El Auto de la Pasión sobrecoge a Agüimes
Semana Santa ·
Vuelve a las calles la representación popular, con casi 30 años de historia«¡Y era el hijo del hombre!», gritaron al unísono Julio y Ruth, cogidos de la mano. Así, con la misma expresión que titula el guion que le sirve de base, acabó la noche de este viernes la representación del Auto de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, que regresó a las calles de Agüimes tras dos años de paréntesis por la pandemia. La puesta en escena que ideó el dramaturgo Orlando Hernández volvió a sobrecoger al numeroso público que no quiso perderse una tradición popular con casi 30 años de historia, conservada e impulsada por la Asociación La Salle. La novedad de esta edición, en la que no faltó el pasacalle junto a la Asociación Musical La Salle, es que solo se representaron las escenas finales.
Especialmente emotivo fue el momento en la que la Verónica seca el sudor y la sangre de Jesús, caído y con la cruz a cuestas, ayudándose de un pañuelo. Hubo gente que no pudo reprimir las lágrimas. Fue un buen preludio escénico para lo que vino después, con la representación de la crucifixión en el monte Calvario, la muerte de Jesús, seguida de una tormenta recreada con petardos, y su posterior resurrección, simbolizada en la suelta de una paloma blanca.
Para el final de la obra, dirigida por Luis Antonio Rodríguez, se sirvieron de una plaza del Rosario iluminada, como fruto de la buena nueva de la resurrección. Y de una curiosa escena en la que dos personajes de la obra entregaron la llama de la luz de una vela a una familia de hoy, como dando a entender la continuidad del mensaje de Cristo entre los que creen en él.
Ni siquiera el frío que reinaba en el ambiente fue la noche de este viernes un obstáculo para que la gente acompañase a los vecinos que este año han vuelto a dedicar parte de su tiempo a mantener viva esta tradición tan arraigada en el pueblo de Agüimes.