123 familias de Corralejo bajo la amenaza del desalojo
Vivienda ·
El antiguo complejo turístico Mirador de Lobos Golf está a subasta por orden judicial. Los inquilinos, que firmaron contratos de alquiler con la antigua sociedad propietaria, se abastecen de cubas de agua desde 2022 y han realizado las labores de mantenimiento de las villas y dúplex. De los 150 inmuebles de la urbanización, 23 están en manos de propietarios particulares
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Son 123 villas y dúplex de la urbanización Mirador de Lobos, en definitiva 123 familias, casi todas con niños, las que viven desde hace años bajo la amenaza del desalojo en Corralejo, en el municipio de La Oliva. Este temor se ha acelerado con la inminente subasta de todas las viviendas alquiladas por una deuda del propietario de cerca de 36 millones de euros.
No sólo el temor al desalojo marca la vida de las 123 familias del antiguo complejo turístico. Cada día (y hoy no es una excepción), cinco, ocho, diez cubas, llevan a las villas el agua que se cortó por impago de la empresa propietaria desde 2022. En la valla de la urbanización, las pancartas de protesta resumen su desamparo y terminan con un 'De aquí no nos mueven'.
Del antiguo complejo turístico Mirador de Lobos Golf de viviendas de lujo con piscina y campo de golf, queda algún rastro en alguna que otra escultura, el plástico de los arroyos que separaban los hoyos y en los carritos de golf abandonados por las esquinas. En total, entre 2003 y 2008 y con una inversión de 15,3 millones de euros, se construyeron 150 villas y dúplex, de las cuales 27 son de propietarios privados. A ratos, campea el abandono en forma de un solar lleno de colchones, pero es la excepción a una ciudadanía que quiere vivir con dignidad.
El resto de viviendas que no están en manos de particulares, y confirma una de las afectadas, firmó un contrato de alquiler de su villa, pero por años. Ella, por ejemplo, pagó 10.000 euros por un año de alquiler a Dunas Pozo Servicios SL. Otros, pagaban por dos años o tres.
En un paseo por el antiguo complejo, algunas villas resisten con la dignidad mantenida por sus inquilinos, como destaca una de las afectadas por el desalojo por la subasta dictada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Las Palmas que sacó a la luz Diario de Fuerteventura. «Pagábamos nuestro alquiler, pero Dunas jamás nos ayudó a arreglar las viviendas, ni mucho menos se preocupó cuando, por impago, cortaron el agua y tuvimos que echar mano de las cubas».
Cuando la empresa propietaria Dunas Pozo Servicios SL finalmente quebró en 2017, los inquilinos empezaron a pagar al administrador concursal, «pero ya mes a mes y a la Seguridad Social y Hacienda por la deuda de la antigua sociedad propietaria». A pesar del cambio, las vecinas y los vecinos continuaron sin los servicios mínimos: «sin alumbrado público, sin mantenimiento de los jardines, sin agua a veces hasta diez días seguidos, no hemos tenido derecho a nada todo este tiempo. De hecho, cada uno ha vivido bien gracias al mantenimiento pagado de su propio bolsillo».
Aún sabiendo la precariedad del arrendatario y de la incertidumbre como plato diario, el anuncio último de la subasta sobrevino «tan rápido, rodeado de tanta información confusa». La noticia de la venta en bloque de las 123 villas los deja, además, sin opción de compra después de años de alquiler, incluso un decenio, en algunos casos.
La amenaza no cesa, ni siquiera cuando se ponen en manos de los letrados. «Cada abogado nos cuenta una cosa distinta. No sabemos qué pasará». Frente a estos temores, los inquilinos de la urbanización Mirador de Lobos reivindican «poder seguir estando en nuestras casas alquiladas».
La subasta concluye el 16 de mayo
Como desveló Diario de Fuerteventura, la subasta de los 123 lotes arrancó en abril y finaliza el 16 de mayo. «El acreedor es el Banco Santander y la empresa ejecutada, la deudora del préstamo, es Dunas Pozo Servicios SL.
Este medio de comunicación aclara incluso que, en el Catastro, cada una de las parcelas ronda los 330 metros cuadrados de superficie. El precio de venta era de 236.250 euros, «mientras que en la subasta ordenada por el Juzgado de lo Mercantil, el valor de cada una de las viviendas asciende a 239.059 euros. Si se adjudicaran todas las viviendas en la subasta por ese precio, la cantidad recaudada ascendería a unos 29,4 millones de euros».
Desde 2017, y como desgrana el citado diario, el antiguo complejo turístico de lujo dio tumbos jurídicos, tanto en el Juzgado de lo Mercantil como en lo Social por impago a las trabajadoras y trabajadores, que terminaron en la subasta que amenaza a las 123 familias.
A una semana de que expire el plazo de la subasta, la vida se esfuerza por seguir su ritmo en la urbanización: una chica pasea el perro, los inquilinos están fuera de casa trabajando en algún escalafón de la industria hotelera de Corralejo, la cuba de agua termina su trabajo por hoy y la Isla de Lobos, al fondo, continúa siendo testiga muda de tanta incertidumbre.
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