Del feminismo y la violencia machista
La legislatura que agoniza camino de las generales anticipadas al 23 de julio ha registrado una inédita agitación en torno a las políticas desarrolladas por ... el Ministerio de Igualdad y un cisma, también sin precedentes, en el movimiento feminista que se ha trasladado a la expectativas electorales haciendo que el PP pueda disputar el voto de las mujeres al PSOE.
La larga lucha por la igualdad no ha estado exenta nunca de divergencias ideológicas incluso entre quienes han militado en opciones partidarias hermanadas, en especial en la izquierda; pero lo que ha venido caracterizando al feminismo articulado primero en las calles y luego en las instituciones ha sido su voluntad de suscitar un apoyo mayoritario al reto pendiente de la igualdad plena en tanto que integrador.
Las pulsiones divisivas que han suscitado las políticas de Igualdad merecen una reflexión más allá del electoralista desmarque del presidente Sánchez y del enrocamiento de Irene Montero. Pero las discrepancias sobre leyes como la trans o la del 'solo sí es sí' no justifican ni legitiman retrocesos tan graves como el negacionismo de la violencia machista que Vox intenta colar en las instituciones de la mano del PP. Un PP que no debería ceder en un ámbito tan nuclear para la convivencia ni siquiera en lo terminológico.
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