Las fiestas más señeras de los pueblos, de La Rama a El Pino, están en el aire
El desconfinamiento parece que traerá formas nuevas de relacionarse y que, por un tiempo, los actos multitudinarios estarán vetados. Los alcaldes grancanarios están a la espera de lo que dicte Madrid para anunciar la cancelación de eventos
P. Vidanes / O. Suárez / R. Ramírez /Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 17 de julio 2020, 03:14
Abiertamente ningún alcalde se atreve a afirmarlo, pero las fiestas patronales que tradicionalmente se celebran a partir de mayo y hasta bien entrado septiembre están en el aire. El desconfinamiento que se avecina parece que traerá formas nuevas de relacionarse y que, por un tiempo al menos, los actos multitudinarios estarán vetados. De ahí que la fiesta de San Antonio, en Moya; la celebración de San Juan en Arucas así como su Fiestoron; las fiestas de San Pedro en El Valle de Agaete y su emblemática Rama en el pueblo; el día de Santiago en Gáldar; e incluso la celebración de El Pino en Teror, patrona además de la Diócesis de Canarias, puedan verse suspendidas o, en el mejor de los casos, deban reinventarse con nuevos formatos.
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El viernes pasado los alcaldes de los 21 municipios de Gran Canaria mantuvieron una reunión por videoconferencia en la que, entre otros asuntos, se trató la celebración, o no, de las correspondientes fiestas. Todos están a la espera de lo que próximamente decrete el Gobierno de España y que se ponga en práctica el ansiado desconfinamiento, supuestamente por regiones y fases. El alcalde de Madrid acaparó titulares la semana pasada al atreverse a afirmar públicamente lo que muchos piensan que sucederá de cara al verano. Ni conciertos, ni grandes fiestas, ni eventos deportivos de envergadura... «Veo muy complicado que haya espectáculos multitudinarios ya sea partidos de fútbol u otros deportes o conciertos de música», dijo José Luis Martínez Almeida. «Antes del verano, casi con total seguridad, no va a ser y en otoño va a haber que analizarlo muy cuidadosamente». Así que «vamos a tener que cambiar nuestras costumbres y nuestros hábitos».
A nivel local ningún político ha sido tan contundente. Juan Facundo, alcalde de Arucas, reconoce que San Juan «seguramente se suspenda porque no va a haber opciones de nada», eso sí, todo está en virtud del próximo decreto. «En función de eso, actuaremos, pero damos casi por hecho» la suspensión de las fiestas patronales. El Fiestoron, promovido por particulares, mantiene sus fechas para agosto, pero se caerá también en función de lo que dicte Madrid.
En Guía ya se ha suspendido la Fiesta del Queso, en el pago de Montaña Alta y en el casco; y en Gáldar se han cancelado las celebraciones de los barrios de Anzo, Caideros, San Isidro y Hoya Pineda. Falta saber qué pasará con la fiesta de Santiago. En Moya está en el aire la celebración de San Antonio, en junio. El alcalde, Raúl Afonso, apunta que «ojalá se pueda hacer una romería pequeña», pero «por ahora no hemos firmado nada ni sacado nada adelante». En todo caso, el dinero de la fiesta, si no se lleva a cabo, sería destinado a Servicios Sociales.
En Agaete peligra San Pedro y La Rama. «Nosotros estamos a lo que diga el decreto de España», según la alcaldesa. María del Carmen Rosario es partidaria de «un traslado de fecha». Según lo que se decrete y cumpliendo con las medidas sanitarias, «si en agosto seguimos confinados, salgo a la azotea del Ayuntamiento a lanzar el volador de la diana». Ya se verá si La Rama se tiene que bailar en invierno.
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