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Una llamada del sacristán menor de la basílica de Teror soliviantó a la parroquia. La Virgen del Pino había sido despojada de sus joyas, también de sus coronas. El tesoro de la patrona de Gran Canara había sido ultrajado. Fue un 17 de enero de 1975, un viernes, como el de esta semana, solo que 50 años después. Pese al tiempo transcurrido, aquel suceso que conmocionó a los canarios de entonces sigue vivo en la memoria insular, de ahí que CANARIAS7 se haya propuesto rememorarlo con un podcast, dos reportajes y una colaboración del cronista oficial de Teror, José Luis Yánez.
Este aniversario se antoja una ocasión única para conocer de primera mano el testimonio directo de algunos de los que vivieron aquel episodio en primera persona, como el propio sacristán menor, Ángel Ortega, o para analizar con expertos e historiadores algunas de las claves que puedan contribuir a introducir algo de luz en un caso que, 50 años después, sigue envuelto en un misterio. Nunca se supo quién fue. La investigación policial y judicial se cerró en apenas 6 meses, lo que desató un mar de especulaciones que aún siguen vigentes.
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