El candidato que cae bien no salva al partido
La lectura de las urnas. ·
Torres salió muy bien parado en el recuento regional pero los datos en Gran Canaria no dejan bien al partido. ¿Faltó entrega?Secciones
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La lectura de las urnas. ·
Torres salió muy bien parado en el recuento regional pero los datos en Gran Canaria no dejan bien al partido. ¿Faltó entrega?Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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Paradojas de la vida política: Ángel Víctor Torres llegó a la secretaría regional del Partido Socialista y a ser candidato a la Presidencia aupado por unos barones insulares (los secretarios generales de cada isla) que presumían de su relevancia en ambas designaciones, y finalmente el PSOE perdió escaños el 28 de mayo en el cómputo global porque en algunas islas el voto insular al Parlamento estuvo muy por debajo del conseguido por la lista autonómica, que era precisamente la que se abría con el nombre de Ángel Víctor Torres. En síntesis, hubo mucho voto al presidente en funciones y candidato a la reelección y hubo mucho menos votos a la marca PSOE.
En Gran Canaria, los números lo exponen bien claro: si bien la isla se consolidó como uno de sus mayores bastiones al conseguir un diputado más en los comicios del 28M, un gran número de municipios depositaron esa confianza en la figura de Ángel Víctor Torres pero no tanto en el equipo insular encabezado por Sebastián Franquis.
Los datos recopilados por los propios socialistas sobre los resultados en las urnas evidencian un importante desajuste en la capital, donde el recuento de la lista autonómica alcanzó los 55.891 votos frente a los 47.581 de la circunscripción insular. Es decir, una diferencia de 8.310.
Es más, en otros siete de los 21 municipios grancanarios se observan cifras muy por encima del millar: en Telde, la lista autonómica consiguió 3.655 votos más que la insular; en Arucas, 2.017; en Santa Lucía de Tirajana, 1.891; en Agüimes e Ingenio, en torno a los 1.500; Gáldar, 1.296 y en Teror, 1.065.
Si se comparan estos datos con los obtenidos en los comicios de 2019, cuando se estrenó el nuevo sistema electoral, los números no eran tan dispares. En estos mismos municipios, la diferencia de votos apenas llegaba a los dos centenares, lo que refuerza la lectura de un 'efecto Torres'.
El hasta ahora presidente se ganó la confianza del electorado canario y era el único que recibía el aprobado en las encuestas tras una legislatura llena de obstáculos. Sin embargo, las siglas del partido no tuvieron la misma fuerza en los líderes insulares.
8.310 Desajuste
Es la diferencia entre el número de votos entre la lista regional y la insular en Las Palmas de Gran Canaria. Hace cuatro años, cuando se estrenó el nuevo sistema electoral, el resultado en ambas urnas fue casi idéntico
1.000 Doce municipios
En media docena de municipios de Gran Canaria hubo al menos un millar de votos de diferencia entre ambas urnas
Firgas, Moya, San Bartolomé y Santa María de Guía inclinaron sus balanzas entre 600 y 800 personas más a favor de la lista del dirigente autonómico pero no a la de Franquis.
Donde menos varió el apoyo a los socialistas en esta cita electoral fue en Artenara: solo 61 personas hicieron distinción entre una y otra lista. En La Aldea, Tejeda, Santa Brígida, Valleseco, Valsequillo, Vega de San Mateo y Mogán, la diferencia de votos estuvo por debajo del medio millar.
Tampoco hubo grandes saltos en Lanzarote o Fuerteventura, pese a que en esta última isla el PSOE perdió un diputado en detrimento del Partido Popular. El otro escaño que restó el partido fue el de La Palma -la lista encabezada por la consejera de Agricultura, Alicia Vanoostende- a favor del que ganó Coalición Canaria.
Esa asimetría entre los votos a la lista autonómica y el de las insulares está dando para muchas interpretaciones en los partidos. Por un lado, cabe recordar que es la segunda vez que el votante canario se encuentra con dos urnas para el Parlamento, si bien en 2019 hubo casi plena sintonía de resultados entre ambas.
También el PP se ha tropezado con realidades diferentes:la candidatura de Manuel Domínguez fue la segunda en votos en el recuento regional, mientras que el PP quedó tercero en el cómputo de las listas insulares, con Coalición Canaria como segunda fuerza.
La lista regional se introdujo en la reforma del sistema electoral como mecanismo para corregir los desequilibrios interinsulares en cuanto a la exigencia de votos para conseguir un escaño. Fue una reforma a medias, pues en la mesa de negociación tenían mucho peso tanto CC como la Agrupación Socialista Gomera, a quienes favorecía mantener el modelo de los 60 diputados y la triple paridad (empate a escaños entre las dos provincias, entre las dos capitalinas y entre cada una de estas y las restantes de cada provincia).
La otra paradoja es el caso de Nueva Canarias, que fue el gran adalid de esa reforma de la lista regional de 9 escaños y que el 28M se vio con que su líder histórico, Román Rodríguez, se quedaba sin plaza en el Parlamento, pese a conseguir en las insulares tanto escaños como en 2019: cinco en total, con uno por Lanzarote en disputa con el PP a la espera del recuento final, otro en Fuerteventura y tres en Gran Canaria.
Los socialistas creyeron que la buena imagen de Ángel Víctor Torres era suficiente para garantizar 25 escaños como mínimo -los mismos que hace cuatro años-, a lo que se unía la confianza en que Podemos sacase al menos 2 y que NC repitiera con 5. A partir de ahí, confiaban en reeditar el Pacto de las Flores, siempre con los 3 de Curbelo prácticamente garantizados.
Lo que rompió sus esquemas fue no calibrar que el desgaste nacional del PSOE y que las debilidades insulares les iban a pasar una factura tan elevada. Lo del lastre de Pedro Sánchez sí entraba en su ecuación mental, pero con menor impacto, aunque ahora ya admiten que el partido 'se durmió' en algunas islas, a lo que se une que muchas candidaturas a cabildos y municipios tiraron con menos fuerza de lo previsto. O sencillamente tiraron... pero hacia abajo. El ejemplo se ve en Gran Canaria, donde Carolina Darias logró los 12 concejales que durante la campaña ya calculaba el exalcalde Emilio Mayoral, integrante de su equipo de asesores, pero en el Cabildo quedaron por debajo de las expectativas, lastrados en gran medida por esa debilidad municipal.
«Había demasiada confianza, mucho 'ji ji' y mucho 'ja ja', y la gente no se puso las pilas», contaba esta semana a CANARIAS7 un diputado electo socialista. Desde las estructuras insulares y locales del partido se reclamaba a la regional que Ángel Víctor Torres acudiese a los mítines y recorriese los barrios, pero después en esos mismos lugares algunos de sus candidatos apenas se dejaban ver. O comprobaban que su poder de convocatoria sin Ángel Víctor Torres era prácticamente ninguno.
Ahora, con unas elecciones generales en puertas, el PSOE se encuentra en una disyuntiva: aparcar la reflexión profunda en torno al veredicto de las urnas y lo que falló internamente y poner en marcha la maniobra para atender a la exigencia de Ferraz y Moncloa, que no es otra que activar al máximo un partido en horas bajas y elaborar candidaturas que tengan capacidad de tirón ante el electorado. Y es ahí donde esa lectura de los datos del 28M se impone, porque no parece que quienes salieron mal parados ese domingo en los territorios insulares estén en condiciones de imponer candidatos provinciales y al Senado. De ahí que un sector promueva incluso la opción de Torres, que es el mejor activo electoral, como aspirante al Congreso por Las Palmas, pero que sería interpretado como una 'fuga' a las primeras de cambio de la política regional.
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