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Arqueología ·
El yacimiento funerario es el más antiguo de Fuerteventura y confirma que los habitantes prehispánicos no sólo enterraban en cuevas, como hasta ahora está documentado. Los huesos podrían ser de dos individuos, una de ellas posiblemente una mujer adulta. Los restos de posibles muros y de conchas marinas podrían indicar un ritual funerarioLos mahos, esto es los habitantes prehispánicos de Fuerteventura, enterraban a sus muertos también al aire libre o en superficie, no sólo en cuevas como hasta ahora se había constatado. Es la principal conclusión de los trabajos arqueológicos desarrollados en el yacimiento arqueológico de la rosa de Abajo, en El Matorral, en el municipio de Puerto del Rosario.
El yacimiento de la rosa de Abajo alberga además los restos funerarios más antiguos documentados hasta ahora en Fuerteventura, datados entre los siglos VII y VIII d.C., que son momentos muy antiguos de la ocupación aborigen, desvela la arqueóloga Verónica Alberto, de la empresa Tibicena. Arqueología y Patrimonio.
El yacimiento de la rosa de Abajo se descubrió en los años 80 del siglo XX por un hallazgo casual por el ciudadano Pedro López, que localizó de forma fortuita unos restos humanos en superficie. Estos restos, que correspondían a una mandíbula y algunos huesos pertenecientes a las extremidades superiores, fueron recuperados y entregados al Museo Arqueológico de Fuerteventura y el yacimiento fue incorporado al Inventario Arqueológico Insular.
El hallazgo tuvo que esperar a 2020 para ser objeto de un proyecto de prospección arqueológica de los yacimientos funerarios de Fuerteventura, financiado por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. En este catálogo se describe el yacimiento y se toman muestras de huesos humanos que una vez analizados aportaron una información de gran interés para el conocimiento de los enterramientos aborígenes de la isla.
En 2024, el Servicio de Patrimonio Cultural del Cabildo de Fuerteventura inicia una investigación arqueológica en el yacimiento, realizada por la empresa Tibicena.Arqueología y Patrimonio, con el fin de aclarar si los restos hallados corresponden verdaderamente a un enterramiento con valor cultural y proceder a la adopción de medidas oportunas para su protección. Para ello, se sondeó ampliamente la zona en la que se había producido el hallazgo de restos óseos humanos, constatándose la presencia de numerosas piedras.
Una vez concluidos los sondeos, se identificaron los restos parciales de una alineación de piedra que pudo haber correspondido a un anillo delimitador o elemento similar de la zona funeraria. Esta disposición no es inusual, pues existen ejemplos similares en otros cementerios de superficie situados en Canarias, aclara Rayco León, responsable insular de Patrimonio Cultural.
Una vez realizada las dataciones de carbono 14, se fija cronológicamente el uso funerario de este espacio entre los siglos VII y VIII d.C. Esto supone que son los restos óseos humanos más antiguos documentados hasta ahora en Fuerteventura y, en consecuencia, para la modalidad de tumba de superficie.
En general, los restos están constituidos por piezas dentales sueltas, fragmentos de vértebras, costillas, una rótula, partes de húmero y cúbito izquierdo, huesos de las manos y los pies, así como algún fragmento testimonial de escápula y sacro. En cualquier caso, la representación esquelética, sugiere la presencia de un número mínimo de dos individuos, señala Verónica Alberto.
Según los restos óseos estudiados, cabe la posibilidad que uno de los individuos corresponda a una mujer adulta, mientras que el otro corresponde, de momento, a un adulto de sexo indeterminado.
Los restos de posibles muros y de conchas marinas podrían indicar un ritual funerario.
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