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Cerca de Temisas, en el municipio de Agüimes, existe un lugar mágico poco conocido hasta hace muy poco. Se trata de las impresionantes formaciones rocosas del Barranco de las Vacas. El agua, la erosión y el viento han conformado un lugar impresionante donde disfrutar de estos caprichos de la naturaleza s in la intervención de la mano del hombre.
Güi Güi (Guguy para los lugareños) vive ajeno al ruido. La reserva natural especial y área de sensibilidad ecológica del municipio de La Aldea de San Nicolás ha vuelto a situarse en el mapa de Gran Canaria como uno de los parajes salvajes aún sin mancillar por el alquitrán y el cemento. La puesta en venta de su parte privada ha devuelto foto a un lugar poco transitado.
Situado junto a la playa de Tauro, en Mogán, se encuentra esta cueva en el mar que se puede disfrutar cuando la marea está baja y no está inundada. Junto a un bufadero, este recóndito lugar es el paraíso para los amantes de la naturaleza y el deporte.
La pocetas solo se dan en momentos puntuales y tras días de lluvia. En el sur de la isla, en el barranco del Berriel que baja por el Macizo de Amurga, en otoño e invierno el agua corre por su cauce y se forman charcas de gran belleza que permiten el baño por su profundidad.
El yacimiento de Botija, que ocupa un lugar privilegiado en la costa de Gáldar, es otro de los lugares mágicos de la isla en loq que conocer la vida de sus primeros pobladores. A esto se le suma la belleza de una costa salvaje que apenas ha sufrido la mano del hombre.
El Charco Azul se encuentra en el barrio del Risco en el municipio de Agaete. La distancia es de casi 4 kilómetros aproximadamente desde el pueblo y el sendero no entraña dificultad. En épocas de lluvia la cascada es abundante y el entorno tiene un gran encanto natura. Un lugar idóneo para hacer senderismo en contacto con la naturaleza.
Este punto guarda uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de las Islas Canarias. Visitar su entorno supone una buena una excusa para hacer senderismo. Los grabados rupestres de Balos se encuentran repartidos por todo el cauce del barranco, pero los más espectaculares se encuentran en una cresta rocosa que está protegida.
Situada a la salida del pueblo, junto a la carretera, se puede caminar hasta una bonita cascada con un pequeño charco donde disfrutar del sonido del agua y la tranquilidad del lugar. Se trata de un paisaje poco conocido explorado de la cumbre de Gran Canaria.
A caballo entre Firgas y Moya, este barranco es uno de los pocos rincones que quedan casi intactos de Gran Canaria. Cerca de la Reserva Natural de Los Tilos, ofrece un sendero apto para principiantes en el que se puede conocer uno de los últimos reductos originales de laurisilva de la isla.
El camino que discurre entre Tejeda y San Bartolomé de Tirajana y que se inicia en el área recreativa de Las Mesas se dan diferentes formaciones rocosas peculiares. Entre ellas la denominada ventana del Nublo desde la que se puede encuadrar el símbolo de Gran Canaria y el Teide en Tenerife si el día está claro.
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