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Siempre hay motivos para visitar La Aldea y desde este jueves suma otro que se antoja irrenunciable, sobre todo para los aficionados a la astronomía. El municipio ha habilitado tres miradores estelares, con acceso libre, gratuito y durante las 24 horas, desde los que se podrá disfrutar de las extraordinarias condiciones que se dan en este cielo del oeste de la isla para la visualización de las estrellas. La inversión, que ha sido posible gracias a la financiación del Patronato de Turismo de Gran Canaria, ha readaptado y acondicionado dos ya existentes, el del Balcón o del Andén Verde, en la antigua GC-200, la carretera general que comunicaba La Aldea con Agaete, y el de la Cruz del Siglo, en la zona de Las Tabladas, y ha construido uno nuevo, el de La Sabinilla, ubicado en el canal de El Parralillo, en las faldas de la montaña de El Viso. Este último, en una carretera de tierra muy transitada para caminar y que da acceso a un parque de aparatos biosaludables, ya era conocido y usado por los aldeanos por sus vistas, las más amplias de todo el valle, pero carecía de una infraestructura como tal.
Estos tres observatorios, dotados con mesas explicativas y hasta una flecha que indica dónde está la estrella polar, buscan generar un nuevo atractivo turístico en La Aldea tomando como partida uno de sus potenciales recursos naturales, la calidad de su cielo. No en vano, este municipio se encuentra dentro de la zona de Gran Canaria que fue declarada por la Unesco en 2017 como 'Destino Turístico Starlight', un área que coincide prácticamente con el territorio que forma parte de la Reserva de la Biosfera en la isla, conformada por siete municipios.
La propia presidenta de esta fundación, Antonia Varela, no se quiso perder esta puesta de largo y acompañó este jueves al alcalde, Tomás Pérez, y al consejero de Turismo del Cabildo, Carlos Álamo, por el recorrido inaugural que hicieron por los tres miradores. También estuvieron en la comitiva la concejal de Obras y Urbanismo, Naira Navarro, la de Turismo, Isabel Suárez, portavoces de la oposición, Fran Rodríguez, de Astroeduca, y representantes de la Asociación de Astronomía del municipio y de la Fundación Starlight en La Aldea.
Pérez calificó el hecho de «histórico» en la medida en que esta red de miradores es «un hito como reclamo turístico de calidad para La Aldea y para Gran Canaria». Por su parte, el consejero insular se comprometió a proyectar nuevas inversiones que fomenten el astroturismo. Por lo pronto, informó de que, aparte de estos tres, hay otros cinco previstos en la isla y que también serán financiados por el patronato. Es más, aspira a que el destino sea un referente en la oferta Starlight. «Esta es una herramienta más para cuando vuelvan los turistas, que se encontrarán una Gran Canaria más preparada, que no ofrece solo sol y playa».
Suárez, edil de Turismo, incidió en esa idea. «Apostamos por el turismo de las estrellas, sobre el que comenzamos a dar los pasos en 2018 con la creación del primer observatorio astronómico reglado en Tasartico». Este esfuerzo de La Aldea mereció el reconocimiento expreso de Varela, quien avanzó que la idea de la fundación es que al menos cada uno de los siete municipios del destino Starlight en la isla cuente con un mirador. «Un cielo excepcional se tiene, pero también se consigue, protegiéndolo y cuidándolo», una apuesta que, afirmó, «ahora cobra más sentido que nunca, con la pandemia, en que hay una creciente demanda de visitantes hacia destinos atractivos, seguros, abiertos, no masificados, selectos y exclusivos, y todo eso», dijo, «lo aporta el astroturismo».
Las obras, promovidas y ejecutadas por el Ayuntamiento, fueron adjudicadas por un importe de 182.172 euros y las llevó a cabo la empresa Obdulia González Quintana. En realidad, esta iniciativa se financió con cargo al Fdcan, a recursos que en el marco de este programa disponía el Patronato de Turismo de Gran Canaria.
El primero de los miradores, el del Balcón, se halla en un enclave icónico y ya conocido por los grancanarios, un «lugar retirado en el que la fuerza del viento y del mar retan a disfrutar de un espacio único», según apuntaba el consistorio en un comunicado. De hecho, está situado casi sobre el mar, al pie del cantil, en la llamada Punta de La Aldea. Se intervino en el mirador que ya existía, reforzándolo con una nueva plataforma que le dota de mayor seguridad. Se le practicaron aberturas en el suelo para que los visitantes puedan apreciar el impacto del mar. Por la noche propiciará un espacio oscuro desde el que observar las estrellas lejos de las luces de La Aldea.
El otro mirador se emplaza en un enclave de Las Tabladas que ya goza de una potente carga simbólica e histórica para los aldeanos, el de la Cruz del Siglo. Tiene dos. La del Siglo, de madera de tea, que fue colocada en 1901 en un punto privilegiado, con vistas a todo el valle. Y la otra, la del Milenio, de metal, instalada en 2001. En este caso, las obras consistieron en generar un vacío alrededor de las cruces que potencia la visualización del paisaje y también de las estrellas. Se ha construido una plataforma alongada protegida con barandillas de vidrio que enfocan el este y al oeste.
Y para el tercero, La Sabinilla o Entremontañas, se montó una estructura a una cota inferior a la del camino de acceso. Su diseño pretende reforzar esa sensación de efecto infinito que da el hecho de que no dispone de barandillas. Una llamativa lámina de agua, a modo de espejo, en el centro del mirador, permite visualizar en un instante el cielo, el mar y las montañas que circundan el valle.
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