Punto final a la búsqueda de los dos chicos que le salvaron de morir ahogado en Fuerteventura
Socorrismo en playas ·
El deportista finlandés se verá en septiembre con los dos amigos que no dudaron en tirarse al agua en la playa de la Escalera, al sur de El Cotillo. Tras un mes y medio del rescate, el ciudadano noreuropeo quiso localizarles para volver a darles las gracias en persona. «Va a mirar el mar con otros ojos a partir de ahora», da fe Jessica Barragán, que lanzó el anuncio de búsqueda en sus redes sociales
El deportista finlandés rescatado el pasado 15 de junio de la fuerza de la mar del norte de Fuerteventura en la playa del Aguila, al sur de El Cotillo, en el municipio de La Oliva, volverá a ver a los dos chicos que le salvaron de morir ahogado.
«Supercontento» está el ciudadano noreuropeo de 54 años, que reside varios meses al año en Corralejo, de dar de nuevo y en persona las gracias a sus dos rescatadores. Eran las dos únicas personas que estaban cogiendo olas y sol en los 600 metros de la playa del Aguila -más conocida como de la Escalera- aquel domingo de junio a mediodía y que no dudaron en tirarse al agua al ver al hombre en apuros.
Ya han quedado para reencontrarse después del verano y en lugares distintos: en Fuerteventura, se verá con el vecino de Puerto del Rosario que quiso enseñar la playa de la Escalera a su amigo madrileño aquel 15 de junio; y en Marbella, con este último.
Ninguno de los dos socorristas improvisados leyó la búsqueda que lanzó el ciudadano finlandés a través de primero Radio Sintonía y luego de Canarias7. Fue una amiga del vecino de Puerto del Rosario quien leyó la llamada en la emisora local y concluyó que a lo mejor podría ser él. De viaje por el mundo, le llamó y le espetó «en junio, en la playa de la Escalera, ¿puede ser que te hubiera sucedido que rescataras a un hombre de morir ahogado y que incluso le hicieras la maniobra de reanimación?».
Tras llamadas de teléfono entre los tres, aquí termina la búsqueda de una persona agradecida desde Finlandia, vía Jessica Barragán en Fuerteventura. «Lo único que tengo claro es que va a mirar el mar con otros ojos a partir de ahora».
