Gluteoplastia, una técnica en auge

De hecho, y aunque la intervención de mamas continúa siendo la más frecuente ya no es la única zona de preferencia, gracias entre otras cuestiones a los nuevos cánones estéticos y la mejora en los resultados de la gluteoplastia, que ha ido poniéndose de moda de forma progresiva hasta situarse como una de las más requeridas actualmente.

Hay diversos procedimientos para su realización. El cirujano puede optar por la implantación de prótesis o inyectando grasa obtenida de otra zona anatómica mediante lipoestructura o lipoescultura según el tipo de paciente y sus necesidades.

De hecho, en la popularización de esta intervención ha tenido que ver la aparición de nuevas técnicas de realización que mejoran y prolongan los resultados obtenidos. «La gluteoplastia consiste en una plastia que se realiza en los glúteos. Puede realizarse de varias formas. La primera es mediante relleno graso extraído de otras partes del cuerpo. Es un buen procedimiento pero tiene el inconveniente de que esa grasa se reabsorbe y en algunos pacientes lo hace en exceso, por lo que suele requerir de nuevas intervenciones al año o año y medio cuando el volumen disminuye», expone el doctor Julián Castillo, especialista en Cirugía Estética, Plástica y Reparadora de Hospital Perpetuo Socorro.

Otra fórmula son los implantes, con la introducción de prótesis de forma submuscular, por debajo del glúteo; subfascial, por debajo de la fascia muscular y por encima del músculo; o intramuscular, en el interior del glúteo. «A mi concretamente me gustan mucho estas técnicas porque son definitivas, no precisan de ninguna reintervención ya que estas prótesis son de un gel altamente cohesivo, de enorme durabilidad», continúa el doctor Castillo. Pero entre los tres, se decanta por el modelo intramuscular, que, asegura, supera a los otros dos procedimientos.

Y es que al colocar las prótesis debajo de la grasa o bajo la fascia pueden producirse algunos problemas como movilizaciones de los implantes, cambiando su posición ideal, o encapsulamientos. «Pero con la aparición de la técnica intramuscular, que es la que yo practico preferentemente, la prótesis se coloca en el espacio que hay entre el glúteo mayor y mediano de tal manera que forma parte del propio músculo, pero sin que externamente se note en absoluto que existe un implante ni pueda moverse. Y esa es la gran ventaja de la técnica intramuscular», detalla el doctor Castillo.

Asimismo, estéticamente queda perfecto. Y es que otra de sus grandes ventajas es que no se nota que se ha realizado la operación pues la cicatriz que queda tras la cirugía, de unos seis centímetros aproximadamente, queda en el pliegue interglúteo y a los cuatro meses de la intervención no es visible.

Respecto al tamaño del implante, depende fundamentalmente del espacio intramuscular que tiene el paciente de acuerdo con el tamaño anatómico y las características de su piel, de la flacidez que busca mejorar y en definitiva, de sus características glúteas para resultar armónico con las simetrías de la anatomía de cada paciente. Estas prótesis pueden presentar forma oval, en general más polifacética, o redonda así como otras características como una superficie lisa o texturizada, de alto o bajo perfil según cada paciente e incluso su sexo.

La intervención se realiza a través de una incisión que no supera los seis centímetros en el surco interglúteo, por debajo del glúteo mayor, a través de la cual se ubica la prótesis en el interior del músculo. Se trata de una operación que dura dos horas y media y que se realiza bajo anestesia general requiriendo una hospitalización de 48 horas.

El postoperatorio se desarrolla con la toma de antibióticos y analgésicos para disminuir el dolor y evitar posibles infecciones, aunque en cualquier caso se trata de una convalecencia bastante corta ya que es posible reincorporarse a la vida laboral entre ocho y diez días después de realizarse la operación quirúrgica, concluye el especialista en Cirugía Estética, Plástica y Reparadora de Hospital Perpetuo Socorro.

La gluteoplastia es una técnica apta para hombres como mujeres aunque el porcentaje de féminas que se someten a la misma es mucho mayor, con un 80% frente a un 20% de varones. Sea un sexo u otro, lo cierto es que sí existen algunas diferencias de género a la hora de escoger implantes. En pacientes masculinos la menor cantidad de tejido graso subcutáneo obliga a una elección más precisa de la prótesis adecuada ya que resulta más evidente su forma. En general, las prótesis de referencia son las ovales ya que preservan la depresión trocánterica y otorgan un aspecto más atlético frente a las redondas. En las mujeres juega un papel importante ante la elección de implante la cantidad de tejido adiposo existente, optándose por una prótesis redonda si se busca proyección mientras es más adecuada la elección oval si el tejido adiposo es muy fino pues en caso contrario pueden hacerse evidentes durante el movimiento.

En ambos géneros esta operación está indicada en personas que tienen una falta de desarrollo glúteo, lo que se conoce por estar plana, y quieren realzar esa forma. Cuando los glúteos están perfectamente marcados querer aumentarlos es un exceso que no se justifica y no debe recomendarse ya que, en palabras del doctor Castillo, la estética es la adecuación de las formas y los volúmenes. De hecho, esta operación ha venido a subsanar la falta de volumen que no suele conseguirse aumentar por muchas horas de ejercicio físico que se realicen.Una vez determinada la técnica a aplicar y los volúmenes e implantes precisos es necesario, antes de realizar la intervención, llevar a cabo un completo preoperatorio, como ante cualquier otra intervención quirúrgica, que aseguren un perfecto estado de salud físico para afrontar la cirugía con todas las garantías posibles.