La Fuerteventura interior pide paso
Patrimonio arquitectónico y etnográfico ·
El Cabildo, a través de Gesplan, vallará el conjunto de viviendas rurales y tradicionales del caserío de La Florida, en el municipio de Tuineje. Es el primer paso para su restauraciónVisto de lejos, parece un poblado casi onírico de adobe; visto de cerca, resisten -y a duras penas- todos los elementos de la Fuerteventura interior agrícola y ganadera. El caserío de La Florida, en el municipio de Tuineje, es patrimonio arquitectónico y etnográfico público y, además, a proteger con un proyecto de vallado perimetral aprobado por el Cabildo.
La preservación -por lo menos antes el vandalismo- viene del Servicio de Obras y Maquinaria de la Corporación Insular, a través del programa 'Fuerteventura, bonita por naturaleza'. El objetivo reside en proteger este conjunto arquitectónico y prevenir accidentes entre los visitantes. Además, se instalarán paneles informativos.
Gesplan firma y realiza este proyecto con el fin de delimitar un área de más de 100.000 metros cuadrados con 1.500 metros lineales de postes y cuerdas. Con esta solución, a la que se suma la instalación de paneles informativos donde se da cuenta de la importancia histórica de La Florida, se consigue proteger su patrimonio después de casos de expolio y vandalismo, y evitar que los visitantes puedan sufrir algún accidente.
Además, con la solución del vallado mediante postes de metro y medio y cuerdas se delimita el espacio no transitable sin obstaculizar la contemplación de este paisaje de la Fuerteventura interior.
Esta intervención en el caserío de Tuineje continúa el trabajo realizado meses atrás en los pozos abiertos que había en el entorno. Por su peligroso, se procedió a la demolición de los muros y su reconstrucción (siguiendo las técnicas originales) para su posterior su tapiado con verjas
de seguridad.
La Florida está compuesta por una agrupación de viviendas rurales tradicionales dispersas construidas con piedra, cal, arena y barro, algunas del siglo XVIII. En sus limites, se incluyen otros bienes etnográficos asociados a la explotación agrícola y ganadera, como dependencias para el ganado, aljibes, pequeñas maretas y gavias, así como restos de una tahona.
Como otras zonas del interior de la isla, este conjunto de casas tradicionales fue víctima de las incursiones de piratas ingleses, quienes saqueaban y devastaban a su paso campos y viviendas. Aunque el pueblo tenía medios escasos para defenderse, en ocasiones lograron importantes victorias de los majoreros como la batalla de Tamasite y del Llano Florido sobre los corsarios ingleses.
La presidenta Lola García pone en relieve la importancia de iniciar el proceso de recuperación de uno de los elementos etnográficos más emblemáticos de la isla, el caserío de La Florida. «Esto supone el primer paso, para lo que será la restauración del poblado. Paralelamente ya se está trabajando desde el área de Patrimonio y de Museos en las acciones necesarias para rehabilitar este conjunto histórico de arquitectura rural que representa las costumbres e identidad majoreras».
El consejero de Obras y Maquinaria, Blas Acosta, explica que La Florida presenta problemas de deterioro en sus estructuras, además de constatarse en varias ocasiones que ha sido objeto de expolios y vandalismo. El vallado perimetral es «imperativo para preservar la futura intervención integral en este Patrimonio Público Histórico».