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Latas de refresco. Richard Thomas
¿Cuánto tarda en reciclar una lata?

El viaje de ida y vuelta de la lata en 60 días

ODS 12 | Producción y consumo responsable ·

La tasa de reciclaje en Europa de este residuo es del 76,5%

Domingo, 23 de enero 2022

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Casi 90 años brindando lata en mano, así cada 24 de enero desde hace 87 primaveras. El chin chin del brindis que suena quizá es más metálico, pero es el compañero habitual de muchos españoles, ya que 6 de cada 10 afirman consumir latas de bebidas al menos una vez a la semana.

Fácil de transportar y muy resistente, la lata desplazó al vidrio como el material por excelencia en los envases. Pocos días después de caer la Ley Seca en Estados Unidos, la estadounidense Krueger comercializó la primera cerveza en lata de la historia. En España, el aterrizaje fue más lento y su aparición no se produjo hasta finales de los años 60 con la venta de la Skol International Lager en 1966 de la mano de Cruz Blanca. «Desde su aparición en el mercado ha sido una continua evolución», explica Juan Ramón Meléndez, director de la Asociación de Latas de Bebidas.

Una transformación ligada a su usabilidad, «al principio eran muy pesadas y difíciles de abrir», comenta Meléndez, «tan complicado que era necesario un abrelatas», añade. No fue hasta 1965 cuando se popularizó su uso con la fabricación en dos piezas embutidas por el procedimiento de troquelado, embutición y estirado.

A medida que el éxito de estos envases crecía, su peso comenzaba a disminuir. Su popularidad también supuso un logro ambiental, ya que, a diferencia del vidrio o el plástico, el aluminio de las latas es un material 100% reciclable. «De esa lata tu puedes volver a hacer otra lata y así infinitas veces y no pierde ni su dureza ni su maleabilidad», apostilla el director de la Asociación de Latas de Bebidas.

En las últimas décadas, las latas han disminuido su peso un 30%, «la lámina que da vida a las latas es 10 veces más fina que un cabello humano», relata Meléndez. «Es interesante, porque ahora se habla mucho de ecodiseño y eso lo lleva haciendo mucho tiempo la industria de la lata», revela Pablo García, director de 'Cada lata cuenta' en España y doctor en Ecología.

La nueva vida de la lata

Fabricadas en acero o aluminio, dependiendo del lugar del planeta, «la gracia radica en que tiene unas propiedades de reciclaje infinitas», comenta García. «Con un simple gesto como depositar la lata en el contenedor amarillo, garantizamos que se recicla al 100%, garantizando una economía totalmente circular», añade.

Latas a punto de ser recicladas.
Latas a punto de ser recicladas. EFE

Una nueva vida que, precisamente, arranca en los famosos contenedores amarillos presentes en la mayoría de ciudades españolas. «La tasa de reciclaje en Europa es del 76,5%», señala Juan Ramón Meléndez. La cifra es similar en España, donde siete de cada diez latas de aluminio se reciclan. «El objetivo es llegar al 100% en 2030», apuesta Meléndez.

Tras llegar a estos, la lata comienza su rápida resurrección «en 60 días», señala García. «Es importante que no se pierda ninguna lata», añade el responsable de la iniciativa 'Cada lata cuenta'.

«La tasa de reciclaje de latas en Europa es del 76,5% y esperamos llegar al 100% en 2030»

Juan ramón meléndez

director de la Asociación de Latas de Bebidas

Los camiones recogen los envases que son transportados hasta las plantas de selección. Es ya en estas instalaciones donde se separan por materiales: los envases de acero se seleccionan con imanes, y los de aluminio con corrientes de Foucault. «Lo más eficiente es el contenedor amarillo, pero si se tira a una papelera también habrá posibilidades de reciclaje de las latas gracias a esta tecnología», comenta Pablo García. «Sólo que se pierde alguna si no van al amarillo directamente», apostilla Meléndez.

Tras la separación, las latas se compactan creando balas, que pueden pesar más de 1.000 kg y contener más de 65.000 latas, cuyo destino son hornos de fundición a 700ºC.

Tras ser trituradas y refundidas, se obtienen enormes lingotes de aluminio para, después de ser laminadas por grandes bobinas, se convierten nuevamente en latas de aluminio «o una paellera», revela el director de la Asociación de Latas de Bebidas. Así, «en dos meses la lata vuelve al mercado», destaca García.

Se completa un ciclo de transformación de envases que forma parte de la economía circular que en el caso de las latas permite reducir un 70% el consumo de agua y un 95% el consumo de energía, en comparación a fabricar una lata de nuevas materias primas.

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