Adiós a Saavedra: Canarias en primera persona

Pocas decisiones del Partido Socialista en el archipiélago se han tomado en las últimas décadas sin obtener su visto bueno o, al menos, sin que estuviera informado previamente. Como repitieron compañeros de partido y adversarios políticos, el dirigente socialista fue «un referente» a todos los niveles.

Inteligente, culto, con un agudo sentido del humor, de verbo afilado y con la palabra como arma, Jerónimo Saavedra (Las Palmas de Gran Canaria 1936-2023) fue docente de profesión, político de vocación y músico por pasión.

Su capacidad de diálogo, sus profundas convicciones democráticas, su capacidad para defender sus ideas, su libertad para mantener sus posiciones y su visión de la política desde la búsqueda del consenso le fueron reconocidas tras conocerse la noticia de su fallecimiento en la capital grancanaria.

El portavoz del grupo socialista en el Parlamento regional, Sebastián Franquis, apuntó que «fue capaz de ver el futuro, esa España plural y diversa».

Fue el primer presidente de la comunidad autónoma de Canarias, pero su tránsito político había empezado mucho antes. Ingresó en el PSOE y UGT en 1972 -representó al archipiélago en el congreso de este sindicato en Toulusse (Francia)- y cinco años más tarde ya lideraba el partido en Canarias, cargo que mantuvo durante veinte años. También en 1977 inició su carrera política como diputado por Las Palmas en las primeras Cortes constituyentes.

Saavedra ha sido tres veces investido como presidente de Canarias en dos legislaturas. En 1982, después de que se aprobara el Estatuto de Autonomía, el líder socialista fue nombrado jefe del Gobierno provisional de la comunidad autónoma hasta que se celebraron las primeras elecciones en las islas, en mayo de 1983.

En esa fecha obtuvo el mayor resultado que ha conseguido un partido político en las islas -27 diputados-, un número de escaños en cualquier caso insuficiente para sumar mayoría en la Cámara.

Aún así, se puso al frente de un Gabinete en solitario en un archipiélago frágil politicamente. Puso en marcha la autonomía con el lema 'Canarias es posible'.

Como era previsible en un Parlamento atomizado y un Gobierno en minoría, dimitió tras la aprobación en la Cámara de un informe contra el Protocolo II de Adhesión de Canarias a la Comunidad Económica Europea (CCE).

Solo un mes después, volvió a ser investido como jefe del Ejecutivo, en esta ocasión con el apoyo del Pacto de progreso -en el que se integraron además del PSOE partidos nacionalistas y de izquierdas-, con el que acabó la primera legislatura.

El dirigente socialista volvió a ganar en las siguientes elecciones autonómicas (1987) pero una alianza de centro derecha, presidida por Fernando Fernández (CDS) lo apartó del poder.

Y ayer como hoy, las relaciones entre Canarias y el Estado han estado determinadas por las frecuentes dificultades de Madrid para reconocer las especificidades y singularidades del archipiélago, sobre todo en materia fiscal y económica.

La etapa de Jerónimo Saavedra al frente del Gobierno regional no fue una excepción. Este fue el principal motivo de la moción de censura presentada por las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) en 1993, durante su segundo mandato.

Ha sido la única vez que un presidente regional ha sido desalojado de la Presidencia por una censura, una circunstancia que quien fuera su vicepresidente y censor, Manuel Hermoso, ha llegado a señalar como un error.

Esta ruptura -calificada por los socialistas como una traición- quedó marcada a sangre y fuego en el PSOE, que vio resarcida la ofensa con la vuelta al Gobierno en 2011, con José Miguel Pérez como vicepresidente de Paulino Rivero y, en la pasada legislatura, con la vuelta a la Presidencia de Ángel Víctor Torres.

Tras perder la Presidencia, y después de un breve periodo como senador en representación de la comunidad autónoma, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno de España, Felipe González, lo puso al frente del Ministerio de Administraciones Públicas, cargo en el que permanecería dos años. Posteriomrente, ya en la última etapa de González, se hizo cargo de la cartera de Educación.

Tras permanecer varios años en el Senado, en 2007 volvió a la política canaria, en este caso, a la política local en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. A pesar de su reconocimiento y su trayectoria, el nombramiento no resultó fácil. El veterano socialista mantenía una tensa relación de desencuentros con su antiguo delfín y en ese momento secretario general del partido en las islas, Juan Fernando López Aguilar.

Le costó convencer a su líder de que era la mejor opción frente a Pepa Luzardo (PP). Además, puso condiciones para encabezar la lista socialista. Quería un proceso sin fricciones, sin primarias y sobre todo, respetuoso con el portavoz municipal, Arcadio Díaz Tejera. Obtuvo mayoría absoluta, pero eso no mejoró las relaciones internas con Aguilar.

En 2011 volvió a optar al Ayuntamiento capitalino pero perdió frente a Juan José Cardona (PP), a quien la ciudadanía dio, cuatro años más tarde, otra mayoría absoluta. Su función en la oposición apenas duró unos meses, hasta que fue nombrado titular de la Diputación del Común. Para estar al frente de esta institución, fue preciso que abandonara la militancia socialista que había mantenido durante décadas, un requisito legal como garantía de su imparcialidad.

Más allá de sus cargos y responsabilidades, la inesperada muerte de Saavedra deja un poco huérfano al PSOE de Canarias.