Frente al relato de los cuatro amigos que estaban dentro del coche aquella tarde, la menor -que entonces tenía 14 años y ahora 17- confirmó los insultos de tintes racistas que le dirigieron desde el coche aparcado, aunque reconoció con precisión sólo a uno de los tres acusados, al segundo con cierta duda y el tercero no le sonaba. Tras las frases denigratorias, la menor se acercó al coche, se enfrentó a sus ocupantes y los grabó en un vídeo que se usó como prueba en todo el proceso y que se reprodujo este martes en la vista oral celebrada por la Sección Primera de la Audiencia Provincial bajo la presidencia de Miguel Ángel Parramón, con el magistrado Pedro Fuentes como ponente.
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La madre de la menor corroboró la versión y explicó que su hija la llamó esa tarde llorando para que la fuera a buscar a El Aceitún porque «unos chicos le habían gritado de lo último». Finalmente, la chica llegó a casa por sus propios medios «desalada, la tengo en el psicólogo y no ha vuelto a ir a esa zona desde entonces».
El testigo de la defensa, y cuarto ocupante del vehículo que entonces era menor de edad, aseguró que estaban rapeando, con la música alta y que no vieron a la chica hasta que se acercó con el perrito a grabarlos. «Rapeé conguito, pero sin ánimo de ofender ni a la menor, ni a nadie, sólo por la rima».
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