«Las emisiones deben tocar techo antes de 2025», «aumentar el uso de energías renovables se reducirá el uso del combustible fósil», «la ventana de oportunidad se está cerrando y los planes actuales llevan a un incremento de 2,8 grados a finales de siglo». Estas son algunas de las conclusiones del tercer estudio del Sexto Gran Informe de Evaluación del IPCC, el Grupo Intergubernamental de Expertos de la ONU en cambio climático. «Esto es una versión edulcorada y diplomática de lo que tiene que decirse en el informe», denuncia Fernando Valladares, científico y divulgador ambiental.
Precisamente, esta semana el mundo de la ciencia está «en rebelión». Una protesta «en la que vamos a parar toda la semana», asegura Valladares. Este acto de desobediencia civil no violenta para que sus recomendaciones y alertas sean escuchadas. «No queremos que la gente piense que es un movimiento más de disconformidad, nos basamos en la ciencia», explica.
El pistoletazo de salida de las críticas ha coincidido con la publicación de este tercer informe. «Esto le da más sentido a la rebelión», advierte el científico. Este texto titulado Summary for Policymakers, en español ‘Resumen para políticos’, es un acuerdo de mínimos donde se asegura que los Acuerdos de París se pueden cumplir. «Pero, ¿dónde están las medidas?», critica Valladares.
Las cifras que nos ponen son las mismas que las que dan en el diagnóstico del problema y lo que tiene que haber son cuántos miles de euros hay que poner para frenar esto»
La primera entrega, recuerda el divulgador ambiental, se focalizó en buscar el porqué del calentamiento del planeta y se concluyó que el ser humano es el responsable de la aceleración del cambio climático. La segunda fase, publicada a finales de febrero, se construyó sobre las consecuencias de esta crisis. «La tercera se centra en la mitigación y las medidas necesarias para frenar el cambio climático», recalca. «Las cifras que nos ponen son las mismas que las que dan en el diagnóstico del problema y lo que tiene que haber son cuántos miles de euros hay que poner para frenar esto».
Del retraso a la decepción
Este tercer documento de casi 65 páginas, recoge el trabajo de 278 científicos de 65 países y más de 200 representantes. «Esto no es un trabajo científico», denuncia Valladares. «Esto es un documento político a través de la mirada de los propios políticos», apostilla.
Un resumen que tendría que haber llegado el pasado viernes tras meses de trabajo y síntesis. Sin embargo, llegó el fin de semana y no había acuerdo. «Se desprende la tensión que había», comenta. «Se han caído muchas cosas de este resumen y si fuera un texto científico mucha gente no lo habría firmado y muchas empresas se habrían enfadado».
Finalmente, la aprobación del texto acordado llegó a última hora del domingo, pero «echo en falta palabras como carne o decrecimiento». «Los científicos tenemos que aterrizar los problemas a la realidad, aunque duela, y este no lo hace».
«Se han caído muchas cosas de este resumen y si fuera un texto científico mucha gente no lo habría firmado»
El documento pone el foco en una transición verde hacia una economía descarbonizada. Además, hace hincapié en los beneficios que puede tener la reducción de la demanda energética. «No es suficiente», vuelve a recordar.
En las 65 páginas, los científicos vuelven a dejar constancia de que hay «una poderosa evidencia de que tenemos un gran potencial para mitigar el cambio climático», si se toman las medidas concretas necesarias para esa disminución de emisiones. «Sí, quedan siete años para llegar a 2030 y hay margen matemáticamente para cumplir con los Acuerdos de París», explica Valladares. «Lo que no tenemos en cuenta es el coste económico y riesgo de aplazarlo tanto tiempo», añade. «La historia se repite, porque esto es como la paradoja de Aquiles y la tortuga».
Esta sexta revisión realizada por el IPCC llega tras la de 2014 que sirvió como base para el Pacto de París de 2015. Una actualización que ha puesto de manifiesto que ni los recortes ni los acuerdos se están cumpliendo. «Si esto lo dejamos en manos de los políticos pueden pasar cumbres del clima y seguiremos igual».
Denuncia que se refleja en el manifiesto de la ‘Rebelión Científica’: «Las catástrofes se producen ante nuestros ojos y a gran escala» y hasta piden «que se detengan más evaluaciones del IPCC [...] hasta que los gobiernos estén dispuestos a cumplir con sus responsabilidades de buena fe y movilicen con urgencia una acción coordinada desde el nivel local al global».
A pesar del tercer informe y del hastío por la falta de concreción, Valladares es optimista. «Tengo un motor interno de motivación que me lleva a hacer lo que tengo que hacer independientemente de si va a tener éxito o no», señala. «Con que cualquier persona contraria al movimiento ambientalista o que no crea en el cambio climático reflexione un poco, ya me vale», finaliza.
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