge testimonios de familiares | Morales reafirma el compromiso institucional con la memoria democrática
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El Cabildo y la sociedad han ganado «una nueva batalla contra el olvido» con el documental sobre la represión franquista en la isla Simiente sobre tierra, según expresó anoche el presidente insular, Antonio Morales, durante el estreno en el Teatro Cuyás de esta producción audiovisual impulsada por el Servicio de Patrimonio Histórico de la corporación.
«Cada imagen y testimonio que contemplaremos y escucharemos nos ayudarán a seguir rasgando el velo de silencio que durante tanto tiempo se impuso sobre esta realidad», destacó en la intervención que antecedió a la proyección de este trabajo de la directora Violeta Gil y la cooperativa Teyra.
El estreno que tuvo lugar en la Sala Josefina de la Torre del Teatro Cuyás dejará paso ahora a una serie de proyecciones y coloquios en distintos puntos de Gran Canaria. En concreto, el 15 de marzo será proyectado en el Nuevo Teatro Viejo de Arucas; el 22 de marzo en el Salón de Actos del Parque Popular de Agaete; el 4 de abril en el Centro Cívico de Jinámar; y, por último, el 9 de abril en el Centro Cultural Guayres de Gáldar, con entrada libre hasta completar aforo en todos los casos.
«Los testimonios orales, proporcionados fundamentalmente por familiares directos de las personas desaparecidas, han sido trascendentales para la identificación de estos lugares y para su posterior reconocimiento, protección y estudio. Sin embargo, no teníamos registro documental directo de los mismos», explicó Morales.
Morales agregó que «el documental nos ayuda a drenar esta laguna, al basarse gran parte de su metraje en testimonios de descendientes de las víctimas en Gran Canaria. Son relatos cuya raíz se encuentra en el fondo de pozos que ya nunca más deberían ser llamados del olvido».
Por su parte, el consejero de Presidencia del Cabildo, Teodoro Sosa, manifestó que «este proyecto es más que una obra audiovisual. Es un testimonio que da voz a aquellas personas que fueron silenciadas, da luz a los rincones que durante décadas fueron olvidados intencionadamente de nuestra memoria y que nos desafía a confrontar nuestra propia visión sobre este periodo histórico».
Sosa añadió que al adentrarnos en estas historias, no solo nos enfrentamos al dolor de quienes han sufrido en primera persona y la injusticia de ese momento histórico, sino que también nos obliga a reflexionar sobre nuestro presente y nuestro futuro. Al entender el sufrimiento de aquellos que fueron represaliados sin razón, nos convertimos todos en guardianes de su memoria, promoviendo así una sociedad más consciente y solidaria».
La directora, Violeta Gil, por su parte, apuntó que el título del documental evoca «lo que quedó en la tierra, sacando a la luz todo lo que fue ocultado y enterrado, además de hacer mención al territorio como un testigo y protagonista más de la Historia».
Compromiso con la memoria histórica
El presidente del Cabildo puso de relieve que la producción de este documental «supone un nuevo hito dentro de nuestro ya largo e inalterable compromiso institucional con el rescate de lo sucedido en aquellos tiempos oscuros».
«Refrendamos este propósito con una moción aprobada por el Pleno del Cabildo, en la que expresamos con claridad que las políticas de fortalecimiento de la memoria democrática común atañen al conjunto de la sociedad y constituyen un derecho irrenunciable, al promover la convivencia, la justicia y una mayor garantía de que hechos de esta clase no vuelvan a repetirse», recordó Morales.
Puso de manifiesto, igualmente, que «nada habrían servido las declaraciones institucionales si no se hubieran sustentado en acciones reales en las que, además, hemos ido de la mano con las asociaciones de familiares. En este asunto no cabían solo palabras. De este modo, el Gobierno de la Isla ha acometido diversas investigaciones, como en el cementerio de Vegueta y, especialmente, en enclaves donde resuena con toda su intensidad el eco de la brutal represión del franquismo».
Uno de ellos es el Pozo de Tenoya, que forma parte del conjunto de los Pozos de los Desaparecidos en la Guerra Civil Española y donde se recuperaron los restos de catorce hombres con signos evidentes de muerte violenta, de los que siete de ellos fueron identificados. «Su historia vio al fin la luz tras retirar la densa capa de desmemoria acumulada durante décadas», incidió Morales.
Además, y para dignificar el espacio, fue convertido en un punto de encuentro, divulgación y conciliación, con la instalación, entre otros elementos, de un panel informativo y una escultura conmemorativa, como se hizo también en el Pozo del Barranco de Arucas. Quedó transformado así en un escenario de diálogo entre generaciones, para fomentar la resistencia al olvido.
Fruto de este trabajo, el Cabildo editó junto al Ayuntamiento de Arucas el libro sobre los represaliados del franquismo en este municipio. Fue además el primer trabajo monográfico sobre una exhumación en el archipiélago.
La otra parada inevitable dentro del paisaje del horror de la represión del Régimen de Franco tras el golpe de Estado de 1936 nos lleva hasta el borde de una chimenea volcánica, la Sima de Jinámar. «Aquí también afrontamos investigaciones con personal del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo en colaboración con efectivos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, todo ello dentro de esta labor restitutoria y simbólica para víctimas y familiares y, a la vez, de visibilización y dignificación de estos enclaves», expresó el presidente de la Institución insular.
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