La costa de Fuerteventura: repartos, expropiaciones y hasta motines
Historia ·
Francisco Cerdeña realiza un recorrido histórico por la dehesa vecinal, que data del siglo XVI, y elabora un mapa sobre su delimitación inicial. Javier Cerdeña también se suma al trabajo de investigación sobre el mancomúnFrancisco Cerdeña
Domingo, 26 de marzo 2023
La descomposición de la primigenia dehesa vecinal de Fuerteventura, cuyo origen data de mediados del siglo XVI, aún continúa.
La costa o mancomún es un territorio aparentemente marginal que rodeaba los asentamientos ocupados por conquistadores y colonos lejos del mar. Allí se asentó la población de berberiscos, fundamentalmente, traída por señores y allegados en sus razzias sobre la costa africana, y que, una vez asentados, actuaban como un colchón protector, practicando la ganadería extensiva.
Nada nuevo pues ya practicaban aquella costumbre los aborígenes que recibieron a los conquistadores, pero diezmados por su esclavitud y usados en conquistar otras islas, hubo de reponer esa mano de obra aborigen. De ahí las cabalgadas sobre costa africana.
La denominamos 'La Conquista de la Costa Majorera' para analizar el proceso histórico de descomposición de la vieja dehesa que orillaba Fuerteventura con una franja de entre tres y cuatro kilómetros de ancho. Un territorio que tenía su delimitación física con una pared (no sólo estaba la del istmo de Jandía) cuyos vestigios rastreamos en la cartografía elaborada por nosotros en base a los esquemas insertos en los pleitos reivindicativos que llegaron a la Audiencia de Canarias.
La dehesa vecinal vivió subasta de bienes amortizados, desamortizaciones, usurpaciones particulares, problemas de deslinde municipales, repartos masivos, desafectaciones y hasta expropiaciones para Defensa Nacional. Pero también desidia institucional que fue aprovechada por la aristocracia rural y por el coronel en expedientes de irregulares posesiones en el mancomún o dehesa vecinal.
El derecho colectivo se reclamó en motines como los acaecidos en 1829 y 1912 en La Mascona y su término.
De aquellos mapas interpretados y/o elaborados por nosotros pudimos sacar recorridos interpretativos en los que encontrar además de los bardos y paredes, las casillas de costa, gambuesas, corrales concejiles, toponimia, etc. Pero sobre la dehesa vecinal hubo otros aprovechamientos, no sólo el ganadero. Ese es el gran olvido que apuntamos, sin dejar de reconocer que la cabra, y la economía extensiva en torno a ella, ha garantizado su conservación.